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Díaz pide tiempo al PSOE para rearmarse antes de un Congreso​

La federación andaluza quiere postergar las primarias hasta junio de 2017 para recuperar a la militancia, reconciliarse con los críticos y postular a la sevillana como líder. Díaz hará “la oposición más dura a Rajoy” desde el Gobierno andaluz

La secretaria general del PSOE de Andalucía y presidenta de la Junta, Susana Díaz, junto al secretario de Organización, Juan Cornejo, a su llegada a la reunión de la Comisión Ejecutiva Regional celebrada la tarde de este lunes en la sede del partido. / EFE

DANIEL CELA

SEVILLA.- El comité federal del PSOE del domingo no ha pacificado, ni mucho menos, el partido, pero logró algo muy importante para las aspiraciones de Susana Díaz: dilatar los tiempos. La presidenta andaluza tiene ahora el control del calendario orgánico, porque controla la gestora que pilotará el PSOE hasta el próximo congreso federal. Díaz ha pedido a los suyos que posterguen las primarias y el cónclave socialista al menos hasta junio del año que viene. Entre siete y ocho meses para recomponer su imagen pública, devolver el pulso al PSOE, recuperar el favor perdido de la militancia y recabar apoyos entre las federaciones más críticas. Algunos miembros de la dirección andaluza creen que “es tiempo suficiente”. “Ya lo ha hecho otras veces”, dicen. Otros opinan que no, advierten de que la imagen de Susana Díaz está “muy dañada”, y plantean la necesidad de retrasar el congreso federal hasta después del verano. “La legislatura va a ir a trompicones. El PSOE va a liderar la oposición, no va a ceder terreno a Podemos, volverá a dejarse ver como un partido útil que capitanea las políticas progresistas, y eso puede dirigirlo ella desde aquí”, explica un miembro de la ejecutiva andaluza.

Susana Díaz convocó este lunes a todos los miembros de su ejecutiva, horas después de que el comité federal del PSOE aprobara, con un 60% a favor y un 40% en contra, facilitar el gobierno a Mariano Rajoy a través de la abstención en su investidura. La federación andaluza, la más numerosa y potente, recalca que la decisión ha sido difícil, pero apela a la responsabilidad de Estado y se prepara ya para ejercer “una oposición contundente”. Todo empieza, dicen, por visualizar la unidad de partido en la votación de investidura, con una abstención en bloque, de los 85 diputados. Díaz cree que una abstención técnica -sólo con los 11 diputados socialistas que necesita Rajoy para ser presidente- no ofrecerá una imagen digna del PSOE, un partido con capacidad de Gobierno que tiene que presentarse cohesionado y fuerte en las grandes cuestiones de Estado. El PSOE andaluz no quiere que ni el PSC ni ningún otro diputado díscolo, como el propio Pedro Sánchez, rompa la disciplina de voto, y decida no acatar la decisión mayoritaria del comité federal. El número dos de las federación andaluza, Juan Cornejo, ha recordado este lunes a los socialistas catalanes que ellos se abstuvieron en 2010 para facilitar la investidura de Artur Mas como president de la Generalitat, y la dirección federal del PSOE les apoyó, porque entendía las circunstancias. “Nadie entendió entonces que fuera un acuerdo de Gobierno con Convergència, sino que se hizo por responsabilidad, para desbloquear la legislatura”, advierte Cornejo. Los socialistas andaluces no quieren ponerse en la disyuntiva de que los catalanes voten no a Rajoy, porque eso abriría la puerta a una escisión del PSC, y “el PSOE con 85 diputados no está para escisiones”. “Es el momento de la reconciliación”, dice el número dos de Susana Díaz.

