Público

Cinco años después se cierra un sumario que algún día se pensó que no se cerraría nunca. El juez Ruz concluye la instrucción del caso Gurtel en un auto de 205 folios (a la altura de su repercusión) en el que pide que se sienten en el banquilllo un total de 43 personas y en el que además señala a una ministra en ejercicio -Ana Mato- como partícipe de los beneficios obtenidos por su marido de manera presuntamente ilegal. Francisco Correa era el jefe. Pablo Crespo su lugarteniente. En torno a ellos, tres extesoreros del PP -Bárcenas, Lapuerta y Sanchís- además de ex alcaldes, ex senadores, ex concejales y ex consejeros populares a los que hemos visto desfilar estos años por la audiencia. A todos los señala el juez como participantes de la organización de la trama, de la operativa, cuyo origen segun Ruz se remonta a los 90 cuando Correa -antiguo botones del sector turístico- ya instalado en la esfera del PP organizando eventos, comienza a dar regalos y/o comisiones a funcionarios y autoridades a cambio de ayuda para sus negocios. En paralelo, una estructura societaria en el exterior ocultaba y blanqueaba los beneficios obtenidos de forma ilegal. Así de simple. Así de fácil. El auto da por buenos los hechos que se han ido descubiendo estos años. Castilla y León, la Comunidad de Madrid... son algunos de los innumerables lugares por los -se cita en el auto- se extendió la red. La lista de delitos también es larga: prevaricación, cohecho, fraude, falsedad documental... hasta 11 en total. El juez ha tomado declaración a más de 100 imputados, más de 100 testigos, ha rastreado la pista de dinero por más de 20 países.Todo antes de ese desenlace a más de un lustro de investigación.