No os vamos a decir que es coser y cantar, pero viajar con tu animal en avión no es tan complicado como se suele creer. Eso sí, antes de lanzarte a la aventura, debes tener claros una serie de factores que te explicamos a continuación: de la documentación necesaria, a la compra del billete, del uso del transportín a las condiciones específicas de cada aerolínea.
Viajar con tu animal en avión: todo lo que debes saber
Todavía hace unos días contemplábamos la amargura y las lágrimas de una chica que no entendía por qué no podía ir con su pequeño perro en el asiento de un autobús interurbano cuando la política de la compañía en cuestión afirma claramente que los animales irán en la bodega del vehículo en un transportín.
Lo primero, por lo tanto, informarse para evitar dramas. Por mucho que quieras a tu perro, existen unas normas tanto de las propias compañías como de las instituciones, que debemos cumplir. Otra cosa es que sean justas y/o proporcionadas, pero ese ya es otro tema.
¿Qué dice la ley sobre el transporte de animales de compañía?
Puede ser muy aburrido leerte decenas de artículos legislativos, pero es la única manera de no pecar de cuñado cuando llega el momento de exigir tus derechos y cumplir tus deberes, también cuando se trata de animales de compañía.
Léete el artículo 60 de la Ley de Bienestar Animal sobre transporte de animales de compañía, lo que dice el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), la Unión Europea y AENA.
Puede que en todas estas informaciones te encuentres con algún dato contradictorio o confuso, pero, por lo general, todas las recomendaciones y exigencias van en la misma línea y no hay grandes diferencias.
La documentación
Depende del país del que salgas, de tu destino y del tipo de animal que transportes. En el caso de los perros, gatos y hurones, si vas a viajar a la UE desde España, el animal deberá ir provisto de microchip o tatuaje, estar vacunado frente a la rabia y disponer de pasaporte europeo para el movimiento de animales de compañía. Para otros países, consulta la web de las autoridades responsables de cada país.
En este sentido, si introduces en España un animal de un país no miembro de la UE, deberás cumplir una serie de requisitos extra entre los que está el certificado zoosanitario, que deberá ir firmado por un veterinario oficial del país tercero.
¿Qué dice la aerolínea sobre el transporte de animales?
Una vez superado el escollo de la normativa oficial sobre transporte de mascotas, toca informarse sobre lo que dice la compañía en la que vas a viajar. Y como sucede con el tema de las maletas, cada aerolínea tiene su propia política.
Por ejemplo, en el caso de Iberia, se aceptan en cabina los perros, gatos, peces, tortugas y aves de menos de 8 kg (trasportín incluido), mientras que hasta 45 kg pueden ir en bodega. Vueling, por su parte, no admiten animales en bodega, solo en cabina, no pudiendo llevar peces. En Air France el peso máximo en bodega se eleva a 75 kg pudiendo llevar hasta tres animales. EasyJet y Ryanair, sin embargo, no admiten animales de compañía en ningún caso, salvo perros lazarillo
Lo dicho, cada compañía tiene su política: lo que vale para una, tal vez no valga para otra. Infórmate, es muy sencillo.
El billete del animal
Por supuesto, el servicio de transporte de animales de compañía tiene un coste, que también varía dependiendo de la compañía. Para que te hagas una idea, Iberia cobra 100 euros para vuelos nacionales y 360 para vuelos a América y Asia para animales en bodega; 40 euros en cabina en vuelos nacionales y 180 para América y Asia.
Cada vuelo suele tener un número máximo de animales permitidos, así que prepáralo con tiempo no vaya a ser que tú tengas billete y tu amigo peludo no.
¿Bodega o cabina?
Es el gran dilema para los tutores de animales, especialmente perros o gatos que son los que más pueden padecer la separación con su tutor y el estrés de todo el periplo por el aeropuerto y el propio avión.
Como vimos, la política de cada compañía te mostrará cuáles son las opciones que tienes. En la mayor parte de los casos, los animales más pequeños de menos de 8 kg podrán ir contigo en cabina, aunque siempre en su transportín.
Y cuidado con sacarlos en vuelo, aunque tú consideres que están muy bien educados y no van a molestar: ya sabes, las normas están para cumplirlas, y más en un contexto tan delicado como un vuelo en el que todo el mundo es más sensible de lo habitual, animales incluidos.
En cuanto a la bodega, es recomendable consultar con el veterinario si tu animal está adecuadamente preparado para un viaje de estas características. Incluye su manta y sus juguetes preferidos para que se entretenga y no le des de comer al menos cuatro horas antes del viaje.
Si son dos animales lo que comparten viaje en bodega, asegúrate de que están acostumbrados a cohabitar. Los viajes en avión son caldo de cultivo para peleas por el estrés y la incomodidad que conllevan, solo hay que ver lo que sucede a veces arriba en las cabinas entre los menos peludos…
El transportín
Primero, atento a las exigencias de las compañías que te indican las directrices que han de cumplir, las cuales suelen ir en línea con la legislación internacional. Iberia, por ejemplo, señala que el receptáculo debe ser de material resistente y seguro y con un cierre que ofrezca garantías de que no se abrirá en ningún momento, con fondo impermeable con un material almohadillado o una capa aislante que evite el contacto directo de su base con el suelo del avión.
Por su parte, IATA da unas directrices muy concretas para el tamaño del transportín de forma que el animal tenga suficiente espacio para girar normalmente mientras está de pie, pararse y sentarse erguido y para tumbarse en una posición natural.
En el aeropuerto
Viajar en avión sin animal ya es un suplicio en muchas ocasiones por la liturgia típica de los aeropuertos, así que te recomendamos que, por el bien de tu amigo peludo, afines tu precisión a la hora de organizar tu ruta en el aeropuerto tratando de acortar al máximo los plazos siempre que sea posible: todo con el objetivo de que el proceso no se le haga demasiado largo al animal.
Recuerda que este proceso incluye entrega en facturación en caso de que el animal vaya en bodega, un control de seguridad específico para animales, además del embarque. Así mismo, y todavía más importante, por el estrés que puede suponer para ti, infórmate bien del sistema de recepción del animal en el aeropuerto de destino, ya que varía de uno a otro, pudiendo ser entregado en mano al tutor o saliendo por la cinta de equipajes.
Iberia recomienda avisar al personal del aeropuerto de la recepción de la mascota con al menos 48 horas de antelación, indicando raza o características esenciales del mismo.
Si viajas en conexión, debes asegurarte de que el tiempo de tránsito entre los vuelos no sea inferior a 90 minutos ni superior a 4 horas o podrían negarte el vuelo de tu animal.
Y recuerda consultar también los servicios especiales para animales en los aeropuertos, que cada vez más incluyen zonas especiales, incluyendo baños específicos para animales de compañía.
¿De verdad necesita tu animal volar en avión?
Por último, te pedimos que reflexiones sobre la necesidad de que tu animal viaje en avión con todo lo que ello conlleva para él. Viajar en avión para un humano suele ser muy pesado, y no tenemos dudas de que tampoco debe ser una fiesta para a un animal de compañía, así que piénsalo a la hora de abordar la pertinencia de esta “singular experiencia”: no es lo mismo una escapada de un fin de semana a Lanzarote (ya sabes que hay alternativas) que un cambio de residencia a otro país en el que llevarte a tu animal puede ser imprescindible.