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La oferta de rastreadores del Ejército a las Comunidades Autónomas ya cuenta con peticiones muy concretas; como los 150 solicitados por la Comunidad Valenciana o los 60 pedidos por Murcia. También se han realizado muchas solicitudes de información e incluso, como en la Comunidad de Madrid, hay quien da la bienvenida a la medida pero le parece que llega tarde. Su consejero de Justicia, Enrique López, se ha preguntado "¿dónde estaban en junio. Dónde estaban en julio?" Los rastreadores del Ejército acumulan experiencia desde el principio de la pandemia en el seno de las Fuerzas Armadas. Son en su mayoría sanitarios y se han estado formado en este campo, atendiendo especialmente a su capacidad para escuchar y ser escuchados. El teniente enfermero de la UME, Miguel Vidal, es uno de ellos. Desde su experiencia, desde la Operación Balmis, considera que lo más importante es "poder ser transmisores de confianza a través del teléfono". El capitán enfermero de la UME, Ramón Rey, añade que lo importante es que el interlocutor no tenga pudor a la hora de "mostrar sus miedos". Para solicitar su apoyo las comunidades deben presentar su petición al Ministerio de Sanidad. Sanidad la estudia y da curso. Y Defensa enviará inmediatamente a los rastreadores y sus medios técnicos, da igual si el brote acaba de surgir o lleva tiempo en marcha. La ministra de Defensa, Margarita Robles, asegura que estarán sobre el terreno "el tiempo que fuera necesario e imprescindible para poder realizar esta actuación de rastreo". La oferta del Gobierno a las comunidades autónomas es de 2.000 rastreadores militares pero Defensa podría formar a más si fuera necesario. -Redacción-