Así invadieron los conejos Australia: conoce su curiosa historia

“Han pasado más de 150 años desde que Thomas Austin le pidiera a su hermano que le enviara algunos conejos salvajes de Inglaterra. Sin que él lo supiera, esta solicitud provocó una cascada de eventos que cambió para siempre el paisaje de todo un continente y dio como resultado la mayor plaga agrícola del siglo XX”.

Si todavía crees que lo de las especies exóticas invasorasno es para tanto”, sigue leyendo: descubrirás que introducir un ejemplar de un animal en un hábitat que no es natural para él puede ser devastador para todos, vegetación, animales y humanos.

13 conejos que cambiaron la historia de Australia

Conejos muertos en Australia - National Museum Australia
Conejos muertos en Australia – National Museum Australia

Toda persona interesada en los animales debería leer con detenimiento este estudio publicado en 2022 en el que se investiga con todo detalle la invasión biológica de conejos en Australia que comenzó en el siglo XVIII y que, aún hoy, sigue dejando secuelas en todo el continente, incluyendo Nueva Zelanda y Tasmania.

Para situar al lector, los investigadores comienzan explicando la historia biológica de esta especie considerada responsable de diversas plagas a lo largo de la historia. Y es que, originalmente, el conejo estaba solo presente en la península ibérica y el sur de Francia, pero la actividad humana lo extendió por otras áreas.

El propio Estrabón, el pionero historiador de origen griego, cuenta cómo una plaga de conejos en las Islas Baleares hacia el 30 a.C. provocó tal devastación que los habitantes pidieron ayuda al recién nombrado primer emperador romano.

1500 años después, en la isla Porto Santo de Madeira, una plaga de conejos originada por una sola hembra preñada provocó que la isla quedara abandonada ante la imposibilidad de hacerle frente.

Pero lo que sucedió en Australia desde el siglo XVIII supera con creces estos dos episodios descritos por los historiadores, ocasionando, según los investigadores del estudio, un costo anual de 200 millones de dólares, 22 veces el valor de los cerdos salvajes.

¿Conejos domésticos o conejos salvajes?

Conejo - Pixabay
Conejo – Pixabay

Uno de los asuntos vertebrales del estudio es encontrar a los verdaderos “responsables” de la plaga, concluyendo que la misma fue principalmente extendida por un único grupo de conejos salvajes llegados de Inglaterra, y no por las sucesivas introducciones de conejos domésticos desde 1788 cuando se tiene constancia de la primera llegada de cinco conejos domésticos a Sídney.

Pero a pesar de la presencia de conejos por toda Australia en la primera mitad del siglo XIX, la gran mayoría de poblaciones no lograron establecerse en la naturaleza o no se extendieron más allá de su área de distribución.

Pero “algo” pasó en la segunda mitad del XIX que cambió la historia agrícola australiana: “A un ritmo de 100 km por año, los conejos tardaron 50 años en cubrir un área 13 veces el tamaño de su área de distribución nativa en la península ibérica, lo que convierte a esta en la tasa de colonización más rápida para un mamífero introducido jamás registrada”.

Desde entonces el paisaje australiano se describió como una “manta gris” que cubría la tierra: eran las innumerables poblaciones de conejos que vagaban por todas partes, más allá de los núcleos urbanos.

Los conejos de Thomas Austin

El 6 de octubre de 1859, James Austin envía a su hermano Thomas un grupo de conejos domésticos y salvajes capturados en la propiedad familiar de Baltonsborough, al sureste de Inglaterra: salen 13 y llegan 24 a Melbourne el día de Navidad de ese año: solo en el viaje, casi se dobla el pasaje de conejos. Era una antesala de lo que estaba por venir.

Los conejos ingleses son llevados a la propiedad de Thomas Austin en Barwon Park, cerca de Geelong en el estado de Victoria. En tres años, los periódicos ya hablan de los “conejos de Austin”, y en 1865, el propio Austin cuenta cómo mató 20.000 conejos en su finca refiriéndose a la “extraordinaria fecundidad del conejo inglés”. 40 años más tarde ya habían cubierto toda la Costa Oeste: los conejos estaban por todas partes.

¿Qué dicen los estudios genéticos sobre la invasión de conejos?

Esquema de la llegada de conejos a Australia y Nueva Zelanda - PNAS
Esquema de la llegada de conejos a Australia y Nueva Zelanda desde Europa – PNAS

Los investigadores se preguntaron por qué los conejos pasaron de ser una especie localizada e inocua a convertirse en invasora y, para encontrar una respuesta, llevaron a cabo un análisis genético de casi 200 conejos australianos y neozelandeses, así como de conejos británicos.

