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Ceuta y Melilla, en concreto la delicada situación de la frontera sur de la Unión Europea va a ser tratada en la Cumbre de la OTAN que se celebra la próxima semana en Madrid. Una cita que llega cuatro meses después de que Rusia desatara el mayor desafío a la seguridad de Europa con la invasión de Ucrania. La alianza insiste en que los aliados seguirán apoyando al ejército ucraniano y que están preparados para afrontar cualquier escenario. Una inflación galopante, una crisis energética, tensiones migratorias y animándolo todo una guerra a la que no se le ve el final. A la OTAN que se reúne en Madrid no le falta de nada. "Nos tememos una guerra larga. Y solo Rusia puede decidir cuando termina esto. Ellos empezaron, ellos deben pararlo", afirma en una entrevista con Mediaset el número dos de la alianza, Micea Geoana, confirmando que la organización afronta un momento crucial. Lo hace con idea de atender la sacudida geoestratégica en todos sus frentes, incluida la frontera sur, petición expresa del presidente español Pedro Sánchez. "La OTAN es una alianza que mira a todas las amenazas y de todas las direcciones. La del este, por Rusia, pero la del sur es inmensamente importante para nosotros. Y es algo que quedará reflejado apropiadamente". Con respecto a Putin, el problema más candente, la alianza insiste en que debe seguir el envío de armas a Ucrania. Y aunque no prevé que Putin ataque su territorio de forma inminente, sí que cuenta con que intente hacerse notar en la cumbre. "Si fuera por ellos intentaría interferir y es posible que lo haga", reconoce el alto dirigente aliado.  Por eso, entre otras cosas, Madrid será un bunker esta próxima semana. Se esperan 44 delegaciones de todo el mundo. A su llegada le precede un despliegue de seguridad como pocas veces se había visto. Por no decir ninguna. En la ciudad se ven ya controles, policías, helicópteros por todas partes. Se ha extremado la seguridad frente a ciberataques, hay un plan especial de transportes y se ha aconsejado el teletrabajo.