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A los habituales gritos por la independencia, contra España, la policía o la prensa... En la manifestación por la Diada se sumaron otros mucho más llamativos, de traidores, dirigidos contra Esquerra Republicana, encarnada en su líder, Oriol Junqueras. De los asistentes a la marcha y de los organizadores, de la Asamblea Nacional Catalana, que le reclamaban "no mendigar al Estado opresor". Mensaje directo al president de la Generalitat. Las juventudes de la CUP directamente queman su foto. Una parte importante del independentismo los considera vendidos por apostar por la mesa de diálogo con el Gobierno de España. Para la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, también de la formación republicana, "el independentismo no debe abandonar nunca la bandera del diálogo", aunque, añade, "debería ser una mesa de negociación". Oriol Junqueras, hoy firmando libros, ha preferido no hablar. Tampoco ha saludado al ministro Miquel Iceta, uno de los miembros del Gobierno que participará en las conversaciones, junto a Yolanda Díaz, Manuel Bacells, Isabel Rodríguez y Félix Bolaños. Sin grandes pretensiones de inicio ni tampoco a largo plazo. Y, de momento, sin la presencia de Pedro Sánchez, como sí reclama la otra parte. Aún así, desgaste también para el Gobierno de España. La oposición no acaba de verlo claro. Y, como ironizan desde el PP ante los altercados, a ver cuándo Sánchez convoca la comisión por delitos de odio y que, como por la homofobia, también ésta la presida.