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Laura Pérez (Barcelona en Comú): "La política seguirá siendo vieja si
es patriarcal"

La número nueve de la candidatura liderada por Ada Colau para gobernar Barcelona reivindica la presencia de las mujeres en el espacio público: "Somos el 51% de la población y nos tratan como si fuésemos un colectivo minoritario".

Laura Pérez Castaño./ BEA RILOVA

MADRID.- Laura Pérez Castaño (Barcelona, 1982) lleva muchos años haciendo política. Esa política que a veces dejan de hacer los gobiernos y que no sale en televisión. Ha trabajado en estrategias de desarrollo en turismo en Perú y Bolivia, en municipalismo en Ecuador, en derechos económicos y políticos de las mujeres en Guatemala y El Salvador y contra de la violencia sexual en el espacio público con ONU Mujeres.

Madre de una niña de dos años, decidió dejar Ecuador y volver a Barcelona para dar el salto a la llamada política institucional. Encontró su sitio en Barcelona en Comú (BComú), la candidatura liderada por Ada Colau que, según las encuestas, empata con Trias (CiU) en la carrera por la alcaldía de Barcelona. Convencida de la necesidad de repensar el bienestar desde el feminismo para derrotar las estructuras patriarcales que fomentan la desigualdad, Pérez Castaño ocupa el noveno lugar de una lista en la que las mujeres son mayoría en los primeros 15 puestos.

¿Qué falla en Barcelona en materia de igualdad?
No son aspectos concretos, lo que falla es el sistema. El hetero-patriarcado se refleja en las estructuras municipales y provoca problemas sociales. Nosotros hacemos una apuesta por sacar la igualdad de un área determinada. Proponemos que los temas relacionados con la igualdad dejen de estar relegados a un departamento para que el diseño, la implementación y la evaluación de las políticas de género se lleven desde la Alcaldía. Esto reforzaría las políticas de género porque ahora estamos trabajando en sectores aislados (mujer, igualdad, LGTB) que no nos permiten tener una visión global de todas las áreas y de todo lo que se está haciendo. Este cambio nos daría la fuerza para trabajar lo que son ya urgencias sociales: por un lado, la incipiente y preocupante feminización de la pobreza a través de esta estafa que ha sido la crisis; y por otro, la violencia de género.

¿Eliminar el Área de Igualdad del Ayuntamiento de Barcelona no pondría en riesgo la visibilización de estas políticas?
Mientras la igualdad esté relegada a un área sólo vamos a tener la visión de este área. Imagine un organigrama. Si estás en un bracito a la izquierda abajo, sólo verás lo que hay desde la izquierda abajo hacia el resto del organigrama. Si recolocamos ese área dentro de la Alcaldía, no al lado, si no dentro, podremos transversalizar ese mainstreaming que venimos reclamando a la política desde hace mucho tiempo. 

"Proponemos que la igualdad deje de estar relegada a un departamento para que el diseño, la implementación y la evaluación de las políticas de género se lleven desde la Alcaldía"

¿Qué medidas concretas proponen?
En temas de ocupación, es muy preocupante la segregación vertical y horizontal que están viviendo las mujeres. Pensamos que Barcelona se merece un plan específico contra la feminización de la pobreza y esto pasa por un trabajo que se fije en la juventud, porque es uno de los sectores más afectados por el paro, pero que contemple también los contratos parciales que recaen sobre las mujeres y que haga especial énfasis en el sistema de cuidados. Mientras estamos recortando necesidades básicas, las mujeres nos estamos sobrecargando de trabajo, estamos renunciando a empleos que nos exigen horarios completos y para ello, dependemos más de la economía. Debido a los recortes en Dependencia, no tenemos cubierto el cuidado a la tercera edad en Barcelona. ¿Quién está asumiendo estas cargas? Las mujeres. Y sucede lo mismo en el cuidado de los niños. Tenemos espacios en el Ayuntamiento con horarios sin sentido, que cierran a una hora en la que el barrio demanda espacios familiares. Proponemos también cláusulas de igualdad en los contratos del Ayuntamiento, incluso en los que sean de pequeña cuantía. El Ayuntamiento, pese a que no puede incidir en políticas nacionales, tiene mucho que hacer en temas de ocupación y cuidados.

