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Andreu Nin o el día en el que Stalin traicionó a la revolución 

El dibujante e ilustrador Lluís Juste presenta la obra 'Andreu Nin', un cómic que recorre la vida del militante del POUM, su asesinato ordenado desde Moscú y también la lucha por recuperar su memoria. 

Fragmento del cómic 'Andreu Nin, siguiendo tus pasos', de Lluís Juste

ALEJANDRO TORRÚS

MADRID.- Dejó escrito el Premio Nobel Albert Camus que "el asesinato de Andreu Nin marca un viraje en la tragedia del siglo XX. Un siglo que fue, cabe recordarlo, el de la revolución traicionada". Y es que el asesinato del líder del POUM fue uno de los primeros ordenados fuera de sus fronteras por el dictador de la URSS Joseph Stalin. Después caería Leon Trotsky y serían cientos los traicionados en Polonia (1939-41), Finlandia (1939-40) o Austria (1945-55). Pero Andreu Nin, que había llegado a sentarse como diputado en el Soviet de Moscú, marcó el precedente y abrió una cicatriz, que nunca llegó a desinfectarse del todo, en el seno de la izquierda.

"No se atreverán, amigo, no se atreverán", dijo Andreu Nin el mismo día en el que fue secuestrado para posteriormente ser torturado y ejecutado. Era el 22 de junio de 1937 y era la segunda vez en el día que advertían al dirigente del POUM de que no podía andar sin escolta por la calle. Pero no hizo caso. Fue secuestrado, llevado a Valencia, posteriormente a Madrid para ser ajusticiado. Hoy ya no cabe ninguna duda de que su asesinato fue ordenado por Stalin, que necesitó de la colaboración de agentes del PCE y del PSUC.

Para honrar la figura del secretario general del POUM  y recuperar su memoria, el dibujante e ilustrador Lluís Juste ha creado el cómic Andreu Nin, siguiendo tus pasos (Edicions de Ponent)que recorre la vida del marxista, su asesinato ordenado desde Moscú y también la posterior lucha por recuperar su memoria. "Todas, absolutamente todas las viñetas que hay en el cómic son ciertas. No me van a pillar en un renuncio", advierte el autor en el acto celebrado el jueves en el Centre Cultural Blanquerna. 

"La revolución del año 1917 era proletaria y nació con la intención de que una clase concreta ocupara el poder del Estado. Pero tras la muerte de Lenin, la revolución cayó en manos de quien no tocaba. Stalin no fue comunista. Stalin fue sólo fue estalinista. La traición consiste en que aquella revolución dejó de ser proletaria para convertirse en una dictadura de una nomenclatura y para ello puso la excusa de la revolución en un sólo país. Pero hubo gente como Andreu Nin que denunció desde un principio, e incluso desde dentro de la URSS, la traición a los ideales de la revolución. Aquí es cuando podemos hablar de la revolución traicionada", explica Lluís Juste. 

Enrique del Olmo y Lluís Juste de Nin durante la presentación del cómic 'Andreu Nin, siguiendo tus pasos'

Enrique del Olmo y Lluís Juste de Nin durante la presentación del cómic 'Andreu Nin, siguiendo tus pasos'

La obra, no obstante, no se detiene en el asesinato de Nin y prosigue con las peripecias de su mujer, Olga Tareeva, y sus dos hijas y cierra con la (difícil) llegada de los restos fúnebres de Olga a Catalunya para ser enterrados. Recoge incluso los encuentro entre Tareeva y la mujer de Leon Trotsky en París, primero, y en Coyoacán, México, tiempo después. Las dos mujeres tenían algo en común. La misma persona había ordenado el asesinato de sus maridos: Stalin.   

Porque la lógica de Stalin era aterradora. Para luchar con éxito contra cualquier enemigo era necesario, primero, acabar con el enemigo interno. El dictador de la URSS estaba convencido de que uno de los principales motivos por los que los republicanos podían ser derrotados era por la presencia de traidores. Y así, como en Rusia, Stalin exigió tratar a los traidores con determinación. Para ello, envió a España a Lev Nikolsky, alias Alexander M. Orlov, que prepararía todo para la ejecución del izquierdista catalán. 

Por eso, para Enrique del Olmo, presidente de la Fundación Andreu Nin, la recuperación de la memoria del fundador del POUM es mucho más que recuperar el legado del principal pensador marxista de la época en todo el Estado. Para Del Olmo, recuperar la memoria de Nin significa recuperar lo mejor de una izquierda que se negó a entender el mundo como un espacio carente de libertad y la  recuperación de una izquierda que lleva incorporado en su ADN la lucha por la democracia.  

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