La presidenta andaluza se ha dado siete meses de plazo para sacudirse dos fantasmas que desde hoy mismo la van a perseguir a todas partes: el primero, que ella ha sido la principal valedora de darle el Gobierno de España al PP; y segundo, que su pulso interno con Pedro Sánchez ha dejado al PSOE desgarrado y abierto en canal. Díaz tenía control sobre el primer fantasma -desde las generales de diciembre viene defendiendo que debían permanecer en la oposición-, pero no sobre el segundo. Para contrarrestar a aquellos que la acusan de ser aliada del PP, la secretaria general del PSOE andaluz dispone de un altavoz enorme: el Gobierno autonómico. Díaz tiene previsto hacer una oposición muy dura a Rajoy desde Andalucía, endureciendo su discurso del desagravio estatal hacia las comunidades del sur. Un movimiento que saca a la luz su estrategia: compatibilizar su cargo institucional, al frente de la Junta de Andalucía, con el futuro liderazgo del PSOE. “Susana Díaz no necesita estar en el Congreso para ser líder de la oposición a Rajoy, puede hacerlo desde Andalucía, donde su partido tiene más fuerza, más cohesión y más estabilidad que en Madrid”, dice una persona próxima a la presidenta. Con este esquema, y mientras dure la legislatura, Díaz mantendrá un pie San Telmo y otro en Ferraz el tiempo que pueda. Según personas de su círculo más próximo no articulará una sucesión al frente del Gobierno andaluz hasta que ella divise con claridad el fin de la legislatura de Rajoy, y eso es algo que también estará en manos del PSOE como principal partido de la oposición.

La secretaria general del PSOE de Andalucía y presidenta de la Junta, Susana Díaz, junto al secretario de Organización, Juan Cornejo, y la presidenta del PSOE-A, Micaela Navarro, durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Regional celebrada la tarde de e

La secretaria general del PSOE de Andalucía y presidenta de la Junta, Susana Díaz, junto al secretario de Organización, Juan Cornejo, y la presidenta del PSOE-A, Micaela Navarro, durante la reunión de la Comisión Ejecutiva Regional celebrada la tarde de este lunes en la sede del partido. / EFE

La sevillana quiere transformar la desventaja de no estar en la Cámara Baja en una ventaja, es decir, evitará quemarse en aquellas votaciones donde haya coincidencia con el PP, y usará el Gobierno autonómico como palanca para presionar a Rajoy desde fuera. “Eso es algo que sólo ella está en disposición de hacer. No pueden hacerlo los barones socialistas que gobiernan gracias a Podemos (Castilla La Mancha, Extremadura, Aragón, Baleares o Comunidad Valenciana) ni las federaciones críticas, como Catalunya o País Vasco, donde ni tienen fuerza ni tienen unidad. Para plantar cara y presentar credenciales hay que tener los deberes hechos en casa, y aquí se ha ganado las elecciones al PP y a Podemos, se gobierna con estabilidad gracias a un acuerdo con Ciudadanos y llegaremos a este pulso con Rajoy siendo la primera comunidad autónoma que aprueba sus presupuestos”, advierte un miembro del Ejecutivo andaluz. En efecto, un Consejo de Gobierno extraordinario prevé ratificar el anteproyecto de ley de Presupuestos Autonómicos de 2017 el próximo viernes.

Pero el entorno de Díaz reconoce que lo que más le preocupa es el segundo fantasma, el que no vieron agrandarse cuando prepararon la operación de desalojo de Sánchez de Ferraz: la ruptura interna del partido en dos mitades y cómo un sector se ha enrocado de manera férrea para no dejar pasar a la presidenta andaluza. De ahora hasta la primavera, Díaz tratará de seguir recabando apoyos de las federaciones críticas para rearmar el partido de cara al futuro congreso. El panorama es complejo, “porque se ha llegado a la epidermis de muchos compañeros, pero ella ya lo ha hecho antes”. En 2010, Díaz recogió el PSOE andaluz en medio de una pugna interna brutal. Manuel Chaves había dejado la presidencia de la Junta a José Antonio Griñán, pero mantuvo la Secretaría General del partido, dando paso a una bicefalia que debilitó orgánicamente a su sucesor. Éste forzó un congreso extraordinario en menos de un año, al darse cuenta que sin el control del partido no podría controlar el Gobierno autonómico. Los críticos a Griñán en las provincias se le rebelaron, y fue cuando el presidente andaluz mandó a Susana Díaz a poner orden. Ahí es donde se hizo famosa su capacidad de “destruir para construir”, de “rasgar para coser el partido”. La sevillana lo hizo descabezando a los rebeldes, logrando líderes provinciales afines, luego incorporando a sus críticos como aliados (Antonio Gutiérrez Limones, Francisco Reyes, Eduardo Madina…) y a día de hoy el PSOE andaluz es la federación más cohesionada y robusta del partido. Pese a todo, la decisión de facilitar el Gobierno a Rajoy ha hecho emerger críticos dentro del PSOE-A: hay agrupaciones, como la de Cádiz, que se han alineado abiertamente con el no, y otras, como en Málaga, Granada o Almería, que están recogiendo firmas para exigir la convocatoria urgente de primarias y un congreso extraordinario.

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