El crecimiento de la población, la industrialización y el trabajo de las explotaciones madereras habían provocado en las últimas décadas la práctica desaparición del oso pardo en la cordillera cantábrica. Hoy, gracias al trabajo de organizaciones de protección animal como Fundación Oso Pardo y al apoyo económico de fundaciones como The European Nature Trust (TENT) la situación ha mejorado radicalmente y se ha pasado de una población que en su peor momento estaba en torno a los 40 ejemplares a los más de 400 osos que se calcula habitan ahora en esta cadena montañosa.
Durante varios días tuvimos la suerte de conocer de primera mano el trabajo de la Fundación Oso Pardo en Asturias y acercarnos a visitar algunos de los mejores lugares para avistar a estos magníficos mamíferos. No es una tarea sencilla, pero con un poco de paciencia y, preferiblemente, la ayuda a algún guía profesional es muy probable tener suerte y disfrutar de un espectáculo único. Eso sí, como te explicamos en este artículo, debe hacerse siempre de manera responsable por el cuidado del entorno, de los animales y también por tu propia seguridad.
Los mejores lugares para ver al oso pardo

Actualmente sólo hay dos lugares en España con población de osos pardos en libertad. Uno es los Pirineos, donde se reintrodujo la especie con bastante éxito, y el otro es la cordillera cantábrica, donde los osos han permanecido de forma permanente y donde se distribuyen por Asturias, Cantabria y el norte de Castilla y León. La mayoría, no obstante, se concentra en Asturias y es allí donde encontramos los mejores lugares para el avistamiento del oso pardo y un mayor desarrollo de esta actividad como atractivo turístico.
Cómo comentábamos en la introducción, el oso pardo era una especie en peligro de extinción hasta no hace mucho y, por tanto, este tipo de experiencia turística es relativamente reciente. Hasta ahora, se protegía mucho cualquier posible contacto entre el turismo y los osos para garantizar su bienestar. En la actualidad, con una población ya asentada y en constante crecimiento, el turismo en torno al oso pardo se presenta como una gran oportunidad para estas regiones que empezaban a verse un poco aisladas y sin demasiadas salidas económicas.

Es, además, una forma perfecta para informar y concienciar al público sobre el trabajo de protección que se está haciendo, así como un instrumento para convencer a las comunidades locales de la importancia del oso, que en muchas ocasiones pueden llegar a percibir como una amenaza. La realidad es que, salvo algunos casos aislados de daños al ganado, la convivencia es buena y hace mucho tiempo que no ha habido ataques a personas porque, fundamentalmente, el oso evita a toda costa el contacto con los humanos.
Las mejores zonas para avistar osos en Asturias se sitúan en el área que comprende el Parque Natural Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, la Reserva Natural de Muniellos y el Parque Natural de Somiedo. La alta protección de estas joyas naturales ha permitido la conservación de esta especie y sus numerosos miradores y puntos de observación nos facilitan bastante la labor. Obviamente, debe seguir haciéndose de una manera responsable, siguiendo los consejos que veremos a continuación.
Consejos para un avistamiento responsable

Existen una serie de normas básicas para realizar esta actividad de forma responsable, garantizando nuestra seguridad y, sobre todo, asegurando la tranquilidad y el bienestar de los osos. La Fundación Oso Pardo en colaboración con otras organizaciones han elaborado un decálogo que recoge los principales consejos en este sentido.
El mejor consejo, en realidad, sería contar con la ayuda de algún guía profesional que nos oriente y nos ayude en el avistamiento. Porque una cosa debemos tener clara: ver osos va a ser bastante complicado y sin ayuda profesional se vuelve una tarea casi imposible. En nuestra visita tuvimos la suerte de contar con la ayuda de las empresas Trabau Ecoturismo y Wild Spain Travel, en donde trabajan profesionales como Víctor Trabau o Luis Frechilla. Ellos nos llevaron a los puntos de avistamiento con más posibilidades de éxito según la época y las condiciones del día, además de facilitarnos el mejor equipo técnico para poder ver a los osos a bastante distancia. A lo largo de los tres días que compartimos con ellos, no dejó de sorprenderme su capacidad para detectar cualquier movimiento a cientos de metros.

Si nos animamos a intentarlo por nuestra cuenta o nos encontramos en alguna de estas zonas tendremos que seguir las siguientes recomendaciones. A nivel general, habría que empezar por instrucciones básicas como no dejar basura ni restos de comida en el monte. Es siempre aconsejable caminar en grupo y si vamos acompañados de un perro, lo mejor será llevarlo atado.
Los osos pueden presumir de un gran oído y son bastante asustadizos así que huirán inmediatamente si detectan nuestra presencia. Cómo se suele decir, ellos tienen más miedo de ti que tú de ellos. Esto es una buena noticia si estamos de senderismo pero también un detalle muy a tener en cuenta si pretendemos avistarlos porque, en este caso, el silencio se vuelve imprescindible. Las mejores horas para realizar el avistamiento son las primeras de la mañana y las últimas de la noche, cuando el calor baja y los osos salen a las zonas más despejadas.
¿Y qué hacemos si nos encontramos con un oso?

Como acabamos de señalar, son unos animales muy huidizos y por tanto el encuentro con un humano es bastante improbable. Pero, si en algún caso, no nos han detectado y se cruzan en nuestro camino es fundamental seguir una serie de normas muy básicas para evitar problemas. Si nosotros vemos a un oso pero él no nos ha detectado, lo mejor será irnos de forma tranquila sin hacer demasiado ruido ni tratar de llamar la atención. Si, por el contrario, el animal nos ha visto deberemos hacer notar nuestra presencia. Hablar alto, con seguridad y sin hacer movimientos bruscos será la mejor opción, además de intentar garantizar al oso una vía de escape.
Es posible que el oso se alce sobre sus patas pero este movimiento, en contra de lo que las películas nos han contado, no es un gesto amenazante sino una manera que tienen de evaluar mejor la situación y el riesgo. Más peligrosos pueden resultar si se trata de una osa que se encuentre cuidando a sus crías, en cuyo caso no se nos debe ocurrir acercarnos. Lo mismo si observamos a algún osezno aislado o perdido. Por muy bonito y tierno que nos parezca, es muy probable que la madre se encuentre cerca y se sienta amenazada si se nos ocurre cogerlos o jugar con ellos.
Otra situación delicada se puede dar si se encuentra comiendo en algún árbol frutal o algo de carroña, ya que podría intentar defender su comida, por lo que será mejor abandonar el lugar cuanto antes. En definitiva, intentar mantener la tranquilidad y, por supuesto, guardarse las ganas de hacerse un selfie para otro momento.