¿El hecho de que la candidata de BComú sea una mujer es su primera declaración de intenciones en este sentido? 
Lo extraño es que Barcelona nunca haya tenido una mujer alcaldesa. Y eso es precisamente un indiciador de las desigualdades en el acceso a la participación. Ada Colau, por ser mujer, pero sobre todo por ser feminista y feminista convencida, nos asegura que la implementación de las propuestas se va a llevar a cabo con total seriedad. No va a hacer promesas electorales. De hecho, el programa no sólo tiene un área potente que trabaja temas de género, sino que se ha hecho un trabajo transversal porque cuando hablamos de inmigración o de salud, también hablamos de mujeres. 

"Es extraño que Barcelona nunca haya tenido una mujer alcaldesa"

¿La nueva política garantiza la igualdad en el espacio público?
Creo la nueva política debe servir precisamente para repensar los nuevos espacios públicos. Pero la política seguirá siendo siendo vieja si es patriarcal. Tenemos que aprovechar estos nuevos espacios para reconocer también el trabajo hecho por otras mujeres de otros partidos y gobiernos, pero incorporando las nuevas generaciones a la política para reivindicar nuestro espacio. No para pedir permiso, tenemos que coger el espacio. La lista de Ada es una lista muy feminizada y no tenemos que pedir permiso para feminizar listas. Somos el 51% de la población y nos tratan como si fuésemos un colectivo minoritario. Hay que deconstruir estas discriminaciones para transformarlas. 

En Grecia ganó la nueva política, pero el Gobierno de Tsipras no puso ninguna mujer al frente de un ministerio.
Es un ejemplo a tener en cuenta  que nos hizo cuestionarnos muchas cosas en los sectores feministas. A lo largo de la historia, las mujeres hemos luchado en muchos procesos y revoluciones y, cuando se ha conseguido una victoria, nuestro papel no ha sido reconocido. Lo ocurrido en Grecia no nos puede pasar a nosotros.

Barcelona en Comú no ha implementado las listas cremallera [el octavo puesto, anterior a Castaño, también está ocupado por una mujer]. ¿Qué opina de esa herramienta? 
Es un mal necesario, como las cuotas. De hecho, tenemos ejemplos de países en Europa que fueron los últimos en reconocer el derecho a voto de las mujeres y que en cuestión de tres legislaturas han conseguido tener más ministras. Lo han hecho con el sistema de cuotas pero eso no significa que el sistema de cuotas sea la solución. Ojalá no fuera necesario.

"El sistema se ha aprovechado del trabajo no remunerado de las mujeres para superar esta supuesta crisis"

¿Estas herramientas simbolizan que hemos asumido el fracaso de la sociedad en materia de igualdad?
No las veo como una derrota, sino como una transición. La lucha feminista es un continuo de reivindicaciones. A veces hemos usado la manifestación pacífica; otras, la palabra; y otras, hemos puesto en marcha herramientas que implican cierta obligatoriedad como las cuotas o las listas cremallera.

La igualdad suele relegarse a un segundo plano porque se dice que siempre hay cosas más "urgentes". ¿Será así hasta que no acabe la crisis?
El sistema se ha aprovechado del trabajo no remunerado de las mujeres para superar esta supuesta crisis. Dicen que la recuperación hospitalaria ha pasado de diez a cinco días. ¿Qué pasa? ¿Tardamos menos ahora en recuperarnos? No, es que ahora las mujeres cuidamos a nuestros familiares en casa. Este sistema vive del trabajo doméstico no remunerado de las mujeres. Estamos sosteniendo el sistema y además gratuitamente. Los problemas de género y discriminación son complejos e integrales y, por tanto, necesitan soluciones complejas e integrales.

¿Por ejemplo?
La lucha contra la violencia no sólo se aborda desde la reparación de las víctimas o desde el sistema judicial, sino que se debe abordar desde los 0-3 años. Y ahí es clave la coeducación porque los problemas de género no son sólo de mujeres, la responsabilidad de la igualdad no es sólo de las mujeres. Los hombres deben asumir responsabilidades y, de hecho, vamos avanzando en esa dirección porque ya se trabaja en la construcción de nuevas masculinidades.

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