Público
Público

Estos son los diez miembros de la gestora encargada de dirigir el PSOE

Tendrá como principales retos tratar de detener la sangría interna por la fractura del partido y reorientar la estrategia sobre si facilitar o no el Gobierno de Mariano Rajoy. La primera reunión, presidida por el asturiano Javier Fernández, será este lunes en Ferraz.

Arriba, de izquierda a derecha, Javier Fernández, Mario Jiménez, María Jesús Serrano, Ascensión Godoy, José Enrique Muñoz. Abajo, María Dolores Padrón, Ricardo Cortés, Soraya Vega, Francesc Antich y Francisco Ocón. / EFE

EFE

MADRID.- La gestora que se ha hecho cargo del PSOE tras la dimisión del hasta ayer secretario general, Pedro Sánchez, tendrá como principales retos tratar de detener la sangría interna por la fractura del partido y reorientar la estrategia ante la decisión que se tendrá que tomar sobre si facilitar o no el gobierno de Mariano Rajoy.

La nueva ejecutiva, cuyo mandato será hasta que se celebre un congreso extraordinario aún sin fecha, tiene también como tarea inmediata reestructurar la dirección del grupo parlamentario en el Congreso y en el Senado y evitar que se vea afectado por la división orgánica.

La primera reunión de trabajo en la sede de Ferraz tendrá lugar mañana, según ha indicado el partido en un comunicado, donde explica que el presidente asturiano y de la gestora, Javier Fernández, encabezará la reunión del nuevo órgano, que desarrollará funciones ejecutivas hasta la celebración de un congreso federal extraordinario.

Fernández comparecerá ante los medios de comunicación al término de su reunión, en la que será su primera intervención pública al frente de la comisión. El dirigente socialista tendrá que fijar la hoja de ruta ante las cuatro semanas decisivas que hay por delante en las que se tiene que resolver la incógnita de si hay gobierno o elecciones.

Además de Fernández, afín al sector crítico que descabalgó a Sánchez, la comisión gestora está formada por los vocales Mario Jiménez Díaz (Andalucía), María Jesús Serrano Jiménez (Andalucía), Ascensión Godoy (Extremadura), José Enrique Muñoz Lladró (Valencia), María Dolores Padrón Rodríguez (Canarias), Ricardo Cortés Lastra (Cantabria), Soraya Vega Prieto (Extremadura), Francesc Antich Oliver (Baleares) y Francisco Ocón Pascual (La Rioja).

Aunque hay ausencias notables (entre ellas, las de federaciones rebeldes como la aragonesa o la castellano-manchega, contrarias a Sánchez y alineadas con la presidenta andaluza, Susana Díaz), en la lista destacan los representantes de Asturias, Extremadura, Valencia, Canarias y Andalucía, que se han significado contra el exlíder socialista. Dirigentes autonómicos con un perfil menos beligerante con el caído rechazaron su presencia en la gestora, donde las voces que apoyaban a Sánchez tienen menos peso.

La decisión de abstenerse o no ante Rajoy no es competencia de la gestora, sino del Comité Federal, que es el que acuerda en última instancia las decisiones sobre pactos y posicionamientos ante una investidura. Tras la convulsa reunión de ayer, el máximo órgano volverá a reunirse, previsiblemente, en la segunda mitad de este mes para tomar una decisión que se antoja clave para el devenir del PSOE, especialmente, ante la división en dos que hay en sus filas.

Javier Fernández no ha defendido la abstención a Rajoy, si bien el viernes aseguró que las opciones son que gobierne el PP o ir a unas terceras elecciones

Cerrada la puerta a intentar un Gobierno alternativo, como fue el empeño de Sánchez, son pocas las alternativas que restan. Javier Fernández no ha defendido, de forma expresa, la abstención a Rajoy, si bien el pasado viernes aseguró que las únicas opciones son que gobierne el PP al ser la lista más votada o ir a unas terceras elecciones.

Esta postura está en sintonía con la de otros dirigentes territoriales, como la propia Susana Díaz, para quien al PSOE no le queda otro remedio que estar en la oposición con 85 escaños. Inclinarse por la abstención puede provocar nuevas convulsiones internas que agraven el delicado estado de salud del PSOE, ante la amenaza de algunos diputados de que se mantendrán firmes a sus convicciones y a votar no a Rajoy.

Calmar el partido

Ante lo sucedido en los últimos días tras la rebelión de los críticos y el agitado Comité Federal de ayer, a la gestora le va a corresponder tratar de calmar el partido. Para ello, se ha optado por un perfil discreto de sus componentes, incluido el del propio Fernández, no muy dado a prodigarse en declaraciones a los medios, con la excepción de Mario Jiménez, portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz. Entre las primeras decisiones que se espera que tome la gestora es la reordenación de las direcciones de los grupos parlamentarios.

El portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, y en el Senado, Óscar López, han sido leales a Sánchez hasta el final y firmes partidarios del no a Rajoy, por lo que se da por hecho su relevo. En el Congreso, todas las miradas apuntan a Eduardo Madina para que asuma la portavocía. Madina aseguró el pasado viernes que trabajará para que los diputados socialistas sigan unidos y aislarles de los problemas orgánicos con el fin de que el grupo "se comporte como una unidad" en su estrategia y en las votaciones.

Por el momento, Sánchez ha dimitido de secretario general, pero sigue en su escaño, si bien cederá el cargo de presidente del grupo parlamentario. Entre quienes podrían optar a este puesto está el diputado sevillano y exsecretario de Política Federal, Antonio Pradas, quien llevó a Ferraz el pasado miércoles las firmas de los miembros críticos de la Ejecutiva que dimitieron.

También se esperan cambios en el Parlamento Europeo, donde Elena Valenciano podría volver a ser la portavoz después de que en septiembre de 2014, cuando Sánchez llegó a la secretaría general, fuera desplazada del cargo por Iratxe García.

Normalizar la relación con las federaciones

Otro de los retos que tiene pendiente la gestora es tratar de normalizar la relación con las federaciones, divididas en dos por el enfrentamiento entre Sánchez y los barones críticos.

Fernández cuenta con el aval de ser un referente moral del partido, aunque su inclinación por el bloque de los detractores del exlíder del PSOE ha provocado distanciamiento con otros dirigentes territoriales.

No menor será el reto de recomponer la relación y de restaurar la confianza entre los militantes, que también se han partido por la mitad por el debate entre el no a Rajoy o apostar por otra estrategia.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias