La división en el independentismo catalán queda patente durante la protesta contra la cumbre hispano-francesa

Estelada gigante frente a la sede de la cumbre; 6.500 manifestantes, según la Guardia Urbana, para decirle a Sánchez que el proceso independentista no se ha acabado. Pero esa unidad del independentismo no se ha visto en la concentración. A Esquerra no le ha resultado fácil lo de estar en los dos lados de la cumbre, con Aragonés en la institucionalidad y con Junqueras en la protesta. El presidente de Esquerra ha estado allí apenas unos minutos y ha salido a toda prisa entre gritos de traidor y botifler de un numeroso grupo de manifestantes, que le han perseguido hasta su salida. Estaba previsto que se fuera a esa hora, dicen en Esquerra. Aragonés le resta importancia.  La manifestación ha continuado con gritos a favor de Puigdemont. "Magnificarán anécdotas", ha dicho el expresidente catalán en Twitter en referencia a lo ocurrido con Junqueras. Pero a la misma hora los Mossos cargaban contra un grupo de independentistas que iban a protestar a la sede del Gobierno independentista de la Generalitat.

-Redacción-