Si algo bueno han tenido dos años de pandemia es que muchos viajeros han redescubierto los tesoros geográficos más próximos. Con la dificultad que se ha impuesto para el desplazamiento a otras latitudes, la adicción por viajar ha tenido que ser aplacada con viajes más cortos y cercanos, consolidando un tipo de turismo de proximidad más sostenible. Pues bienvenido sea, ¿no?
Mientras los negros nubarrones pandémicos siguen sin disiparse como todos deseamos, continuamos durante este inicio de año conociendo destinos cercanos, pero lo hacemos tratando de salirnos de las rutas habituales: esta es nuestra selección de 5 ciudades españolas para descubrir en 2022.
Badajoz
“Badajoz, tierra de Dios, donde se acuesta uno y amanecen dos, y si tarda en amanecer, tres”. Este viejo y jocoso dicho ilustra el singular sentido del humor de los pacenses que habitan esta ciudad a un paso de la frontera con Portugal. Y es justamente este carácter fronterizo la que ha convertido Badajoz en una suerte de ciudad de paso: muchos son los que transitan por la A5 camino de Lisboa y rodean la ciudad sin pararse a visitar sus encantos. ¡Y no saben lo que se pierden!
¿Sabías, por ejemplo, que la alcazaba de Badajoz es la más grande que se conserva en España? Sí, más grande que la de Almería o la de Málaga, con sus 8 hectáreas de perímetro y sus 1300 metros de muralla. Y es que el pasado árabe es uno de los pilares en los que se asienta la histórica Badajoz: fue fundada en el 875 por Ibn Marwán, líder musulmán que dominó el sur de Portugal y el curso del Guadiana Bajo y Medio, río que también es el elemento vertebrador de esta ciudad.
Para presenciar la imagen más icónica de la ciudad pacense nos debemos ir al puente de las Palmas donde destaca la puerta homónima y, tras atravesarla, callejear hasta la Plaza Alta donde están las célebres Casas Coloradas, pasando por el edificio La Giralda para después acercarnos al centro para conocer la Catedral: un buen lugar para buscar una terraza y deleitarnos con la fastuosa gastronomía extremeña.
Palencia
Nos vamos ahora al interior para conocer otra de esas capitales desconocidas por muchos cuyo nombre ha fastidiado a no pocos palentinos: “Soy de Palencia. ¿Valencia? No, no, Palencia”. Pues sí, Palencia, un nombre que deriva del antiguo asentamiento vacceo de Pallantia y que desde hace tiempo es conocida con un sugerente sobrenombre que proviene de su Catedral: “la bella desconocida”.
Y en la plaza de la catedral de San Antolín puede empezar un itinerario por la ciudad palentina que nos acerque a la calle Mayor, la principal arteria comercial de la ciudad, al Museo Arqueológico, la iglesia de San Miguel o los puentes sobre el Carrión, ese río que da nombre a otra ilustre localidad palentina, Carrión de los Condes.
Al este de la Catedral también debemos dar una vuelta por la zona de la Puebla donde se ubica la Plaza Mayor, el Ayuntamiento, la bella iglesia de San Francisco o el edificio de la Diputación. Y para terminar una subida al Cristo del Otero donde se ubica la gigantesca escultura del Cristo de Victorio Macho de 21 metros de altura y desde donde se tiene una fantástica perspectiva de la ciudad.
Jaén
De catedral a catedral, nos bajamos al sur para deleitarnos con la que es, probablemente, la capital más desconocida de Andalucía. Porque aquí no hay Giralda, ni Alhambra ni Gran Mezquita, pero ni falta que hace. El irreductible orgullo jiennense lo sostienen su singular historia, su destacado patrimonio cultural y su legendario entorno tapizado de olivos, por algo Jaén es conocida como capital mundial del aceite de oliva.
Porque Jaén sabe y huele rico, siendo uno de los mejores lugares de tapeo de la geografía nacional que comenzamos a disfrutar en el entorno de la catedral de la Asunción, el edificio icónico de la ciudad junto a la basílica de San Ildefonso, el palacio de los Vilches o el Edificio Moneo.
Y siguiendo el aroma de la historia legendaria (y del buen comer) no podemos dejar de visitar la judería de Jaén, también conocida como barrio de Santa Cruz, un conjunto de callejuelas que testimonia la presencia hebrea en la ciudad durante doce siglos, terminando nuestro panorama jiennense divisando el entorno natural desde la Cruz del Castillo, uno de los tres recintos fortificados de la ciudad.
Avilés
Del sur al norte, del interior de la campiña andaluza, a la costa asturiana para visitar la ciudad de moda en el Principado. Ahora que se acerca el carnaval, es un buen momento para conocer el mejor Antroxu astur, el del mítico Descenso del Galiana que llena de color (y espuma) una de las calles más populares de la ciudad.
Y tras dar buena cuenta de unos culines de sidra en la plaza de Domingo Álvarez Acebal, echamos un ojo al palacio y al parque de Ferrera para después acercarnos al barrio de Sabugo donde se ubica una de las plazas más entrañables de Asturias. Y, para terminar, un paseo por la ría degustando en la distancia el Centro Niemeyer, el gran símbolo de la moderna Avilés a la que todavía le queda mucho por hacer en su ría a través de ese proyecto conocido como Isla de la Innovación.
Melilla
De la Costa Verde cantábrica al norte de África para bañarnos en las aguas del mar de Alborán al otro lado del Estrecho conociendo más a fondo la singular historia de Melilla, esa ciudad enclavada en el corazón del Rif, en la parte oriental del cabo de Tres Forcas.
Oficialmente reconocida como española en el tratado de 1860 firmado por Isabel II y Mohammed IV —que establecieron los límites de la ciudad con el alcance de los disparos del cañón ‘El Caminante’— Melilla es uno de los pocos territorios que recuerdan el pasado imperialista y colonial de España, tal y como sucede —aunque con diferentes matices— con el viejo y todopoderoso Imperio británico y su Gibraltar, al otro lado del Estrecho.
De cualquier forma, y al margen de lo que nos depare el futuro con la ciudad norteafricana y su vecina Ceuta, Melilla es una más que interesante visita, tanto desde un punto de vista histórico, como cultural. Solo hay que echar un vistazo a la ensenada de los Galápagos y la fortaleza —que dicen es la única renacentista de todo el Mediterráneo— para comprender que esta ciudad no es como las demás: la ciudad de las cuatro culturas —cristina, musulmana, judía e india— que es nuestra última apuesta para este 2022.