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Cáncer infantil El problema de un diagnóstico tardío cuando el tiempo es un factor clave

Asociaciones y familiares denuncian que los recortes en Sanidad merman la lucha contra el cáncer: "Muchas pruebas no se realizan porque no hay personal suficiente".

Un médico atiende a una mujer en una consulta de Atención Primaria./ EFE

"La salud y la vida de las personas está por encima de cualquier recorte". Carmen Flores, presidenta de la asociación Defensor del Paciente, denuncia que los recortes en personal y recursos están mermando la Sanidad pública, incluso, la lucha contra el cáncer. Flores hace hincapié en que los retrasos en oncología infantil son demasiado elevados. “El diagnóstico precoz es lo que va a determinar si ese cáncer se cura o no. Muchas pruebas no se realizan porque hay recortes en el personal y el resultado es un diagnóstico a ciegas que oculta un cáncer derivado en metástasis”, recalca.

Flores critica la mala gestión del modelo público debido a los tijeretazos del Gobierno, que provoca que el personal se encuentre desbordado. Los contratos precarios, las jornadas de más de 12 horas en urgencias y los bajos sueldos reducen la eficacia de los profesionales: “Están matando un sistema fantástico y provocando que la gente se vaya a la sanidad privada. Los que puedan pagarlo, claro”, recalca.

El cáncer, una enfermedad "de valientes"

Belén Reja es la madre de Guillermo, un niño de 17 meses que tiene un tumor en el riñón desde su cuarto mes de vida. “El cáncer es una enfermedad para valientes, te pone a prueba constantemente”, asegura Belén.

En su experiencia, asegura que acudió a urgencias y al pediatra en numerosas ocasiones, ya que Guillermo presentaba fiebre bastante alta y erupciones en el cuerpo. Los médicos únicamente le decían que era un “simple virus” y le recetaron Apiretal y Dalsy. “Después de 50.000 vueltas y prácticamente rogarles que te concedan una analítica, te sueltan que tu hijo tiene un tumor grave de 700 gramos y que hay que operarle de urgencia para estirpárselo”, denuncia Belén: “Tonterías de madre primeriza, me decían”.

La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha promovido este año la campaña Prevenir el cáncer: una realidad posible, haciendo énfasis en la necesidad de la Educación Para la Salud, ya que adoptando hábitos de vida saludables desde la infancia se podrían reducir más del 40% de los tumores. Belén ironiza al escuchar hablar de prevención: “Que no cuenten milongas, porque en la sanidad no hacen efectiva la prevención”.

Roberto Rapado, de 27 años, es voluntario en la AECC desde hace medio año. Cada semana dedica cinco horas a los niños del hospital 12 de Octubre de Madrid para hacer talleres o hacer juegos. Curiosamente, la actitud de los más pequeños frente a la enfermedad es la más insolente. “Nada más verte entrar se les pone una sonrisa en la cara. Es muy raro encontrarte a un niño que no quiera jugar”, asegura Roberto.

Guillermo, el pequeño de 17 meses, ha recibido el alta de la radioterapia y ahora sigue luchando con la quimio, que durará 32 semanas. “Hubiera preferido 10.000 veces que me hubiera ocurrido a mí”, afirma su madre, que tacha esta enfermedad de "horrible, devastadora y tremendamente cruel", pero que también le ha enseñado que es más fuerte de lo que pensaba: “Pensaba que se iba a morir y aquí estamos, celebrando cada tratamiento que pasa como uno menos para la meta”.

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