Este artículo se publicó hace 13 años.
"30 Años de oscuridad", un filme en viñetas sobre los topos de la posguerra
El director onubense Manuel H. Martín rinde homenaje a los "topos" republicanos durante los años de la posguerra española en su ópera prima "30 años de oscuridad", una novela gráfica llevada al cine que opta a las nominaciones de Mejor Película Documental en la próxima edición de los Premios Goya.
"No es otra película sobre la Guerra Civil, es una historia universal, desgarradora, sobre un drama que afectó a numerosas familias, un testimonio de superación contado de una manera diferente a través de un documental animado o, como a mí me gusta llamarlo, a través de una novela gráfica animada", explica Martín en una entrevista con Efe.
Tras el final de la Guerra Civil y el triunfo del régimen franquista, Manuel Cortés, antiguo alcalde de la localidad malagueña de Mijas, no pudo escapar de España, como sí hicieron muchos de sus coetáneos.
Desesperado por evitar su fusilamiento, Cortés comprendió que solo le quedaba una alternativa: esconderse en su domicilio, en un pequeño hueco detrás de una pared.
Allí permaneció durante años, en su cárcel particular, al igual que otros muchos opositores al régimen. Fueron los "topos de la posguerra", hombres que tuvieron que pasar sus días encajados entre los muros de su hogar, aislados como ermitaños, "sin poder hablar con sus seres queridos, sin ver la luz del sol".
"Hemos intentado mostrar, a través de los ojos de las víctimas, el calvario que pasaron estos hombres, su encierro, la pérdida de su libertad, su día a día, pero también el sufrimiento de sus familias, la presión por mantenerles ocultos", indica.
Producida por La Claqueta, "30 años de oscuridad" viaja al pasado para recuperar aquellos años sombríos y traerlos al presente "para que no queden en el olvido". Lo hace a través de Manuel y Juliana, dos personajes de cómic, con rasgos y gestos basados en los de los actores Juan Diego y Ana Fernández, quienes además les han puesto las voces.
"Quería que el espectador medio se olvidara de que el argumento está contado a través del cómic y entrara de lleno en la película. Para eso, necesitaba que los personajes parecieran reales, que reflejaran la esperanza, el terror y la angustia que siente un hombre de carne y hueso", afirma.
Para lograr su objetivo, los dibujos presentan una estética muy expresiva y dinámica, con rasgos definidos, sombras muy marcadas y un uso del color "no tan plano como el que se ve en los cómics estadounidenses".
Amante de los cómics y apasionado de historias como "Persépolis" o "Maus", Manuel H. Martín lleva años dirigiendo documentales y cortometrajes. Ahora, prueba suerte en el escenario del largometraje con esta cinta de 85 minutos, una propuesta valiente y diferente que huye de los convencionalismos y que emocionará tanto a defensores como a detractores del tebeo.
"El documental navega entre viñetas, pero no es una historia para los amantes del cómic, es una historia universal, angustiosa e intrigante, que sigue una línea narrativa clásica y tiene un lenguaje sencillo y directo que mantiene al espectador en la butaca desde el inicio hasta los créditos", explica.
La cinta, que se estrenará en los cines españoles a principios del próximo año, es una de las producciones que los académicos españoles podrán votar antes del 3 de enero, para seleccionar a las finalistas que optarán al Premio Goya 2011 en la categoría de Mejor Largometraje Documental.
La lista de las películas nominadas se conocerá el próximo 10 de enero, y formar parte de ella sería para Martín cumplir un sueño.
"Soy prudente, hay muchos documentales de muy buena calidad y está complicado, pero conseguirlo sería estupendo, significaría el reconocimiento de un trabajo que ha durado tres años. No me imagino un regalo de Reyes mejor", concluye.
Por Laura Serrano-Conde
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