Una ruta por los carteles luminosos más míticos de España y del mundo

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No corren buenos tiempos para los letreros luminosos, en plena crisis energética y con el precio de la luz siempre fluctuante. Pero, ¿qué sería del centro de muchas ciudades sin esas calles vibrantes de letreros luminosos que embriagan a los flâneurs?  

¿Te imaginas cómo quedaría la calle 42 de Nueva York, el cruce de Shibuya en Tokio o la propia Gran Vía madrileña sin sus viejos carteles de neón y sus inmensas pantallas iluminadas por luces LED? Tal vez más tranquilo, menos apabullante, ¿no? Mientras repensamos el uso que hacemos de la luz en las grandes ciudades recordamos varios de los carteles luminosos más míticos del mundo, alguno de los cuales está incluso protegido como monumento nacional en sus respectivos países.  

Tío Pepe (Madrid) 

Cartel Tío Pepe
Cartel Tío Pepe – Fuente: Depositphotos

Comenzamos nuestra ruta de luz, color y neón en Madrid para visitar la Puerta del Sol donde luce desde 1935 uno de los carteles más míticos de España… y parte del extranjero, porque la fama de este letrero luminoso trasciende nuestras fronteras. 

Retirado en 2011 después de que el nuevo dueño del edificio que coronaba rechazase su continuidad, miles de firmas presionaron para que el cartel de Tío Pepe volviera a Sol. Y aunque cambió de edificio, ahí sigue casi 90 años más tarde. Y es que el castizo símbolo de Tío Pepe de González Byass —uno de los grupos bodegueros más importantes del mundo— diseñado por Luis Pérez Solero es incluso más antiguo que el Toro de Osborne.  

Búho (Barcelona) 

Cartel Búho
Cartel Búho – Fuente: Depositphotos

Hubo un tiempo en el que el neón cambió el panorama nocturno de las ciudades y Barcelona no escapó de la moda de estos carteles formados por tubos de neón fluorescente. La firma Rótulos Roura fue una de las más importantes de la ciudad catalana desde los años 50.  

Uno de sus grandes iconos publicitarios fue el Búho que puso en lo alto del edificio del número 372 de la Diagonal donde concluyen el paseo Sant Joan y la calle Mallorca. Sus ojos brillantes no tardaron en convertirse en icono de la ciudad resistiendo a las nuevas ordenanzas municipales de los 90 que limitaban la contaminación lumínica y sometiéndose a una restauración hace una década para que volviera a brillar como el primer día. 

Moulin Rouge (París) 

Moulin Rouge
Moulin Rouge – Fuente: Unsplash

Fue en París donde el químico e inventor George Claude presentó en diciembre de 1910 el primer letrero de neón formado por un tubo de neón fluorescente que se fabrica a partir del curvado de un tubo de vidrio. Diez años más tarde, Claude vendió dos letreros de neón a un vendedor de automóviles estadounidense. El resto es historia: el neón cambiaría para siempre el aspecto de los centros urbanos de las ciudades norteamericanas.  

Pero en París también supusieron sacar rédito de la invención de su paisano en lugares tan míticos como el Moulin Rouge, el cabaré fundado en 1889 por el empresario catalán Josep Oller y el francés Charles Zidler. Desde los años 20, el molino rojo empezó a vibrar con hechizantes carteles rojos de neón. Un siglo más tarde, la luz sigue brillando en Montmartre. 

Welcome to Fabulous Las Vegas (Las Vegas) 

Las Vegas
Las Vegas – Fuente: Depositphotos

No podíamos dejar fuera de esta ruta por los carteles luminosos más míticos del mundo a la ciudad de las luces, con permiso de la propia París. Porque Las Vegas construyó su leyenda de Vice City gracias al neón de sus colosos hoteleros y el ruido ensordecedor de sus casinos.  

Construido por Western Neon y colocado en el Sunset Strip en 1959, fue diseñado Betty Willis que trabajaba para Western Neon. Convertido en símbolo de la ciudad lo vemos en todo tipo de merchandising asociado a Las Vegas. Pero Betty Willis nunca vio un céntimo de todo esto porque no se preocupó de negociar los derechos de autor. 

