¿Por qué este pueblo lleva abandonado más de 60 años?

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Hay pueblos abandonados en nuestro país, como La Mussara, que resultan tan especiales como interesantes. Además, tras cada uno de ellos hay una historia que contar, relatos fascinantes que entremezclan la realidad y el misterio.

Descubrimos hoy la historia de esta localidad situada en la comarca catalana del Baix Camp para averiguar por qué este pueblo lleva abandonado más de 60 años. Una historia particular de lo que ahora se conoce como la España vaciada.

Historia de La Mussara

Iglesia de San Salvador en La Mussara
Iglesia de San Salvador en La Mussara/Foto: Depositphotos

La historia de La Mussara tiene su origen en la Edad de Bronce, aunque el primer registro que nos consta de la existencia del pueblo es un documento del año 1173 entre el rey de Aragón Alfonso I y Guillermo de Torroja, arzobispo de Tarragona. En una ubicación excepcional, en las montañas de Prades, en la provincia de Tarragona, sus vecinos lo habitaron hasta mediados del siglo XX.

La Mussara estaba formado por poco más de una veintena de casas y diversas masías, además de disponer de una iglesia, el edificio del ayuntamiento, una escuela y dos tabernas. No había ninguna tienda en el lugar, por lo que los vecinos debían desplazarse hasta Reus para hacer la compra. Sus habitantes vivían de la ganadería, la agricultura y el comercio con el carbón vegetal.

Pero alrededor de 1950 empezó un éxodo poblacional causado por una serie de factores, muchos de ellos prácticos y socioeconómicos; otros, legendarios. Lo cierto es que en 1960 apenas quedaban 12 habitantes, que también terminarían abandonando el lugar por las dificultades de la vida en el mismo.

España vaciada

Si nos centramos en el aspecto más terrenal, en la Mussara sucedió algo similar a lo que pasó en otros lugares de la España vaciada, en los que se produjo el abandono del rural por las malas comunicaciones que en él había y la ausencia de servicios básicos como una asistencia médica en condiciones. Tampoco tenían teléfono ni electricidad. Si a ello sumamos otros aspectos tales como la sequía y las malas cosechas, las dificultades de vivir allí eran enormes. Además, la situación se agravó con una epidemia del insecto filoxera que atacó las hojas de las vides, y La Mussara comenzó a perder población en un goteo constante hasta que no quedó ya nadie en sus casas.

Sin embargo, hay otras razones por las que La Mussara terminó abandonado, o eso es lo que cuentan las leyendas, las mismas que dicen que este lugar fue dejado atrás por sus habitantes por culpa de una misteriosa niebla.

Niebla en La Mussara

Y es que si hay una leyenda que inquieta en estas tierras es aquella que asegura que La Musara es una puerta a otro mundo, una estación de paso donde la niebla sirve como llave de acceso a esa otra realidad. Se cuenta que en esa bruma desapareció un hombre durante 14 horas, pero que él solo tuvo constancia de estar perdido un par de ellas, y son muchas otras las historias de protagonizadas por aquellos que se dice que se adentraron en la niebla para nunca jamás volver a aparecer.

Dicen que en las ruinas de la antigua iglesia de San Salvador, un templo que ya no está consagrado, pueden oírse tañer las campanas cuando la niebla asciende por el terreno, y que en su interior se encuentran cruces invertidas, pinturas satánicas y psicofonías que atraen a los amantes de los sucesos paranormales.

Visitar La Mussara

Pueblo de La Mussara
La Mussara/Foto: Depositphotos

Pero todo el conjunto de este pueblo abandonado, sus ruinas, su localización y la especial niebla que de pronto lo cubre se ha ido convirtiendo en uno de los destinos favoritos de escaladores, senderistas y aficionados al turismo activo. La Mussara se encuentra a unos 30 kilómetros de Reus y en torno a él son diversas las rutas a pie y en bicicleta de montaña que pueden realizarse. Entre todas ellas resulta visita obligada el antiguo refugio conocido como el Xalet de las Airasses, desde donde se contemplan unas preciosas vistas panorámicas. Esta es la primera parada que efectúan los senderistas cuando ascienden por el Camí de les Campanilles desde Vilaplana.

No obstante, hay que ser cuidadoso al moverse por la zona, porque si sube la niebla, esta es tan espesa que resulta sencillo perderse, aunque la bruma incrementa el aire de misterio que tiene la zona. Recuerda que esta niebla sube de los ríos Siurana y Ebro, y que cuando es muy densa, apenas podrás ver más allá de 10 metros ante ti.

Por último, merece la pena tener en cuenta dos eventos perfectos para conocer La Mussara. El primero de ellos es el Festival de Poesía Mussart, que se celebra cada año en el mes de agosto; el otro es la marcha senderista Reus-Prades-Reus, que suele organizarse en el mes de junio.

Silvia Pato

Escritora y redactora gallega. Autora de los libros Las nueve piedras y El Libro del Único Camino, así como de numerosos relatos en revistas de género, colabora asiduamente con sus artículos y columnas de opinión en diversos medios digitales. Con la pasión y la curiosidad que la caracterizan, descubre el mundo a través de su historia, su cultura, sus lugares y sus gentes para difundir y compartir todo tipo de sensaciones y hallazgos. Porque todo viaje comienza con un solo paso.

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