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Un incidente doméstico dio pie a la escena violenta que se vivió minutos después. Al parecer Jacob Blake se bajó de su coche para mediar en una pelea entre dos mujeres. En ese momento llegó la policía, cuando Jacob pretendía volver a su furgoneta, los agentes intentaron primero paralizarle con una pistola taser, pero no funcionó y entonces le disparan hasta siete por veces por la espalda. La investigación continúa abierta y se ha descubierto que llevaba un cuchillo en el asiento del copiloto pero ningún arma de fuego. Su caso ha desatado el caos en Kenosha donde en la noche del miércoles las protestas acabaron con la vida de dos personas y una tercera herida a manos de un miembro de la milicia blanca de extrema derecha. Con sólo 17 años Kyle encañonó su rifle y disparó a sangre fría contra los manifestantes que intentaban quitárselo. Consiguió escapar y con las manos en alto llega a cruzarse con los antidisturbios que pasan de largo. Fue detenido horas después acusado de homicidio. Rápida reacción de Donald Trump que aseguraba que no apoyarán los saqueos y volvía a utilizar la palabra anarquía para referirse al movimiento Black Laifs Matter. Al tiempo que anunciaba el envío de la Guardia Nacional para proteger a la ciudad. Para evitar otra noche violenta, se ha adelantado a las siete de la tarde el toque de queda en Kenosha. Donde las marchas han continuado un día más su lucha en las calles. Mientras tanto la Casa Blanca vuelve a blindarse por la manifestación masiva contra la injusticia racial convocada para este viernes en Washington.