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Sali Hafiz es la mujer que hace unos días atracó un banco para sacar dinero de la cuenta de ahorros de su familia. Ahora se encuentra huyendo de la policía en algún lugar del este del Líbano.  "Entré al banco. Lo que pasó pasó, lo visteis. Cerramos la puerta y amartillé el arma, aunque no tenía la intención de usarla".  Ella y su grupo de cómplices asaltaron una sucursal del BLOM Bank y tomaron por la fuerza unos 13.000 dólares. El dinero pertenecía a su hermana, enferma de cáncer y que lo necesita para el tratamiento, asegura Hafiz. Pero en 2019 el estado impuso unos controles de capital que nunca llegaron a legitimarse. Y que ahora lleva a muchos libaneses a la desesperación más absoluta.  "Estamos en el país de las mafias. Si no eres lobo, los lobos te comen". El jefe del sindicato de empleados del banco también cree que la culpa es principalmente del gobiero.  "Lo que está sucediendo es inaceptable, y la parte más responsable es el estado libanés que todavía está lidiando con este problema de manera incorrecta". La mujer se fue a su casa después del atraco, se disfrazó con una bata y un pañuelo, y se colocó un bulto de ropa en el vientre para parecer embarazada. Así despistó a la policía cuando llamaron a su puerta.  "Creo que tuvo miedo de que diera a luz delante de él. Bajé delante de todos ellos, como 60 o 70 personas... me estaban deseando suerte con el parto".  Dos de los aliados de Hafiz fueron detenidos y ella asegura que se entregará una vez sean liberados.