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El proyecto anual del artista suizo François Monthoux de construir esculturas de arcilla en las orillas del río Toleure de Suiza se ha convertido este año en un cautivador complejo de castillos, ya que la sequía que afecta a Europa le permite ampliar su mundo de ensueño. Monthoux comenzó el proyecto de este año con modestas ambiciones hace seis semanas, pero la sequía le permitió construir toda una ciudad de agujas. Ahora tiene sentimientos encontrados: quiere que llueva, pero le entristece pensar que su mundo de ensueño desaparezca cuando lo haga. "Imagino la vida de la gente caminando bajo los arcos, bajo el puente, mirando los monumentos, mirando la ciudad", dice Monthoux, que trabaja con arcilla del lecho seco del río Toleure, en el cantón de Vaud, al oeste de Suiza. "Entonces, entro en una burbuja y me convierto en un soñador. Veo cómo se crea su mundo bajo mis dedos", añade. Monthoux, amante de la naturaleza, dice que le entristece ver cómo las plantas mueren a su alrededor y que "sería una catástrofe" que una sequía duradera le permitiera seguir con el proyecto durante años. Al mismo tiempo, sabía desde el principio que era temporal. "Por supuesto, estoy un poco triste, porque me entristece que desaparezca la forma que le di al asunto", asegura. Los visitantes de la escultura efímera la disfrutan mientras dura. "No tengo palabras para decir lo que siento, porque es... es simplemente sublime", afirma Haidi Butty, residente del cantón de Vaud. Monthoux considera que su obra terminará cuando la lluvia se lleve su escultura. -Redacción-