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La actriz que bajó al sótano del oficio

Ester Bellver llega al CDN tras triunfar en teatros alternativos

 

PAULA CORROTO

Oficio. Trabajo. Esfuerzo. La actriz Ester Bellver rezuma pasión por el teatro. Por ese que no tiene nada que ver con hacerse famoso. Ella lleva 30 años en la profesión. Se formó en La Abadía, con Philippe Gaullier, en Londres. Moduló su voz con Inés Rivadeneira y bebió del filósofo Agustín García Calvo. Y ha trabajado en grandes producciones. 'Sí, yo soy una actriz pija. Nunca me había movido en salas alternativas', afirma. Ahora ya no puede decirlo: su bonita historia comienza en esos pequeños teatros y acaba en el Centro Dramático Nacional (CDN), donde el sábado estrenó en la sala Princesa de Madrid su exitoso texto ProtAgonizo.

Todo empezó en 2007. Se puso a escribir de forma desbocada. Sin comer ni dormir. Todo lo que llevaba dentro, su desengaño sobre 'esa idea de futuro, de tener que triunfar en la vida, de tener tu trabajo, realizarte como persona, casarte, tener hijos', brotó sin frenos. Y así nació ProtAgonizo. Muchas páginas que eran puro ataque a lo establecido. 'Se dicen cosas con las que te juegas no volver a trabajar nunca. Aparecen todos los personajes que nos toca representar en nuestra vida. Y a veces los disfrutamos, pero la mayoría, los padecemos', reconoce.

'Yo soy una actriz pija, nunca me había movido en salas alternativas'

La actriz pensaba guardarse el texto para sí, pero García Calvo la convenció para convertirla en una obra de teatro. Después vinieron muchos ensayos, 'un año y medio de trabajo en soledad', y una búsqueda infructuosa de programadores. Hasta que la madrileña sala El Montacargas le confió su escenario durante tres semanas. Fue una bomba: lleno diario. Las puertas de otros teatros, como la sala Triángulo, empezaron a abrirse y casi era cuestión de tiempo que el CDN la incluyera en su programación.

'A mí la palabra éxito me chirría bastante. Huyo de ella. Me encanta llevar tantos años en esta profesión y ser una actriz anónima. Muchos actores vienen ahora al teatro, pero poca gente tiene realmente vocación de aprender el oficio. Y el teatro es una cosa muy gorda. Como no tengas una técnica para traspasar hasta la última butaca en voz, en físico...', apunta la actriz.

'[En la obra] Se dicen cosas con las que te juegas no volver a trabajar'

En ProtAgonizo, Bellver derrocha emociones y expone su cuerpo de forma brutal. Está desnuda en el escenario, algo que surgió de forma improvisada. 'Me puse a ensayar en pelotas porque pensé que en la obra sólo iba a entrar lo necesario. Y cuando la presenté por primera vez a mis allegados vi que aquello funcionaba', comenta. La puntilla llegó cuando un programador le dijo que nadie estrenaría su obra si la hacía sin ropa. 'Ahí me dije: el espectáculo será así. Tiene que ver con lo que se dice en la obra, con todo aquello que nos callamos. Y me di cuenta de que el desnudo sigue estando lleno de prejuicios y tabús', sostiene.

La obra recorre los diferentes personajes de una actriz, pero no es un texto feminista: 'Hay una escena sobre la primera regla y el sopetón que se lleva una cuando ve la sangre. Pero muchos hombres se han sentido identificados, porque no es más que el hostión de dejar de ser niño y oler lo que se avecina'. Quizá por eso el texto ha funcionado. Ya tiene más bolos: en diciembre en Bilbao y en abril en Basauri.

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