Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir

Para algunos suelen ser lugares tétricos a los que es mejor no acercarse. Para otros, puede significar una excursión cercana a lo sobrenatural. Pero para muchos son sitios imperdibles por los que pasa mucha historia y se observa interesante arquitectura y hasta un bello entorno natural. Por eso hoy te presentamos algunos cementerios para conocer mientras estés vivito y coleando.

Cementerio de Highgate (Londres, Reino Unido)

Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir
Flickr / bixento

Es, quizá, uno de los rincones ocultos más maravillosos de la capital inglesa. Se inauguró en la primera mitad del siglo XIX, y entre sus tumbas y mausoleos -muchas de las cuales son de la época victoriana- se encuentran las de personajes como Karl Marx, George Elliot y Michael Faraday. Un espectáculo aparte lo aporta la frondosa vegetación del lugar. Por tal motivo, además de ser considerado como parte del patrimonio cultural del país, figura en el registro de parques y jardines de especial interés histórico.

Cementerio Père-Lachaise (París, Francia) 

Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir
Amelia Wells

Personalidades como Jim Morrison, Oscar Wilde, Frederic Chopin, Edith Piaf, Isadora Duncan o Eugène Delacroix están enterradas en este famoso cementerio, el más grande (intramuros) de la capital francesa, y que fue construido a principios del siglo XIX. Pero, también el lugar es elegido por muchos parisinos como un bello parque, poblado por más de 5000 árboles, donde disfrutar de un bonito paisaje natural en medio de una gran ciudad.

Cementerio Central (Viena, Austria) 

Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir
Pixabay

Inaugurado en 1874, hay más de tres millones de personas enterradas en este cementerio, y de distintas religiones: católica, ortodoxa, protestante, judía, budista, etc. Destaca por sus monumentos y por albergar las tumbas de músicos de la talla de Beethoven, Schubert,  Brahms o Strauss. No puedes dejar de admirar la iglesia de San Borromeo, que llamará tu atención por su gran cúpula. Se trata del principal centro de ceremonias del lugar.

Antiguo Cementerio Judío (Praga, República Checa) 

Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir
Jorgen Royan

Aquí las tumbas se amontonan, o casi, una sobre otra, y el musgo invade las lápidas. Es un lugar, sin duda, impactante, aunque no existan esculturas ni ornamentos. El antiguo Cementerio Judío de Praga se utilizó entre el siglo XV y hasta 1787. Es imposible determinar la cantidad de personas allí sepultadas, porque hay hasta 12 capas de tierra. Es que, como los judíos no pueden destruir tumbas, cuando se fueron quedando sin espacio, todo parece indicar que  empezaron a enterrar sobre las tumbas ya existentes.

Cementerio de Staglieno (Génova, Italia)

Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir
Pixabay

Entre los cementerios para conocer, en los posible antes de morir, está el de Staglieno, inaugurado en 1851. Emplazado en una colina, aquí sobresalen las esculturas monumentales -no te pierdas el Ángel de Monteverde- al igual que sus mausoleos y panteones. También cuenta con bellos jardines, donde te encontrarás con una copia del Panteón de Agripa.

Cementerio de Saint Louis (Nueva Orleans, EE.UU.)

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Flickr / Photographing Travis

En una ciudad que está por debajo del nivel del mar y, para colmo, ubicada en zona pantanosa, era lógico que los difuntos fueran sepultados en construcciones elevadas. Así lo entendieron sus habitantes tras las inundaciones que, literalmente, levantaran a sus muertos. El cementerio de Saint Louise alberga hoy tumbas del siglo XVIII y XIX, entre ellas la de Marie Laveau, conocida como “La Reina del Vudú de Nueva Orleans”.

Necrópolis de Cristóbal Colón (La Habana, Cuba)

Diez cementerios para conocer (preferiblemente) antes de morir
Darwininan

Quizá la impronta caribeña te haga dudar de visitar un cementerio en La Habana. Pero créeme que te estarías perdiendo una maravilla declarada Monumento Nacional, plagada de impresionantes esculturas y otras obras de arte funerario que poco tienen que envidiar a su par de Staglieno. Más allá de la famosa tumba de “La Milagrosa”, donde la gente acude a pedir -precisamente- milagros, te recomendamos recorrer sus panteones que recrean a escala las mansiones coloniales de sus antiguos dueños.

Cementerio de La Recoleta (Buenos Aires, Argentina)

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HalloweenHJB

Ubicado en el distinguido barrio porteño de La Recoleta, este cementerio es una verdadera obra de arte que impresiona por la belleza y el lujo de sus mausoleos y panteones. Pero también alberga a buena parte de los personajes de la historia argentina, desde presidentes y otros líderes políticos -entre ellos, la mítica Eva Perón– hasta científicos y escritores.

Cementerio Waverley (Sydney, Australia) 

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M A Lurig

Desde 1877 hay muertos que descansan en lo alto de los acantilados situados en los suburbios al este Sydney, con impactantes vistas al mar. Pero el cementerio de Waverley destaca también por sus monumentos de estilo victoriano y eduardiano, y por las personalidades australianas de diversos ámbitos que allí están sepultadas.

Cementerio Novodévichi  (Moscú, Rusia)

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Flickr / Bernt Rostad

Inaugurado en 1898, forma parte del conjunto conventual del Monasterio Novodévichi, que data del siglo XVI, y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Asiduamente visitado por los turistas, el lugar alberga famosas figuras como el escritor Anton Chéjov, el líder soviético Nikita Khrushchev y el director de cine Serguéi Eisenstein. Su aspecto es el de un parque con pequeñas capillas y grandes conjuntos escultóricos.

Pedro González

Si hace unos años alguien me hubiese dicho que acabaría cuidando niños en guarderías y escribiendo sobre lo humano y lo divino, me habría reído en su cara. Por aquel entonces trabajaba en televisión y fue lo único que supe hacer durante más de una década. Ahora me dedico a contar historias, viajar, leer, ver cine y series y, sobre todo, vivir. Si queréis, encontrarme, nos buscamos por los caminos.

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