Se concluyó que los conejos de Australia continental son genéticamente más cercanos a los conejos del suroeste de Inglaterra lo que apoyaría la hipótesis de que fueron los conejos de Austin los principales responsables de la invasión.

Y lo fueron, según los investigadores, por sus propias características genéticas, al tratarse varios de ellos de conejos salvajes y no domésticos que lograron adaptarse mejor al medio: “En el caso de los conejos, las poblaciones salvajes pueden prosperar, pero esto ocurre principalmente en islas donde la depredación y la competencia suelen ser menos intensas“. De hecho, muchos conejos desarrollaron cambios corporales para favorecer la termorregulación y así adaptarse al entorno.

El análisis genético de los conejos en otras zonas del continente, como Tasmania o Nueva Zelanda parece confirmar que tuvieron una ascendencia británica salvaje. “En ambos lugares, los documentos históricos registran que las poblaciones de conejos salvajes persistieron durante décadas sin convertirse en una plaga grave. Sin embargo, casi simultáneamente en ambos lugares, el número de conejos se disparó en la década de 1860 después de la importación de Austin desde Australia continental”.

Así mismo, el aumento de población en Tasmania coincidió, según las crónicas, con un cambio en la coloración hacia un pelaje gris observado en los conejos ingleses salvajes.

Así pues, los investigadores concluyen que, si bien el cambio ambiental puede haber hecho que Australia fuera más vulnerable a las invasiones (especialmente la expansión de la industria agrícola y ganadera que proporcionó una fuente continúa de alimento para una creciente población de conejos), “fue la composición genética de un pequeño grupo de conejos salvajes lo que desencadenó una de las invasiones biológicas más emblemáticas de todos los tiempos”.

¿Y cómo terminaron con la plaga? Expandiendo un virus

Conejos en Australia - National Museum Australia
Conejos en Australia – National Museum Australia

Las consecuencias biológicas y económicas de la plaga fueron catastróficas y el Gobierno australiano trató de revertir la situación de formas diversas, incluyendo la construcción de cientos de kilómetros de cercas… que no sirvieron para detener a los conejos. Eran demasiados.

Conscientes de que se hallaban ante la amenaza más grande de la historia de la agricultura de Australia, el Gobierno ofreció una recompensa para quien presentara un plan de exterminio eficaz. Y llegó la mixomatosis.

Se trataba de una enfermedad importada de Sudamérica, derivada de un virus transmitido por mosquitos: causa tumores en la piel y las membranas mucosas de los conejos, que sufren considerablemente antes de morir.

Pero las autoridades australianas no mostraron escrúpulo a la hora de probar esta opción una vez que las alternativas menos agresivas habían fracasado: en muchas zonas de Australia, más del 90% de los conejos murieron y las tierras comenzaron a recuperarse para satisfacción de agricultores y ganaderos.

Pero los conejos no tardaron en comenzar a desarrollar resistencia a la mixomatosis, lo que obligó a las autoridades a buscar otros virus como el calicivirus. Y hasta hoy: todavía las autoridades siguen trabajando para controlar las poblaciones de conejos en buena parte de Australia.

Paralelamente, la invasión de los conejos forma ya parte de la historia australiana mientras diversas organizaciones, como Rabit-Free Australia, tratan de concienciar sobre el daño que causan los conejos salvajes europeos en Australia.

Mucho cuidado con las especies exóticas invasoras

Conejo corriendo - Pixabay
Conejo corriendo – Pixabay

Justamente Australia ha sido uno de los países que ha dado la voz de alarma en relación a los gatos, una especie que genera mucha controversia científica, pero sobre todo social, debido a su vinculación con los humanos.

De hecho, como en aquel capítulo de Los Simpson, también se liberaron muchos gatos como método para acabar los conejos, pero ahora los gatos son la plaga, considerándose “una de las mayores amenazas para la biodiversidad” en zonas como Nueva Gales del Sur.

Pero dejando al margen el delicado asunto de los gatos, existen otras muchas especies invasoras que son un riesgo para la biodiversidad. Ya lo dicen los investigadores del estudio sobre los conejos: las invasiones biológicas son una de las principales causas de perturbación ambiental y económica, con un coste global estimado de 1.288 billones de dólares en los últimos 50 años.

“Y en un mundo cada vez más cosmopolita donde la actividad humana y el cambio climático están moviendo especies más allá de su área de distribución nativa a un ritmo cada vez mayor, el riesgo de invasiones biológicas nunca ha sido mayor”.

Así que antes de pedirle a tu hermano que vive en el otro lado del mundo que te envíe unos animales para tu granja o para tu casa, recuerda lo que dice la ley… y piensa en la que lio Thomas Austin en Australia… ¡por 13 conejos!



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