Pese a las altas temperaturas de esta época, e indistintamente de que seas local o visitante, la capital española y sus alrededores ofrece gran cantidad de opciones para pasarlo bien y poder apreciar sus encantos. Te proponemos algunos rincones para disfrutar Madrid en verano y de paso demostrar que aunque el mar parezca tan lejano, la temporada estival es una oportunidad de ver esta gran urbe y su entorno con ojos más tranquilos e infinitamente menos agobio.
Río Manzanares

En pleno corazón de la ciudad puedes tomarte un respiro a orillas del Manzanares. A lo largo de 7 kilómetros y a ambos márgenes del río con el magnífico parque de Madrid Rio -que puedes cruzar por múltiples pasarelas- este paseo poblado de jardines y lugares de esparcimiento para niños y adultos se convierte en una opción más que interesante para disfrutar Madrid en verano. Y si quieres presenciar alguna propuesta cultural, solo tienes que acercarte hasta Matadero Madrid. Además, tienes a un paso lugares tan emblemáticos como el Palacio Real, la Catedral de la Almudena y el Campo del Moro.
La azotea del Círculo de Bellas Artes

Las terrazas madrileñas ya son un clásico en verano. Un punto de reunión para tomar una cerveza, un refresco o degustar un helado o una buena comida. De entre todas ellas, te recomendamos la azotea del Círculo de Bellas Artes, en la céntrica calle Alcalá y a 56 metros de altura. Y es que tienes una de las mejores vistas panorámicas de la capital española. Pero también puedes aprovechar algunas de las variadas propuestas culturales que ofrece el Círculo.
Parque El Retiro

Son muchos los parques que puedes visitar en esta gran urbe en busca de un ambiente menos agobiante. De entre ellos, seleccionamos El Retiro. Poblado por más de 15 mil árboles, este remanso verde en pleno corazón de la ciudad alberga también numerosos conjuntos arquitectónicos y escultóricos. Por ejemplo, el Palacio de Cristal y el Palacio de Velázquez -que funcionan como salas de exposiciones-, el Monumento a Alfonso XII, la Puerta de Felipe IV, el Real Observatorio Astronómico y la fuente de la Alcachofa. También puedes apreciar los restos de la ermita románica de San Pelayo y San Isidoro. Y, en el Estanque Grande, tienes la posibilidad de realizar navegación recreativa, remo y piragüismo.
Jardín del Príncipe de Anglona

Si buscas un rincón tranquilo y fresco en medio de la ciudad, lo ideal es que te internes en algunos de los jardines con los que cuentan museos y otros edificios abiertos al público. Algunos pueden considerarse casi como los secretos mejor guardados de Madrid. Uno de ellos es, sin duda, el Jardín del Príncipe de Anglona, en la plaza de la Paja (barrio de La Latina). Es de los pocos ejemplos de jardines nobiliarios del siglo XVIII que se conservan en la zona. En sus 500 metros cuadrados destacan una fuente de granito, un par de pérgolas con rosales, una glorieta semicircular y una gran cantidad de frondosos árboles que aportan generosa sombra. Atrévete a traspasar la pequeña puerta del muro que lo protege y te sentirás transportado al mejor de los mundos clásicos.
Piscinas naturales de Rascafría

Pero si quieres alejarte un poco de la capital, hazte una escapada hasta Rascafría, un municipio situado en la zona noroeste de la Comunidad de Madrid. Allí te encontrarás con Las Presillas. Se trata de tres piscinas naturales en el cauce del río Lozoya y en pleno Valle de El Paular. Es un sitio ideal par hacer un picnic contemplando amplias y verdes praderas y también hermosas vistas del Peñalara, el pico más alto de la sierra de Guadarrama.
Cascadas del Purgatorio

Sin salir de Rascafría, en la zona central de la Sierra de Guadarrama. se encuentra un conjunto de cascadas localizadas en el arroyo del Aguilón. No son de fácil acceso, y debes hacer el camino a pie, pero la recompensa vale la pena. Puedes empezar visitando el Real Monasterio de Santa María de El Paular (1390) y, desde allí, atravesar el Puente del Perdón y tomar la antigua carretera de Madrid. Tras un desvío se llega a un puente de madera y luego a un estrecho y serpenteante sendero que desemboca en un mirador ubicado frente a la cascada Baja. Te refrescarás solo con admirar este maravilloso espectáculo de un salto de agua vertical de 10 metros. Los más entrenados pueden llegar, 200 metros más arriba, a la cascada Alta.
Playa Los Villares

A orillas del río Tajo, en la localidad de Estremera, se encuentra esta playa rodeada de chopos donde se puede burlar el calor veraniego a apenas 60 kilómetros al sudeste de Madrid. Es ideal para ir con niños, ya que cuenta con zona de juegos infantiles y propuestas de distintas actividades recreativas tanto en tierra como en agua. Asimismo dispone de merenderos, un chiringuito, mesas y bancos.
Playa del Alberche

También puedes pasar una jornada refrescante con niños en la playa fluvial del Alberche, en el municipio de Aldea del Fresno, a menos de una hora al suroeste de Madrid. Cuenta con generosos bancos de arena y una buena oferta de kioscos, servicios y duchas. En la unión del río Alberche y el Perales, su afluente forma el suficiente caudal de agua como para darte un buen baño. Además, la playa se une al pueblo mediante un paseo peatonal.
Embalse de San Juan

A unos 70 kilómetros al este de la capital se encuentra el embalse de San Juan, el único de toda la comunidad en el que está permitido bañarse y navegar a motor. Presenta unos 14 kilómetros de playas en los términos municipales de San Martín de Valdeiglesias, El Tiemblo, Cebreros y Pelayos de la Presa. Además, sus aguas esconden dos edificios históricos: un puente medieval de ocho ojos y las ruinas de la originaria ermita de la Virgen de la Nueva.
Piscinas municipales al aire libre

No serán como las maravillosas playas de la costa marítima española, pero si el calor arrecia y no quieres o no puedes salir de la ciudad, las piscinas municipales al aire libre pueden convertirse en uno de los mejores rincones para disfrutar Madrid en verano. Tienes 22 opciones, todas ellas emplazadas en distintos Centros Deportivos Municipales, que también proponen variadas actividades acuáticas. No lo pienses dos veces, ponte el bañador y ¡al agua se ha dicho!