Sin duda el muro que proyecta construir el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es el que más atención genera en este momento, pero no es el único. Se trata de otro más que añadir a esta triste lista de lugares de nuestro planeta en el que se erigen.
Quienes levantan los muros que separan el mundo justifican sus decisiones en base a todo tipo de razones, ya sean de seguridad, religiosas o económicas; pero aquellos que fuimos testigos de la historia, con la caída del muro de Berlín, sabemos que es posible derribarlos. Por ese motivo es tan importante conocerlos.
Estados Unidos y México

Lo cierto es que, a día de hoy, de los 3.200 kilómetros de frontera que separan Estados Unidos y México, ya se encuentran vallados alrededor de 1.000 kilómetros, con muros, alambradas, rejas electrónicas y cámaras infrarrojas. Se empezaron a construir en 1994, auspiciados por un programa para combatir la inmigración ilegal, denominado Operación Guardián. Desgraciadamente, este muro vuelve a ser noticia, no por su eliminación, sino por la determinación del actual gobierno estadounidense, que proyecta aumentar su extensión hasta abarcar toda la frontera.
Corea del Norte y Corea del Sur

A la zona que divide Corea del Norte y Corea del Sur se la conoce como Zona Desmilitarizada de Corea (ZDC). Esta franja, que abarca 238 kilómetros de longitud y 4 kilómetros de ancho, fue construida en 1953, después de la Segunda Guerra Mundial, con el establecimiento de ambos países. Paradójicamente, al ser una extensión de terreno que se encuentra casi despoblada, posee gran diversidad biológica. Tanto es así que el gobierno de Corea del Sur elevó a las Naciones Unidas la proposición de que fuera declarada reserva natural por la UNESCO.
India y Pakistán

El territorio de Cachemira, que divide India y Pakistán, es una de las zonas de mayor tensión e inestabilidad que existe en el mundo. En los años noventa del siglo XX, la India comenzó a vallar todo el territorio que separa ambos países con un muro conocido como Línea de Control, formado por barreras electrificadas y dos líneas de alambradas de cuatro metros de altura, separadas por campos de minas, que alcanzan ya más de 550 kilómetros.
Irlanda del Norte

Se les llaman muros de la paz, pero no dejan de ser muros. Los encontramos en Belfast, la capital de Irlanda del Norte, y fueron levantados para frenar los enfrentamientos entre la comunidad católica y la protestante. Como resultado, se erigieron noventa y nueve muros a lo largo de veinte kilómetros. Algunos son ya un reclamo turístico, como los de Falls Road.
Arabia Saudí e Irak

Entre Arabia Saudí e Irak, se levantaron vallas con alambres de púas, vigiladas por los militares, en el año 2014, con la intención de abarcar toda la frontera. En la actualidad, configura un muro de 900 kilómetros con 78 miradores, 8 centros de control, 32 centros de reacción rápida y siete metros de altura.
Kuwait e Irak

Este muro fue construido, en 1991, después de la invasión de Irak a Kuwait. La cerca electrificada, con concertinas, alambres de púas y barreras de arena, mide 190 kilómetros de longitud, y llega a alcanzar los 4,5 metros de altura en algunos tramos, flanqueada por dos fosos de 5 metros de profundidad.
Sahara Occidental

Con más de 2.720 kilómetros, este es uno de los muros más grandes del mundo. El territorio que conforma el Sahara Occidental sigue siendo motivo de enfrentamiento entre los saharuis y Marruecos, desde que este país lo ocupó en 1976, después de que España abandonara la zona.
Las autoridades marroquíes lo construyeron con arena, piedras, alambres de espino y campos de minas. En 1991, la ONU creó la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) con la intención de dar una solución al problema y poder eliminar este muro de la vergüenza. Todavía no se ha conseguido.
Israel y Cisjordania

En el año 2002, Israel comenzó la construcción de un muro a base de vallas, alambradas, zanjas y placas de cemento de hasta ocho metros de alto, dentro de Cisjordania. Dos años después, esta construcción, cuyo proyecto total abarca 721 kilómetros, fue declarada ilegal a medio de sentencia no vinculante por parte de la Corte Internacional de Justicia, instando su derribo. Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional y Cruz Roja han denunciado sus terribles consecuencias.
Uzbekistán

Después de los ataques sufridos en su capital, Tashkent, en 1999, el gobierno de Uzbekistán levantó una barrera de alambre de espino a lo largo de 800 kilómetros de frontera con Kirguistán. Pero no es la única. Cercas fortificadas y campos de minas también separan a Uzbekistán de sus otros países vecinos: Afganistán y Tayikistán.
Hungría y Serbia

El muro que se extiende entre Hungría y Serbia se construyó en 2015 para impedir el acceso a los refugiados que entraban en el territorio de la Unión Europea a través de su frontera. Así, las autoridades húngaras comenzaron a levantar esta barrera de alambre de púas, de 4 metros de altura, hasta convertirla en una valla de seguridad doble, y alcanzar los 175 kilómetros que separan ambos países.
Bulgaria y Turquía

Este es otro de esos muros que se han levantado recientemente en Europa para impedir la entrada de refugiados. Bulgaria ha construido ya 200 kilómetros de valla de tres metros de alto y alambre de espino en la frontera que la separa de Turquía. El gobierno búlgaro planea extenderla hasta cubrir los 270 kilómetros fronterizos que la separan de territorio turco.
Calais (Francia y Reino Unido)

Los muros han proliferado por las fronteras europeas desde la crisis humanitaria que comenzó en 2015 con la llegada de los refugiados que huían de zonas en guerra como Siria. Así, el muro de Calais, al norte de Francia, con sus 4 metros de alto y un kilómetro de largo, fue construido durante el 2016 para impedir que los inmigrantes intentaran alcanzar Reino Unido a través del estrecho paso que comunica a este país con el continente.
Ceuta y Melilla

A finales de los años noventa del siglo XX, España comenzó a levantar un muro en Ceuta y Melilla para impedir la entrada de inmigrantes africanos. Dos vallas de 6 metros de altura, con concertinas, cámaras de vigilancia y sensores. En Ceuta, su extensión abarca 8 kilómetros de frontera entre el territorio español y el marroquí, mientras que en Melilla ocupa doce kilómetros.
Chipre

El muro que divide en dos la isla de Chipre es conocido como la Línea Verde. Se creó como zona de seguridad, en 1974, después de la guerra entre los grecochipriotas del sur y los turcochipriotas del norte. Como consecuencia, la capital, Nicosia, está dividida en dos mitades. En 2004, cuando la isla entró a formar parte de la Unión Europea, se abrieron varios accesos; pero sigue existiendo.
Berlín

El muro de Berlín partió en dos a Alemania durante 28 años, después de la Segunda Guerra Mundial; ahora, es solo un recuerdo y un reclamo turístico. Quienes vivimos el momento de su caída, en 1989 recordamos aquellas fechas con especial emoción. Al fin y al cabo, hemos sido testigos de que los muros se pueden derribar.