¿Has oído hablar del doga? Puede que apenas lo hayas escuchado mencionar o incluso es posible que lo practiques, siendo como es una de esas nuevas actividades que se han puesto de moda para practicar con nuestras mascotas de cuatro patas.
En todo caso, ya sea porque lo desconoces o porque teniendo idea de lo que se trata quieres saber más sobre el tema, te contamos en qué consiste el doga y qué has de tener en cuenta para practicarlo, sin olvidar los beneficios que aporta a tu amigo peludo.
Qué es el doga
La denominación de doga surge de la combinación de dos palabras: dog (perro en inglés) y yoga. De tal modo, cuando hablamos de doga hacemos referencia a la actividad mediante la cual uno practica yoga con su perro. Pero no te imagines que tu compañero de cuatro patas tenga que ponerse a hacer posturas extrañas o imposibles. Nada más lejos de la realidad. Simplemente habrás de combinar algunas poses con el masaje para perros y los estiramientos que convierten una sesión de doga en algo de los más saludable para ambos.
Gracias a esta técnica podréis relajaros sin dificultad, pero también divertiros, fortalecer las musculaturas y acrecentar los vínculos que os unen.
Historia del doga
El doga como una práctica combinada de yoga con perro surgió hará un par de décadas. Se comenta que la actividad se inició en Estados Unidos, allá por el año 2001, por parte de Suzi Teitelman, una actriz que reorientó su carrera para convertirse en profesora de yoga, que comenzó a dejarse acompañar por su perro en las sesiones en que lo practicaba.
Observando a su mascota, que no dudaba en imitar sus gestos y movimientos, Teitelman comprobó cómo esta disfrutaba con la actividad, sobre todo, al realizar determinadas posturas. A partir de ahí comenzó a desarrollar el yoga canino. Con el tiempo, fue popularizándose y muchos otros se sumaron a la práctica y enseñanza del doga.
Cómo se practica el doga
La práctica del doga se desarrolla en varias partes durante cada sesión: los estiramientos, los masajes, las posturas inspiradas en el yoga y la relajación. La actividad resulta sencilla y no resulta nada complejo iniciarse en ella. De hecho, cualquier persona con su perro puede llevarla a cabo. No obstante, lo más recomendable es que se comience siendo orientado por un profesional en la materia para evitar lesiones y cuidar la salud de ambos.
Hay que tener en cuenta que cada perro, según sus características físicas y su edad, se adaptará mejor a determinadas posturas, tal y como te sucederá a ti. En este punto resulta importante el tamaño, el peso y la flexibilidad de nuestro compañero peludo, pero también su carácter, pues cada animal encuentra su propio ritmo a la hora de practicar una actividad como esta.
Como es lógico, a los perros más nerviosos y activos les costará un poco adaptarse, mientras que los que poseen un carácter más sosegado, enseguida se acomodan y disfrutan al máximo de la experiencia. Definitivamente, no es lo mismo un perro pequeño y nervioso que uno mediano de carácter pausado. Asimismo, los masajes para perros serán muy distintos en función de todo ello y resultarán más efectivos y adecuados unos que otros en cada caso.
Beneficios del yoga para perros
Entre las principales ventajas del doga o yoga para perros destaca que se propicia la socialización del animal, sobre todo, si te apuntas a un centro especializado para esta práctica. Al ser una actividad que realizáis juntos, orientada por otra persona y en la que podéis formar parte de un grupo reducido, tu mascota aprende a mostrarse tranquilo con gente desconocida y con otros perros, y ser capaz de relajarse pese a ello. Asimismo, el vínculo entre dueño y perro se fortalece, compartiendo estos momentos de relajación y caricias.
Pero si a nivel anímico y emocional el doga tiene diversos beneficios, también sucede así respecto al componente físico. De tal modo, se mejora la flexibilidad, la circulación y la relajación muscular. En conjunto, refuerza la musculatura, por lo que resulta muy recomendable para prevenir lesiones.
La duración de las sesiones en torno a los 12 minutos resulta suficiente y es imprescindible una esterilla para practicarlo. De hecho, si tu mascota se acostumbra, tan pronto la vea la relacionará con este instante de placer y se pondrá contento tan pronto la quites.
Si todavía no tienes un centro de doga cerca de tu casa, pues por el momento no son demasiado numerosos en España, puedes estar pendiente de los cursos presenciales que suelen realizarse por adiestradores de perros profesionales que se realicen en tu ciudad o en las proximidades de donde vives. Otra opción es comenzar a realizar esta práctica a través de cursos de iniciación online, siempre y cuando seas extremadamente cuidadoso con tu perro y consultes cualquier duda que tengas con el veterinario para asegurarte de vigilar al máximo por su buen estado de salud.