Times Square (Nueva York) 

Times Square
Times Square – Fuente: Unsplash

No hay un solo cartel que destaque por encima del resto en la plaza más famosa de Nueva York. Toda ella es un gigantesco panel luminoso que va cambiando con los años, mientras las firmas comerciales alquilan las pantallas y los espacios para anunciar sus productos y eventos.  

Y es que dicen que Times Square genera el 10% de la producción económica publicitaria de la ciudad. Dependiendo del tamaño, las firmas pagan entre 5.000 y 50.000 dólares al día por anunciarse en un lugar por el que transitan millones de personas anualmente.  

Cruce de Shibuya (Tokio) 

Shibuya
Shibuya – Fuente: Unsplash

Películas como Blade Runner contribuyeron en su día a asociar el neón nocturno con la ciencia ficción y su principal inspiración fue la ciudad de Tokio con su legendaria contaminación lumínica. Y aunque cualquier barrio céntrico de la megalópolis japonesa, desde Akihabara a Ginza, es un paraíso para el fanático de las iluminaciones nocturnas, no cabe duda de que el cruce de Shibuya es uno de los epicentros mundiales del derroche eléctrico en pos del consumismo más despreocupado. Un lugar desquiciantemente fascinante que parece extraído de una distopia futurista.  

Valdivieso (Santiago de Chile) 

Letrero Valdivieso
Letrero Valdivieso – Fuente: Wikipedia

Instalado en 1954 por la empresa Luminosos Parragué, el letrero de Valdivieso es uno de los famosos del mundo gracias a ese sistema mecánico electromagnético que “terminó transformando las piernas y la botella de champán en un clásico” tal y como afirmó Claudio Parragué, uno de los responsables de la firma. 

Ubicado en el 93 de la calle General Bustamante en la comuna de la Providencia, fue declarado Monumento Nacional de Chile en 2010. Toda una obra maestra de diseño publicitario formado por varios tubos de neón que ilumina la noche de la capital chilena desde hace casi 70 años. 

Circus Liquor (Los Ángeles) 

Circus Liquor
Circus Liquor – Fuente: Depositphotos

Conducir por el centro de Los Ángeles es una experiencia única para el fanático de las grandes ciudades tal y como diversas películas se han encargado de mitificar. Y es que algunas zonas céntricas de Los Ángeles aún mantienen esa aura amenazante que es casi imposible de encontrar ya en la nueva Manhattan, sin ir más lejos. 

Y esa atmósfera angelina debe mucho a sus iconos de neón como el más que mítico Circus Liquor que domina Burbank Boulevard desde hace más de medio siglo. Un payaso de 10 metros con un aire tétrico que sigue fascinando a los sufridos conductores angelinos que pasan media vida de aquí para allá en sus coches. 

Domino Sugars (Baltimore) 

Dominos Sugar
Dominos Sugar – Fuente: Depositphotos

“Elegida” por Edgar Allan Poe como última parada de su tóxico periplo rumbo a la eternidad, Baltimore es una ciudad única en Estados Unidos, como quedó reflejado en The Wire, la serie que puso de moda la ciudad de Maryland. 

Y uno de sus grandes símbolos es el mítico cartel que se colocó en la década de los 50 en la refinería de azúcar del edificio Thomas Havemeyer, en la orilla del río Patapsco. Operativa entre 1882 y 2003, el cartel volvió a brillar recientemente tras su apagón de hace unos años, tratando de mantener el espíritu del original tanto en tamaño como estética, pero de una forma más sostenible.  

Schweppes (Madrid) 

Cartel Schweppes
Cartel Schweppes – Fuente: Unsplash

Y terminamos este luminiscente itinerario por algunos de los escenarios urbanos más fascinantes y derrochadores del mundo visitando el que tal vez sea el cartel más popular de España, colocado en el edificio Carrión en 1972, sustituyendo un rótulo de la tabaquera Camel. 

Con sus 10,65 X 9,36 metros, 600 kilos de peso y 104 neones, el cartel de Schweppes de Callao, en mitad de la Gran Vía, es un verdadero símbolo nocturno de la ciudad, reconocido como rótulo histórico en 2010 y, por tanto, protegido. 

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