Hay un sitio que no puedes perderte si viajas a Roma, la Ciudad Eterna. Y es que dentro de ella se encuentra el Vaticano, que atesora la belleza y singularidad de un patrimonio histórico, artístico y cultural impresionante.
Así lo atestiguan todos los viajeros que han visitado el Vaticano, quienes recomiendan la compra de entradas con antelación para no tener que perder el tiempo en largas colas. Nosotros te contamos qué es lo que te aguarda en el Vaticano, el país más pequeño del mundo, para que no olvides ninguna de sus visitas imprescindibles.
Ciudad del Vaticano

El Estado de la Ciudad del Vaticano, que también alberga la Santa Sede de la iglesia católica, nació como estado independiente allá por el año 1929, después de que se firmaran los denominados Pactos Lateranenses entre la Santa Sede y el reino de Italia.
Con solo 44 hectáreas y unos 800 habitantes, constituye el país más pequeño del mundo, gobernado por el Papa, quien es elegido mediante sufragio por los cardenales menores de 80 años.
Catalogada como Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la Unesco en 1984, la Ciudad del Vaticano asombra siempre al viajero, así como los barrios romanos que la rodean: Monte Mario y Prati.
Plaza y Basílica de San Pedro

La Plaza de San Pedro y la Basílica de San Pedro, con su fachada monumental y en cuyo interior alberga la tumba del santo, ocupan un 22 por ciento del territorio del Vaticano y, probablemente, sean los lugares más conocidos por el gran público. La plaza está rodeada por 140 estatuas y en ella se alza un gran obelisco del antiguo Egipto.
Los miércoles el Papa organiza una audiencia general abierta al público, y aunque en verano tiene lugar en el Castel Gandolfo, el resto del año se ofrece en la Basílica de San Pedro. Además, los domingos el Sumo Pontífice se asoma a una de las ventanas para bendecir a los fieles en la Plaza de San Pedro.
Capilla Sixtina

Solo por ver la Capilla Sixtina, muchos son los que acuden año tras año al Vaticano. Y es que aquí se encuentra una de las obras de arte más importantes de Miguel Ángel: el Juicio Final.
Sin duda, este mural es una de las joyas de los Museos Vaticanos, donde te aguardan muchas otras, distribuidas en edificios históricos como el Museo Etnológico, el Museo Gregoriano Egipcio, el Museo Gregoriano Etrusco, el Museo Chiaramonti, el Pabellón de las Carrozas, la Galería Lapidaria o el apartamento Borgia.
Estancias de Rafael

Junto a las pinturas de Miguel Ángel, y formando también parte de los Museos Vaticanos, encontrarás cuatro estancias cuyas paredes están decoradas por otro grande de su tiempo: Rafael. Conocidas como las Estancias de Rafael, se encuentran en parte de los aposentos del segundo piso del Palacio Pontificio, en la Sala de Constantino, la Estancia del Sello, la Estancia de Heliodoro y la Estancia del Incendio del Borgo.
Zonas arqueológicas

Pero junto a los Museos Vaticanos, este pequeño país también posee zonas arqueológicas excepcionales que puedes visitar: la Necrópolis Vaticana, en el subsuelo de la Basílica de San Pedro, la Necrópolis de la Vía Triumphalis y las excavaciones de San Juan de Letrán, en los subterráneos de la basílica del mismo nombre.
Jardines Vaticanos

Además de las visitas a los museos, con su infinidad de esculturas, pinacotecas, frescos y restos arqueológicos, no dejes de pasear por los exuberantes Jardines Vaticanos, un espacio verde dentro de la ciudad que ocupa 23 hectáreas de la Colina del Vaticano, con una pequeña área boscosa.
Su diseño cuenta con varios estilos, desde el típico jardín italiano hasta el jardín inglés con sus pérgolas, ruinas y pagodas, y el jardín francés con sus fuentes y juegos de agua. En ellos encontrarás grutas como la Grotta di Lourdes, monumentos medievales, esculturas e incluso el edificio de Radio Vaticana.
Villas Pontificas del Castel Gandolfo

Por último, una vez hayas visitado la Ciudad del Vaticano, te recomendamos hacer una excursión hasta las Villas Pontificias de Castel Gandolfo, a orillas del lago Albano, ubicadas a unos 25 kilómetros.
Por primera vez en la historia, el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, la Villa Barberini y la Villa Cybo fueron abiertos al público como museos en el año 2016, por decisión del Papa Francisco. Hasta entonces, las Villas Pontificas siempre estuvieron destinadas al uso privado de los papas. Así que no pierdas la oportunidad de visitar este paraje idílico y de valioso patrimonio artístico ahora que se ofrece tal posibilidad.
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