Público

Febrero. Justo antes de la pandemia. La Guardia Civil detecta en el Atlántico un velero sospechoso. Se inicia el seguimiento, parece mentira, a miles de kilómetros, en esta sala de Madrid. Y ahí se comprueba que han cargado cocaína en el Golfo de Guinea y que toman rumbo hacia España. Es la constatación de la ruta marítima africana de la droga. "Desde hace una década", nos explica el teniente coronel Fustel, jefe del departamento contra el narcotráfico de la Unidad Central Operativa (UCO), "tenemos constancia de la posible existencia de una ruta africana de cocaína, pero siempre a través de mulas o por tráfico aéreo". Todo un avance gracias a la coordinación de distintas unidades del instituto armado y que culmina con el abordaje en condiciones muy complicadas. "En el momento del asalto al barco había muy mala mar y tienen que intervenir unidades muy especializadas, en condiciones de alto riesgo y de peligrosidad en el asalto", relata el teniente coronel. La operación lo merecía. Habían cargado el velero hasta arriba, con una tonelada de cocaína alta pureza. Su valor, 30 millones de euros, más de 100 una vez cortada, adulterada para el menudeo. De momento, 3 detenidos. La tripulación, croata. "Últimamente estamos detectando la intervención de países de los Balcanes y del Este de Europa como tripulantes de veleros dedicados al tráfico de cocaína internacional", indica el jefe antidroga de la UCO. La operación sigue abierta en varios países europeos para acabar con la organización al completo.