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Estos días se cumple el 25 aniversario del asesinato de Miguel Angel Blanco, un joven concejal del Partido Popular que fue secuestrado y condenado a la muerte en una agónica cuenta atrás por parte de los terroristas de ETA. Antes del homenaje que este domingo se le ofrece en Ermua, con asistencia del rey y el presidente del gobierno, sus compañeros de partido, con la presencia del expresidente Aznar, han celebrado también allí un acto de recuerdo. Marimar Blanco llora en la Plaza San Pelayo. La imagen de ese suspiro muestra lo que aún duele en el PP el recuerdo de Miguel Ángel. "El horror de aquellas 24 horas me acompañará siempre", confiesa en su discurso la hermana del concejal. La familia política de Miguel Ángel, en la intimidad de sus siglas, vuelve sobre su recuerdo: sobre lo que pasó y lo que supuso aquel triste episodio. Citan el "espíritu de Ermua" surgido a raíz de la muerte de Miguel Ángel, como símbolo de una unidad y una resistencia al chantaje que, hoy por hoy, el PP considera sepultada por la aproximación de Pedro Sánchez a Bildu. "Tienen que saber que la huella indecente de los herederos del terror será borrada", clama José María Aznar denunciando la estrategia del actual gobierno socialista. Especialmente, el expresidente carga contra el reciente acuerdo de Sánchez con Bildu sobre la ley de memoria democrática, y que incluye como víctimas a los represaliados por el franquismo hasta el 83. Aznar dice que ningún proyecto de memoria que dicte el PP aceptará "ni una coma" sugerida por los que llama "asesinos". El actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo interviene después para secundarle y anunciar que si llega a la Moncloa derogará la ley "mal llamada de memoria democrática". Afirma que intentará hacerlo con el apoyo también del "próximo partido socialista". El líder del PP sabe que el proyecto ha suscitado el recelo de miembros de la 'vieja guardia' del PSOE, e intenta hurgar en esa fisura.