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La violencia de género, una "bomba de racimo" para las familias

Expertas en la materia explican en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense la importancia de la mediación familiar en los conflictos de pareja y como herramienta para prevenir la violencia de género.

Mesa redonda sobre Procesos de apoyo a la familia y mediación familiar celebrada en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid.

SAN LORENZO DE EL ESCORIAL (MADRID).- La violencia de género es como si fuera una "bomba de racimo", genera daños colaterales no sólo en la mujer, sino también en el resto de estamentos familiares.  Así lo ha explicado Carmen Ruiz Horche, psicóloga y técnica de la Federación de Mujeres Progresistas, durante la mesa redonda Procesos de apoyo a la familia y mediación familiar, que se ha celebrado en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense.

Esta mesa redonda se enmarca en uno de los cursos organizados por la Universidad madrileña durante la época estival y titulado Actualidad de la familia. Atención e intervención en situaciones de vulnerabilidad. En él han participado, además de la ya citada, Inmaculada Montalbán, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía; y Ana María Pérez del Campo, secretaria general de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF) y presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas. En ella han abordado la importancia de la mediación familiar, haciendo especial hincapié en que es incompatible con la violencia de género y que sólo es posible como prevención de la misma. 

La principal idea que ha querido dejar clara Pérez del Campo, histórica luchadora feminista del país, es que la mediación tiene que ser ejercida por mediadores y no por jueces, ya que un mediador "es un profesional con una competencia muy clara y carente de absoluto poder". Ha explicado que este no tiene poder alguno porque "no va a tomar decisiones y no va a dar consejos. Lo único que puede hacer es facilitar la cultura del diálogo perdido en una pareja".

También ha destacado la importancia de los mediadores para intentar recuperar el diálogo en las parejas. "La mediación no sirve como la panacea para todos los conflictos del mundo", argumentaba Pérez del Campo. Posteriormente, ha criticado a la judicatura, explicando que "hay determinados jueces que dicen 'nosotros podemos mediar', pero lo siento en el alma, ustedes están mediando, pero no pueden mediar porque tienen poder". "La carencia de poder es fundamental para la mediación" aseguraba.

El acto de mediar en estos conflictos familiares debe realizarse en una sala con tres sillas, una para cada miembro de la pareja y otra para el mediador, y una pizarra en la que se anoten los acuerdos alcanzados por la pareja, asegura Pérez del Campo. Y remarcaba este aspecto porque defendía que si no son los afectados los que toman los acuerdos, luego se pueden producir conflictos.  Si esta mediación se da en casos en los que exista violencia de género traería "daños irreparables". 

"Donde hay violencia de género no se da mediación", ha afirmado rotundamente. Y es que además, como ha explicado la magistrada Montalbán, la Ley de Violencia de Género prohíbe que haya mediación en casos en los que exista la misma. "En la práctica impide una auténtica acción mediadora. Hace falta la libertad de uno y de otro para poder mediar y la víctima no podrá decir que sí con libertad", remarcaba Pérez del Campo.

Carmen Ruiz Horche se ha centrado entonces en la violencia de género y cómo está llega a afectar a todos los miembros de un hogar. No sólo comparaba la misma con una "bomba de racimo", sino que ha remarcado que "es imposible creer la paradoja de que se puede ser un maltratador y se puede ser un buen padre".

La psicóloga ha explicado que los casos de violencia de género ayudan a crear caldos de cultivo en los hogares para crear futuras situaciones de violencia. "Los hijos o hijas pueden llegar a pensar que un golpe sobre la mesa es un síntoma de autoridad y reproducirlos o consentirlos en el futuro".

Ana María Pérez del Campo ha citado un caso en el que Naciones Unidas emitió una resolución general tras un caso de violencia de género en la que instaba a los jueces y funcionarios de la justicia a tener una formación obligatoria en violencia de género, pues en ocasiones no tienen conocimientos sobre dicha materia. Este sería un importante avance, según Pérez del Campo, en la lucha por tener una justicia más efectiva contra este tipo de delitos.

La educación es un pilar fundamental para lograr un cambio en el sistema y acabar con la violencia de género según las ponentes. Inmaculada Montalbán ha querido recordar en una de sus últimas intervenciones que la Ley Integral contra la Violencia de Género incorporaba "formación para la prevención de conflictos y para la resolución pacífica de los mismos" en el sistema educativo español, pero que fue derogado por la Ley Wert. Otro grave ataque del Partido Popular contra la sociedad española.

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