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El coronavirus ha llegado para quedarse y podría ser para siempre. La OMS advierte que puede convertirse en otro virus endémico, como el sarampión, con el que tengamos que aprender a convivir. Por eso piden a todos los países un esfuerzo coordinado en el que se evalúe el riesgo antes de iniciar las diferentes fases de la desescalada. Asunto que trae de cabeza a Donald Trump y que le ha llevado a calificar como inaceptable la última postura del epidemiólogo de la Casa Blanca. Totalmente opuesto a Trump, advierte que reabrir la economía y los colegios demasiado rápido podría suponer un rebrote de casos cuando aún la expansión de la enfermedad no está controlada en el país. Contrario también a la opinión de los expertos, Jair Bolsonaro, protegido esta vez con una mascarilla, ha decretado los gimnasios y las peluquerías como actividades esenciales en Brasil. Decisión de la que se desmarcan al menos 10 gobernadores cuando la cifra de contagiados sigue disparada en el país, ya el sexto con más infectados del mundo. En México, la Ley Seca impuesta y la suspensión de la producción de cerveza para evitar tentaciones con las que saltarse la cuarentena, ha provocado daños colaterales, más de 100 personas han muerto por consumir alcohol adulterado adquirido de manera ilegal. No respetar las normas y negarse a usar mascarilla dentro de un supermercado en Alemania le costó caro a este hombre. Que tras resistirse y agredir a la policía, acabó detenido.