Los gatos pueden ser inquietos y revoltosos, independientes y cariñosos, e incluso puede que más de una vez te hayan sorprendido mordiéndote el pelo. Pero ¿por qué lo hacen? ¿Qué se esconde detrás de este curioso hábito que, si tienes melena especialmente, seguro que has sentido más de una vez?
Vamos a conocer un poco más a nuestros queridos mininos y a investigar el motivo por que el tu gato te muerde el pelo. Puede que te sorprendas.
Gato que quiere jugar
La primera respuesta de por qué el gato te muerde el pelo es la más simple. Y seguro que te has dado cuenta de ello: quiere jugar. Ese gesto de darte pequeñas mordidas en el pelo suele hacerse cuando está aburrido y lo que quiere es que le hagas caso para divertiros juntos. Es una forma directa y sencilla de comunicarse contigo para decirte que quiere jugar. Además, no solo lo hace contigo. Si hay otros animales en casa, verás que también se lo hace a ellos para que jueguen con él, mordisqueando sus orejas o su pelaje.
Sentimiento de pertenencia
Tal vez no te mordisquee el pelo porque quiere jugar; otra opción es que lo haga como síntoma de pertenencia. Es decir, el gato considera que tú le perteneces, no tiene la sensación de que él sea tu mascota. El rey de la casa está claro quién es, y es el minino quien te permite compartir con él su espacio. O, al menos, es así como él lo ve.
De tal modo, con este gesto, además de la costumbre de limpieza que se hace él mismo y a aquellos a los que quiere, también te está ofreciendo sus cuidados y te está marcando con su saliva y su olor. Este es uno más de tantos gestos con los que lo hace, como restregarse contra tus piernas o frotar su cara contra tu cuerpo. En todos estos comportamientos el resultado es el mismo: eres uno de los suyos y no quiere que nadie dude de ello.
Gato nervioso
Hay otra opción por la que tu gato puede comportarse así. Es posible que esté nervioso, sienta ansiedad o estrés, y comience a lamerte y a morderte el pelo de modo compulsivo. Si está en una situación que le provoca esas emociones, como una mudanza o un nuevo animal en casa, tendrás que ser paciente, pero si ves que no existe una razón lógica para que esto suceda, acude al veterinario para salir de dudas al hacerle una revisión. Es necesario descartar cualquier tipo de malestar o problema de salud que pueda estar provocando este comportamiento compulsivo. Siempre es mejor prevenir.
Muestra de cariño
Tampoco podemos olvidar que el gato muestra su cariño con pequeños mordiscos en tu pelo. Piensa que los felinos no manifiestan su amor como los perros u otros animales, y su forma de demostrarlo es mediante esos mordisquitos en tu pelo. No hay nada de agresividad en este comportamiento, por lo que no debes reñirle.
Tu gato te quiere y es una de las formas con las que puede comunicarse contigo para hacértelo saber, así que no le regañes. Imagínate cómo te sentirías tú si le das caricias y te lanza un mordisco. Hay otras formas de hacerle entender que no te gusta esa forma de actuar si para ti supone una molestia. Son sencillas y efectivas, y no tendrás en ningún caso ni que enfadarte ni levantar la voz.
Cómo actuar si el gato te muerde el pelo
Si el gato te muerde el pelo de manera ocasional, no tiene por qué pasar nada. Sin embargo, si es algo que hace con frecuencia puede resultar molesto o convertirse en un problema. Puedes conseguir que aminore en su actitud con una serie de pautas. La primera de ellas es no darle mimos ni hacerle caso si lo hace, para demostrarle que no te gusta. En caso contrario, estarás ofreciendo un refuerzo positivo, interpretará que te agrada y seguirá haciéndolo.
Otra forma de hacerle comprender que te molesta es alejarte de él. Cuando empiece a mordisquearte el pelo en el sofá, por ejemplo, levántate y vete de la habitación. Los gatos se alejan ante los estímulos desagradables, así que comprenderá rápidamente que no te gusta lo que hace.
Por último, la manera más directa y sencilla de que deje tu pelo es tener siempre a mano uno de sus juguetes y ponerte a jugar con él. De esta manera, le distraerás y convertirás en objeto de su atención otra cosa. En cualquier caso, jamás debes castigarle, reñirle ni apartarlo de manera brusca de tu lado. Ahora ya entiendes un poco mejor por qué se comporta así.