El acoso escolar y los abusos sexuales hicieron que Amelia se sintiera mal con su cuerpo

  • Agencia Atlas - 30/04/2022 21:00
Cuando era pequeña a Amelia le gustaban el fútbol y los videojuegos. "Había sectores que por esas aficiones me decían que era un marimacho", explica. La acosaron en el colegio, sufrió abusos sexuales y todo esto la hizo sentirse mal con su cuerpo. "Con la adolescencia, al influenciarme por el colectivo 'queer', sí que entró más fácil esa idea de que era un hombre atrapado en un cuerpo de mujer". "Generalmente son niñas que tienen antecedente de otro tipo de situaciones que tienen que más que ver con enfermedades mentales. Ansiedad, depresión, trastornos obsesivo-compulsivos", explica Maricruz Almaraz, médica endocrinóloga de la unidad de género de Málaga. Por eso durante años buscó un aspecto masculino, ocultó su pecho con vendajes y se cambió el nombre en su entorno social. El proceso para cambiar de sexo depende de leyes autonómicas, que en muchos casos han reducido el acompañamiento psicológico a los pacientes. "Si dejamos que la adolescencia avance y progrese, sabemos que más del 80-85 por ciento de las personas que presentan esta disforia de género la resuelven", asegura José Errasti, profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo. Países como Finlandia, Suecia o el Reino Unido ya han revisado sus pautas de tratamiento, priorizando las intervenciones psicológicas a las médicas en menores.