Este es el pueblo que deberías visitar en septiembre (según National Geographic)

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National Geographic le ha dedicado este final de verano, no uno, sino dos artículos diferentes a esta localidad del litoral cantábrico. Y nos hemos dicho que algo especial debe tener para despertar tanta atención. ¡Y vaya si lo tiene! 

Y es que Hondarribia es una de las localidades más espléndidas de la costa vasca, una ciudad que aúna historia legendaria, naturaleza deslumbrante y seducción marinera. Y todo ello gracias a una ubicación privilegiada: la bahía de Txingudi en la desembocadura del Bidasoa que marca la frontera entre Euskadi y Francia.  

Hondarribia desde el monte Jaizkibel 

Hondarribia - Fuente: Depositphotos
Hondarribia y la desembocadura del Bidasoa desde el Jaizkibel – Fuente: Depositphotos

Ponemos rumbo al extremo nororiental vasco desde San Sebastián. Pero no lo hacemos siguiendo la A-8, ni siquiera la GI-636. Nos lo vamos a poner un poco difícil para disfrutar más del paisaje y el entorno del Jaizkibel tomando la GI-3340 desde Lezo, también conocido como camino de Jaizkibel. Pese a su modesta altitud (no supera los 550 metros de altura), su situación costera le convierte en un emblema vasco: el monte más alto de todo el litoral cantábrico

Aproximadamente a mitad de camino, alcanzamos la conexión con el sendero del Valle de los Colores del Jaizkibel, una ruta circular de más de 600 metros de desnivel con casi 10 kilómetros de distancia que te permite disfrutar del espectáculo geológico de los flysch, la alternancia rítmica de capas de rocas de diferente dureza y color. 

Seguro que os suena otro camino que también transcurre por aquí: el Camino del Norte que arranca del barrio de La Marina de Hondarribia y circula por el Jaizkibel pasando por el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Todos los 8 de septiembre, muchos hondarribitarras peregrinan hasta aquí para rendir culto a la patrona de la ciudad. Desde el exterior del santuario, una panorámica inolvidable de la bahía de Txingudi

En diez minutos en coche o algo más de una hora andando se llega al mirador y faro de Híguer, otro espléndido panorama del litoral. Y a un paso puedes conocer el castillo de San Telmo, también conocido como Castillo de los Piratas, construido por Felipe II en 1598 para controlar a los temibles piratas de la época. 

Recorriendo Hondarribia 

Hondarribia - Fuente: Depositphotos
Hondarribia desde Hendaya – Fuente: Depositphotos

Es hora de bajar desde el castillo por el Paseo Ramón Iribarren admirando el Kai Berria, el puerto pesquero nuevo de Hondarribia que aún mantiene una de las flotas más importantes de la costa vasca. Y tampoco pasa desapercibida la playa de la localidad guipuzcoana, 800 metros de longitud y 200 de ancho para una playa de poco oleaje al estar protegida por los espigones. 

Tras rendir tributo al Cantábrico y pasar ante el gran puerto deportivo y el campo de fútbol nos adentramos en el caserío hondarribitarra para disfrutar del barrio de La Marina, el icono urbano de Hondarribia. Pasando la pequeña playa se encuentra Kai Zaharra, el antiguo muelle —hoy aparcamiento— desde el cual podemos apreciar a ambos lados los dos ensanches de la ciudad: también acoge el barco Mariñel, el último de madera de la flota local. 

Hondarribia - Fuente: Depositphotos
Calle de San Pedro en el barrio de La Marina – Fuente: Depositphotos

Y es que Hondarribia es un pueblo de intachable tradición marinera como vemos en el barrio de La Marina. La Cofradía de Pescadores, fundada en 1361 (nada menos) y ubicada en Zuloaga Kalea, tiene su sede en un pequeño edificio con un único arco central sobre el que se ubica la figura de San Pedro. Y es justamente la calle de San Pedro la más famosa de La Marina flanqueada por árboles y casitas con coloridos balcones: la pintura con la que originalmente se decoraban estas casas procedía de la que sobraba de pintar las barcas de los pescadores.  

La bonita iglesia de la Marina en la calle Matxin Arzu, junto al Auditorio, también llamada de la Magdalena, es mucho más reciente que la Cofradía de Pescadores: apenas tiene un siglo de vida y sustituyó a otra que se encontraba en el arrabal de la Magdalena. 

Tras la muralla de Hondarribia 

Hondarribia - Fuente: Depositphotos
Puerta de Santa María en Hondarribia – Fuente: Depositphotos

Es hora ya de adentrarnos en el casco histórico, el que se encuentra tras la muralla, y que es el germen de la localidad vasca. Y es que Hondarribia es una ciudad de ubicación privilegiada, como ya hemos visto desde las alturas del Jaizkibel. Y por esa razón fue un enclave defendido por sus habitantes y codiciado por los invasores.  

Los historiadores citan hasta nueve asedios, siendo el peor del que salió victoriosa el que tuvo lugar en 1638 en el contexto de la Guerra de los treinta años: un ejército francés de 18.000 hombres le puso cerco apoderándose de las vecinas Irún o Lezo, entre otras. El almirante de Castilla, protagonista de aquella batalla que venció a los franceses, escribió en carta a su mujer un breve comunicado que a la postre ha pasado a la historia por su síntesis: 

Amiga: como no sabes de guerra, te diré que el campo enemigo se dividió en cuatro partes: una huyó, otra matamos, otra prendimos, y la otra se ahogó. Quédate con Dios, que yo me voy a cenar a Fuenterrabía. 

Desde entonces, Hondarribia fue declarada “Muy Noble, Muy Leal, Muy Valerosa ciudad”. Las murallas, por supuesto, tuvieron mucho que ver en aquella nobleza y lealtad: es la única muralla renacentista que se conserva en Gipuzkoa. Para adentrarse en ellas, existen dos puertas: la de Santa María, la que suele ser elegida por los visitantes que llegan a Hondarribia desde el sur, y la de San Nicolás, que es la que nosotros cruzamos para conocer los principales iconos del casco antiguo. 

El baluarte de San Nicolás es el primero de ellos, uno de los mejor conservados en su traza original. Muy cerca, el baluarte de la Reina, del XVI, con sus dos patios unidos por un túnel sobre el que se ubica la antigua plataforma de artillería.  

Hondarribia - Fuente: Depositphotos
Plaza de Armas de Hondarribia – Fuente: Depositphotos

Recorriendo ahora el sur de la muralla llegamos a la magnífica Puerta de Santa María, donde se encuentra la escultura del Hatxero que representa un zapador, el soldado que trabaja en las fortificaciones y abría paso a las tropas. 

Y tras cruzar la puerta, el Ayuntamiento en la calle Mayor y la calle y plaza del Obispo, una de las más antiguas (y bonitas) de la localidad. Siguiendo la calle Mayor se puede visitar la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción y del Manzano, construida sobre fragmentos de antiguas murallas entre el XV y el XVI. 

Muy cerca podrás ver el Castillo de Carlos V, cuyo origen se podría retrotraer a finales del siglo X, y que debe su nombre a la fachada construida en tiempos del emperador: era a la vez castillo y palacio y actualmente es Parador de Turismo. Y, en su frente, la plaza de Armas, el epicentro de la Hondarribia medieval desde donde nos despedimos de esta perla del litoral cantábrico vasco.  

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