Trece lugares del mundo que Instagram está matando

Lograr el selfie definitivo para deslumbrar a todos los seguidores, encontrar el encuadre perfecto, componer la escena hasta en el más mínimo detalle… El postureo de Instagram ha llegado a casi todos los rincones del planeta y no queda destino turístico en en el que no tengamos que aguantar a los pesados instagramers haciendo de las suyas.  

Aunque la cámara fotográfica ya es un imprescindible en la maleta del viajero desde hace décadas, es un hecho que los dispositivos móviles combinado con el furor de las redes sociales están teniendo un impacto, a menudo negativo, en muchos destinos turísticos hasta asfixiar a locales y otros viajeros. Esta es una lista de 13 lugares del mundo que Instagram está arruinando con su terquedad.  

Fushimi Inari (Kioto, Japón) 

Fuente: Flickr

Desde que este santuario apareciera en la película Memorias de una geisha, las muchedumbres se acantonan en la parte inferior de la inmensa hilera de torii intentando, de manera casi siempre infructuosa, imitar a la protagonista de la película. Los más avezados suben más escalones y esperan pacientemente a que no pase nadie para fingir que están solos. Y hasta ponen mala cara si te cruzas accidentalmente en su encuadre… ¡Agh! 

La puerta de Pura Lempuyang (Bali) 

Fuente: Unsplash

Todo el mundo quiere sacarse la foto definitiva en la puerta de Pura Lempuyang, con el monte Agung en el horizonte y poniendo su cara más espiritual. Mientras los instagramers se lo toman con calma, el resto de personas que visitan uno de los templos más bonitos de la isla hacen tiempo entre sus rincones esperando el momento adecuado para disfrutar de esta deliciosa combinación de arquitectura y naturaleza.  

Rue Crémieux (París) 

Fuente: Telerama

“Raperos que están dos horas para grabar un video justo debajo de nuestra ventana, despedidas de soltero que se pasan dando voces durante más de una hora… es agotador”. Los vecinos de la coqueta Rue Crémieux en el distrito XII de París han emitido una queja formal al ayuntamiento para que controle a la legión de visitantes que acuden para buscar la foto ideal a esta calle de casitas de colores.  

Golden Gate (San Francisco) 

Fuente: Unsplash

Estados Unidos es el país que mejor ha potenciado sus reclamos turísticos hasta convertirlos en hitos de obligada visita… y fotografía. Nadie puede irse de San Francisco sin pasar por el dichoso Golden Gate y hacerse un book con el puente de fondo. Si una vez que vuelves a casa no tienes tu foto con el puente dorado (y con las calles en cuesta) colgada en Instagram, tus seguidores dudarán de que has estado en la ciudad. ¿Y de qué sirve viajar si los demás no se enteran? 

Pisa (Italia) 

Fuente: Unsplash

La torre de Pisa ya estaba torcida antes de que naciera Instagram y muchos viajeros ya habían adquirido la mala costumbre de sujetar la torre para la foto de rigor. Lo que el primer día (o tal vez el segundo) tuvo su gracia, se ha convertido en una de las instantáneas más ridículas que se pueden hacer. Con todo, Pisa sigue estando abarrotada de turistas que solo tienen ojo para uno de los errores arquitectónicos más rentables de la historia. 

Taj Mahal (India) 

Fuente: Unsplash

Con 2.5 millones de visitantes al año, el monumento funerario más famoso de Asia se ha convertido en un hervidero de fotógrafos tratando de encontrar la perspectiva ideal que resalte la belleza innegable de esta obra maestra de la armonía constructiva. Aunque en el Taj Mahal hay de todo, tampoco fallan los instagramers envarándose y poniendo caras para sus seguidores.  

Cinque Terre (Italia) 

Fuente: Unsplash

Las Cinco Tierras de La Spezia es una zona idílica de la costa noroeste de Italia que se ha erigido en destino demasiado obligado para turistas. Hasta dos millones y medio de viajeros invaden cada año la riviera ligure. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, las autoridades de la zona ya han tenido que ponerse manos a la obra para limitar el acceso de turistas que están poniendo en peligro sus pueblos y entorpeciendo la vida de sus habitantes.  

Los Ángeles (Estados Unidos) 

Fuente: Unsplash

Aunque Los Ángeles es una de las ciudades más odiadas del mundo, en ella no solo viven actores y superestrellas del entretenimiento. Muchos locales están hartos de que los viajeros se hagan una idea falsa de la ciudad, mucho más compleja de lo que da a entender Santa Mónica, Beverly Hills y el famoso cartelito de Hollywood. Pero, claro, la mayoría de viajeros no están dispuestos a contener el aliento en los barrios más empobrecidos y conflictivos de L.A. Allí no hay selfies deslumbrantes que hacer.

El Memorial del Holocausto (Berlín) 

Fuente: Flickr

La belleza abstracta de este monumento atrae cada año a miles de visitantes cuyo objetivo está muy lejos de la reflexión sobre una de las grandes tragedias de la historia de la humanidad. Cientos de personas se pierden todos los días entre sus pasillos o incluso se suben a las piedras del Memorial del Holocausto para sacarse fotos curiosas… ofendiendo a la comunidad judía.  

El Puente de Rialto (Venecia) 

Fuente: Flickr

Venecia es la ciudad del mundo que encarna de manera más elocuente los problemas de la masificación del turismo. Y entre sus hitos fotografiables, el Puente de Rialto es el ejemplo más ridículo de todos. A determinadas horas del día resulta imposible asomarse al puente por la legión de turistas tirando fotos del canal o sacándose selfies. A pesar de los pesares, Venecia es una de las maravillas más fascinantes del mundo… y confíamos en que lo siga siendo muchos años más. 

Bogle Seeds (Canadá) 

Fuente: ohcanada123

“Como un apocalipsis de instagramers zombi”. El experimento de la familia propietaria del campo de girasoles de Bogle Seeds, cerca de Toronto, acabó como el rosario de la aurora: parking completo desde primeras horas de la mañana, peleas por conseguir el mejor sitio y la intervención de la policía para solventar el follón. Todo por sacarse una foto entre girasoles y colocarla en Instagram al lado de una frase de superación personal. 

Fontana de Trevi (Roma)

Fontana di Trevi
Fuente: David Rubio

No hay lugar en Roma en el que se acuartelen más turistas esperando pacientemente (o no) su momento para sacarse su foto más vulgar. Ya nadie mira la fuente. Se trata de llegar, esperar turno, sacarse unas fotos, tirar la moneda y a otra cosa. Tal es el agobio en la plaza que hay quien va de madrugada solo para respirar un poco de soledad a lo Anita Ekberg… y ni por esas.

Mona Lisa (Louvre, París) 

Fuente: Unsplash

Miles de cuadros y obras maestras vacías de espectadores mientras la dichosa Mona Lisa atestada de visitantes que intentan abrirse paso entre la multitud para sacarse una foto. El cuadro más famoso del mundo convertido en mito es la mejor ilustración posible de la cara b del turismo y los viajes: cientos de personas agolpadas para sacar la misma foto… una y otra vez, día tras día.  

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