Se acerca el invierno. Y uno de sus productos estrella es, sin duda, la trufa negra, conocida como el diamante negro. Nuestro país es el principal productor de este manjar, así que vale la pena recorrer algunos de los lugares más emblemáticos donde se encuentra para degustar lo mejor de la alta cocina en torno a ella.
De tal modo, hoy te proponemos conocer algunos de los mejores lugares de España para comer trufas, los cuales pueden convertirse en destinos estupendos para tus escapadas invernales, ya sean para una cena especial, una jornada de excursión o para pasar un relajante fin de semana.
Museo de las trufas de Metauten (Navarra)

Uno de los mejores lugares para conocer todo sobre el fascinante mundo de las trufas y saborearlas para apreciarlas en su justa medida es el Museo de la Trufa (Carretera de Ganuza, 1, 31241 Metauten, Navarra), ubicado en la comarca de Tierra Estella y rodeado de un entorno espectacular bajo la Sierra de Lokiz.
Denominado Eco-Museo de la Trufa Centro de Interpretación de Metauten, en él es posible descubrir todos los secretos de un manjar tan singular, además de tratarse del único centro de interpretación en España que se encuentra dedicado exclusivamente al diamante negro.
La entrada general es de un par de euros y los menores de 12 años pueden acceder de forma gratuita, así como los residentes con acreditación. Durante el invierno abre de martes a viernes de 10:00 a 14:00 horas, mientras que los sábados y domingos cierra a las 14:30 horas. El único día que está abierto por la tarde es los sábados.
Y para probar el diamante negro, no olvides reservar en La ventana de Lokiz, el espacio gastronómico del Museo de la Trufa que cuenta con un especial menú atrufado.
Abejar (Soria)

Otro de los mejores sitios para comer trufas en una ocasión muy especial es Soria (Castilla y León). Y es que en esta provincia trufera se celebra cada año durante el mes de febrero la Feria de la Trufa en la localidad de Abejar, en la que se juntan decenas de truficultores y se exponen y ponen a la venta productos gastronómicos en los que la trufa es protagonista. Además, se organizan catas y degustaciones ideales para probarlas, así como talleres y concursos en torno a ellas. Durante la temporada de trufas encontrarás en la mayoría de los restaurantes de la región que estas forman parte de todas las cartas.
Mora de Rubielos (Teruel)

A 20 minutos en coche de Sarrión (Teruel) se localiza otra localidad trufera perfecta para comer a todo lujo el diamante negro. Nos referimos a Mora de Rubielos, donde se encuentra Melanosporum, todo un complejo especializado en «trufiturismo», en cuyas instalaciones se combinan un restaurante, un spa y un hotel. Entre los meses de noviembre a marzo, cada sábado se organizan salidas con perros para ir a buscar trufas y luego poder degustar el menú preparado con las que hayas recolectado.
El mercado trufero de Mora de Rubielos es uno de los más importantes del país. La lonja de este mercado se organiza entre noviembre y febrero y es donde se vende la recolección de las sierras y comarcas de la zona. Aprovecha para recorrer este hermoso pueblo amurallado y visitar edificios históricos como su castillo.
Graus (Huelva)

La localidad de Graus, en Huesca (Aragón), es otro de esos centros truferos en los que acertarás seguro para disfrutar del turismo de trufa y degustar los mejores platos. Puedes visitar el Mercado de la Trufa Fresca y aprovechar que la mayoría de los restaurantes de la localidad y los alrededores participan en torno a este evento dando especial protagonismo a la trufa, elaborando tapas elaboradas con trufa y acompañadas por una copa de vino Somontano a precios populares.
El mercado se organiza todos los sábados mientras dura la campaña trufera, en la Plaza Mayor, y en él se vende el producto por lotes o al detalle, por lo que también puede adquirirlo el pequeño consumidor.
Madrid

Si andas por Madrid y quieres degustar el diamante negro, tienes más opciones de las que te imaginas para hacerlo. Entre todos ellos, uno de los locales imprescindibles es La Cocina de María Luisa (Calle de Jorge Juan, 42, 28001 Madrid), donde la chef María Luisa Banzo dedica a la trufa parte de su carta en invierno desde hace años, convirtiéndose en un clásico en la capital. La sopa de trufa y yema, los huevos de corral con su puntilla y trufa, las delicias de acelgas rellenas de pato con trufa negra de Soria son ejemplo de ello.
Otro de los sitios en la capital para comer trufas es Piu di Prima (Paseo del Pintor Rosales, 30, 28008 Madrid), que reserva todo un apartado de su carta para ellas, con platos como el rissotto de champagne, parmesano y trufa negra o la pasta fresca con trufa negra y huevo escalfado, entre otros.
Por otro lado, si prefieres comprarlas tú mismo porque eres un cocinillas y te atreves con el diamante negro, puedes adquirirlas en La Trufería, donde además de trufas encontrarás productos derivados como mermeladas, salsas y chocolates, entre otros.