No es la primera vez que Australia desarrolla un plan de acción a gran escala para evitar el declive de las especies en peligro de extinción, pero este nuevo proyecto a diez años presentando en 2022 es uno de los más ambiciosos de su historia con el objetivo principal de salvar 110 especies y 20 áreas protegidas, además de 50 millones de hectáreas adicionales de área terrestre y marina lo que supone, en total, el 30% del territorio de Australia.
A continuación, exponemos cuál es la situación medioambiental de la que parte Australia, los objetivos generales y específicos, así como las áreas de actuación del plan australiano de especies amenazadas Towards Zero Extinctions.
‘Hacia cero extinciones’, el plan de Australia para salvar su biodiversidad
“Nuestro enfoque actual no ha estado funcionando. Si seguimos haciendo lo que hemos estado haciendo, seguiremos obteniendo los mismos resultados”. Parafraseando una de esas célebres frases que Einstein nunca dijo, la ministra de Medio Ambiente y Agua, Tanya Plibersek asumió que los planes precedentes de su país para revertir la situación de decenas de especies de animales amenazadas no estaban consiguiendo sus objetivos.
En la presentación del nuevo plan, Plibersek afirma inspirarse en las Primeras Naciones australianas y en esa tradición ancestral con más de 65.000 años de historia en el cuidado de la naturaleza: “su sabiduría y conocimiento tejen este nuevo plan”.
Y es que, desde la colonización de Australia en el XIX, 100 especies endémicas del país han desaparecido de entre las 600.000 especies nativas, algunas únicas en el mundo, que conviven en territorio australiano: hasta los populares koalas son ahora una especie en peligro de extinción en la costa este de Australia.
El nuevo plan a diez años aumenta las especies prioritarias a abordar de 100 a 110 aunque los ecologistas australianos recuerdan que son más de 2.000 las que están en peligro de extinción.
Principales objetivos del plan
El primer objetivo de Hacia cero extinciones es reducir el riesgo de extinción de todas las especies prioritarias entre las que se encuentran pájaros como el perico nocturno, peces como el pez sierra común, reptiles como la tortuga verde, plantas como la macadamia jansenii y mamíferos como el zorro volador de anteojos o el propio koala.
El segundo objetivo es mejorar las condiciones de los espacios prioritarios con una acción coordinada tanto para las especies amenazadas como otras especies nativas. Entre estos 20 lugares prioritarios encontramos 6 islas, como Kangaroo Island o Bruny Island en Tasmania y 14 espacios en el continente como los Alpes Australianos o la región de las Montañas Azules.
El tercer objetivo es evitar nuevas extinciones. Se trata de desarrollar un protocolo para identificar nuevas especies en peligro junto a una mayor inversión en seguimiento y herramientas de gestión para facilitar intervenciones tempranas.
El cuarto y último objetivo general del plan es poner el foco en alcanzar el 30% la protección y conservación del territorio australiano para 2030 incluyendo el 30% de los océanos.
Ocho áreas de acción
Para estructurar de forma más clara el plan, los gestores de Hacia cero extinciones presentan su estrategia dividida en ocho áreas de acción esenciales:
- Mitigar las amenazas emergentes. La primera área de acción de Hacia cero extinciones se ocupa de las especies introducidas desde la llegada europea: depredadores invasivos, herbívoros salvajes, malas hierbas invasoras o plagas acuáticas.
- Conservar, restaurar y mejorar el hábitat. El plan apoyará la protección, restauración y mejora de hábitat para especies amenazadas prioritarias.
- Preparación y respuesta ante emergencias. Los recientes incendios en Australia supusieron una catástrofe medioambiental que ha dejado muchas secuelas en el país, también a nivel emocional. Este plan tratará de elaborar estrategias rápidas de acción frente a desastres naturales y eventos de emergencia.
- Adaptación al cambio climático y resiliencia. No hay plan redactado actualmente que no incluya la palabra resiliencia y este tampoco es una excepción. En este caso, se trata de “construir la resiliencia de nuestras especies nativas y apoyar su capacidad para adaptarse a un clima cambiante”.
- Planificación eficaz para la conservación, fundamental para proteger y recuperar especies amenazadas, así como comunidades ecológicas en peligro.
- Conocimiento y herramientas. Se trata de recopilar y gestionar adecuadamente la información sobre el medio ambiente en Australia para sustentar la toma de decisiones basadas en evidencias científicas, incorporando los derechos únicos de los pueblos de las Primeras Naciones y su ancestral conocimiento ecológico.
- Forjando alianzas más fuertes. El Gobierno australiano también tratará con este plan a diez años de fortalecer relaciones con socios de conservación además de construir relaciones con nuevos socios, “una invitación a la comunidad a trabajar juntos en amenazas compartidas”.
- Liderazgo y participación de la comunidad. Se trata de crear oportunidades para que los australianos aprendan más e interactúen con las especies amenazadas creando conciencia y generando un mayor apoyo público para acción e inversión en la recuperación.
Objetivos específicos de ‘Hacia cero extinciones’
Profundizando un poco más en el innovador y ambicioso plan australiano para salvar la biodiversidad de su territorio encontramos 22 objetivos específicos que los redactores del plan se han marcado como meta para los próximos diez años.
Para que los ciudadanos comprendan mejor esta serie de objetivos, se explica por qué cada uno es importante y cuáles serán y cuándo se desarrollarán las acciones concretas para conseguirlos. Por ejemplo, los dos primeros objetivos específicos son mejorar la perspectiva futura de las especies prioritarias y la implementación de acciones prioritarias para el seguimiento de las mismas, así como su publicación.
¿Por qué es importante? Los gestores del plan señalan que se trata de orientar los esfuerzos y los recursos disponibles para que los resultados sean tangibles y se puedan, no solo lograr, sino también medir y compartir.
¿Y cuáles son los planes de acción para cumplir estos dos objetivos específicos? El Gobierno australiano, por ejemplo, abrirá un perfil para cada especie amenazada en una web incluyendo información específica sobre la misma, así como los indicadores que demostrarán si las acciones llevadas a cabo tienen un impacto positivo sobre la misma.
Otros objetivos específicos incluyen ampliar el área de conservación gestionada en 50 millones de hectáreas, mejorar la práctica en la gestión de los hábitats donde conviven gatos y zorros ferales, especialmente donde constituyen una amenaza o reducir la presencia de la exótica gamba grass que amenaza las plantas nativas desplazándolas además de contribuir a la intensificación de los incendios.
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