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Rehenes en el Valle de los Caídos

El documental 'Avi et trauré d' aquí' narra la historia de la exhumación y traslado de cadáveres de uno y otro bando al mausoleo situado en el Valle de Cuelgamuros y la lucha de los familiares por recuperar s

ALEJANDRO TORRÚS

Joan Pinyol es el nieto de Joan Colom, soldado republicano que fue capturado al término de la Guerra Civil y murió en una prisión militar. Joan pertenece a una generación que no vivió el golpe de Estado y la dictadura no dejó de ser para él más que un amargo pasaje de su infancia. Este hombre, sin embargo, es víctima de la dictadura. Durante años estuvo llevando flores a la fosa común del cementerio de Lleida donde, en teoría, estaba enterrado su abuelo. Gracias a un artículo periodístico Joan descubrió que sus restos no estaban ahí. El cadáver de su abuelo había sido trasladado al Valle de los Caídos sin la autorización familiar. Desde entonces, la lucha de Joan es recuperar los restos de su abuelo y llevarlos junto a la tumba de su abuela.

El caso de Joan no es extraordinario. Desde la década de los 50 hasta bien entrada la democracia, miles de cadáveres han sido trasladados al Valle de los Caídos sin previa autorización y sin comunicárselo a sus familias. El documental Avi, et trauré d'aquí (Abuelo, te sacaré de aquí) dirigido por Montserrat Armengou y Ricard Belis, y producido por TV3, narra la lucha de la familia Pinyol y otras muchas para sacar a sus familiares del Valle de los Caídos y darles entierro en el cementerio de sus respectivas localidades junto al resto de sus seres queridos.

“Las víctimas en este caso ya no son los asesinados o los caídos en combate. Ni se trata de víctimas de un bando u otro. Ahora las víctimas son los descendientes. Son los que luchan por dar un entierro a sus familiares junto al resto de seres queridos. La injusticia se hereda de generación en generación y ningún gobierno ha hecho lo suficiente para enmendar esta situación”, señala a Público Montserrat Armengou, directora del documental.

Hasta el momento nadie ha conseguido sacar a sus familiares del mausoleo de Franco. Ni durante los gobiernos del PSOE, ni con los gobiernos del PP. En 35 años de democracia sólo una vez se ha accedido a devolver a las familias los restos óseos de víctimas de la Guerra Civil enterradas en el Valle de los Caídos. Fue en 1980, cuando el Gobierno de la UCD autorizó la exhumación de 133 cadáveres. Todos ellos fueron enterrados en sus localidades de origen en Navarra. La pregunta es evidente. ¿Por qué UCD sí que permitió la exhumación y PP y PSOE no lo han permitido?

“En el caso de Navarra se dieron varias circunstancias. Por un lado, en aquel momento histórico la izquierda política y social estaba fuerte y a la derecha le pilló con el paso cruzado, a traspié. Por otro, en aquel momento había problemas muy graves, por lo que a la exhumación de los cadáveres no se le dio una importancia excesiva. Era una cosa normal: voy a la fosa común de mi abuelo. No está. Voy al Valle, lo reclamo y la democracia te lo devuelve. Lo lógico. Por otro, hay que añadir el talante y la personalidad de gente como Javier Tusell (Director general de Patrimonio Artístico)”, explica Armengou.

Cuenta con testimonios de Garzón y miembros de Falange, PP, PSOE, PNV y asociaciones

El documental también analiza el significado actual del Valle de los Caídos y la necesidad de resignificar un espacio concebido para distinguir a una parte de los caídos en la Guerra Civil e invisibilizar a la otra. Para ello, cuenta con los testimonios de Martin Ynestrillas, de Falange, Alejandro Muñoz Alonso (senador PP), Baltasar Garzón, Ramón Jauregui (exministro del PSOE), Iñaki Anasagasti (senador PNV) y Pedro Cerracín (Asociación de Defensa del Valle de los Caídos).

Las declaraciones de unos y otros entran dentro de lo esperable. Para el Partido Popular ya llegará el momento de acometer esta reforma. De momento, no lo es. Para aquellos que se sitúan a la derecha del PP ya es un símbolo de reconciliación. Por último, el PSOE aboga por esta resignificación a pesar de haber hecho prácticamente nada por ella.

Para Armengou el significado del Valle de los Caídos está más que claro: “La única simbología presente es la fascista y el ensalzamiento del fascismo y el lema es 'Caídos por Dios y por España. No hay ningún recordatorio para las víctimas del otro bando. Por lo tanto, es más que evidente que no es monumento de reconciliación. Otra cosa es la propaganda oficial que vendió el régimen y que ahora otros grupos repiten”.

Desde la llegada de la democracia ningún partido político ha entrado de lleno en este tema. En mayo de 2011, el PSOE de Zapatero, ya prácticamente desahuciado, encargó a una comisión de expertos decidir qué hacer en el Valle de los Caídos. El informe, sin embargo, estaba destinado desde el momento en el que se encargó a quedarse en un cajón olvidado. La victoria del Partido Popular era más que previsible.

El abad del monasterio del Valle de los Caídos se negó a participar en el documental

El gran ausente en el documental es Anselmo Álvarez, abad del monasterio benedictino del Valle de los Caídos. Las negociaciones para que explicara su posición respecto al presente y al futuro del Valle se prolongaron durante meses. Finalmente, Álvarez declinó hacer declaraciones para el documental, a pesar de haber concedido numerosas entrevistas para otros medios.

“Me empleé a fondo para que apareciera pero no hubo manera. Le ofrecí todas las opciones posibles pero no quiso. Una cosa que me comentó que me sorprendió muchísimo fue que él entendía que las familias reclamaran los restos de sus seres queridos pero que ellos tenían un vínculo espiritual y de custodia sobre ellos”, recuerda Armengou, que señala que si bien es cierto que el documental tiene una cierta intencionalidad, la base primordial que lo sustenta es el “rigor periodístico”.

'Si no sabemos nuestro pasado somo débiles, democráticamente hablando' dice Armengou

La importancia del documental no recala en su papel de recordar la historia reciente del país. El trabajo de Montserrat Armengou y Ricard Belis trata dos problemáticas actuales. Por un lado, los problemas legales e institucionales que las familias encuentran para recuperar los restos de sus familiares. Por otro lado, cualquier democracia moderna debe hacer frente a su pasado para poder construir su futuro. En España, frente a otros ejemplos como Alemania, este aspecto aún está por desarrollar.

“Se trata de tener una democracia fuerte y robusta con derechos básicos garantizados. Educación y sanidad de calidad, medios de comunicación públicos fuertes y también memoria histórica. Si no sabemos nuestro pasado somos débiles, democráticamente hablando. Las fosas son un tema de hoy”, concluye Armengou.

https://www.tv3.cat/3alacarta/#/videos/4524292

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