Escaparse a una isla a pasar unos días de vacaciones siempre es un buen plan, pero más allá de las primeras que suelen venir a la mente de los viajeros, el continente europeo alberga algunas que constituyen paraísos para relajarse, descansar y practicar deportes náuticos.
Hoy tenemos en cuenta a uno de los países vecinos de España para seleccionar algunos de esos destinos idílicos sin necesidad de salir de Europa. Estas son las seis islas francesas paradisíacas que te proponemos para que tengas en cuenta en futuras escapadas.
Porquerolles

En el archipiélago de las Îles d’Hyères se encuentra Porquerolles. Esta isla del Mediterráneo, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul constituye un pequeño paraíso. Tanto es así que se ha ganado el sobrenombre de la Perla de las Islas de Oro. Aquí se suceden las playas de arena fina con espectaculares acantilados y calas.
Porquerolles es perfecta para relajarse, pero en ella también podrás hacer rutas de senderismo y en bicicleta, practicar submarinismo, visitar las antiguas construcciones militares y descubrir la flora y fauna del Parque Nacional que acoge.
Isla de Ré

Las aguas del océano Atlántico bañan la isla de Ré, en cuyos 30 kilómetros de longitud te sorprenderán sus pueblos, sus pequeños puertos pesqueros, sus viñedos y sus extensas playas de blanca arena. Este es un paraíso perfecto para los amantes del surf, el kitesurf y los deportes de vela. Además, no es necesario que te subas a una embarcación para llegar a ella, ya que está unida al continente por un puente construido en 1988.
Conocida como la Isla Blanca, resulta imprescindible visitar Saint-Martin-de-Ré y las fortificaciones de Vauban, la Abadía des Châteliers, el Fuerte de La Prée, el museo Ernest-Cognacq y el Faro de las Ballenas. También cuenta con un centenar de kilómetros de rutas señalizadas para los aficionados a la bici de montaña.[the_ad id=»5141″]
Isla de Port-Cros

En la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, se encuentra otro pequeño paraíso: la isla de Port-Cros. Declarada Parque Nacional en 1963, cuenta con una extensión de 650 hectáreas, y su punto de mayor altitud se sitúa a 199 metros.
Las rutas de senderismo, las actividades deportivas y relajarse en sus costas son algunos de los planes que podemos hacer en Port-Cros, además de visitar el antiguo observatorio de La Vigie, el valle de la Solitude, la Mansión de Hélène y el Fort de Port-Man. Ten en cuenta que, para llegar a la isla, es necesario tomar un transbordador en Hyéres.
Isla de Yeu

Con su costa salvaje, sus pinares, sus dólmenes y menhires, y sus enormes playas, la isla de Yeu es uno de los destinos de veraneo predilecto de los parisinos. Para desplazarse hasta este espacio protegido hay diversas empresas de transporte marítimo que lo comunican con el continente durante todo el año, e incluso se puede llegar en helicóptero a su pequeño aeropuerto: el Île d’Yeu le Grand Phare.
En sus 23 kilómetros cuadrados de superficie, además de disfrutar de las actividades al aire libre y sus playas, no dejes de visitar la fortaleza del siglo XIV conocida como el Viejo Castillo.
Archipiélago de las Glénan

Los siete islotes que conforman el archipiélago de las Glénan te harán creer que estás en un paraíso tropical. Este espacio protegido de aguas transparentes y fina arena, en el que se localiza su famoso Club Náutico y el Centro Internacional de Submarinismo, no cuenta con hoteles y no permite acampar, por lo que tendrás que desplazarte hasta él en barco.
El transporte marítimo parte de Bénodet, Concarneau, Loctudy, Pors-la-Forêt y Beg Meil hasta la isla principal de Saint-Nicolas, entre los meses de junio y septiembre. [the_ad id=»5141″]
Córcega

La conocida como Isla de la Belleza, seguramente sea la más famosa de las islas francesas ubicadas en el Mediterráneo y en ella encontrarás un auténtico paraíso. Los bosques de pinos, la costa y los 25 ríos que cruzan Córcega esconden todo tipo de rincones para perderse y disfrutar de una escapada inolvidable.
La zona norte alberga los pueblos más pintorescos, mientras que el sur es el destino preferido por la mayoría de turistas. Sea cual sea el área que elijas, Córcega alberga numerosos puntos de interés histórico, parques y reservas naturales, calas y acantilados salvajes, pueblos colgantes y ciudades llenas de vida. Un paraíso al que se puede llegar o bien en avión o a través de los ferries que parten desde Marsella, Toulon o Niza.