Este artículo se publicó hace 12 años.
"En 75 años todo el mundo ha mirado para otro lado"
Una testigo navarra recuerda que desaparecieron 3.452 personas sin frente bélico
"En Navarra no hubo ningún frente bélico. Aquí nadie nos puede decir que hubo muertos por ambos lados". Sin embargo, "3.452 personas desaparecieron y a día de hoy siguen desaparecidas". Eso fue lo que Olga Alcega, de la Asociación de Familiares, Fusilados y Desaparecidos de Navarra, fue a declarar al Tribunal Supremo, en el juicio que se celebra contra Baltasar Garzón por haberse declarado competente para investigar los crímenes del franquismo.
Alcega explicó que su abuelo "ha estado desaparecido 74 años" hasta que sus restos pudieron ser identificados tras la exhumación de una fosa en Tarazona (Zaragoza). Era "Antonio Alcega, cartero, una persona que tenía muchas ganas de trabajar", porque también fue músico y cuidó vacas.
Su desaparición, según su nieta, estuvo "orquestada", porque el 2 de septiembre de 1936 el Ayuntamiento le revocó el cargo de cartero y esperó hasta que hubo un nuevo nombramiento para ir a buscarle para detenerle.
79 hombres y dos mujeresDel Ayuntamiento salió con la cara desfigurada por los golpes que había recibido. Lo llevaron a un pueblo cercano y no se lo volvió a ver hasta que consiguieron encontrarlo en una fosa común junto con otras 80 personas, 78 hombres y dos mujeres.
La testigo explicó que las víctimas del franquismo en Navarra se produjeron entre el 27 de julio de 1936 y el 17 de enero de 1937 en distintas sacas. Y sus familiares quieren "saber la verdad".
Recordó que sus mujeres e hijos nunca pudieron ser viudas o huérfanos, porque nunca tuvieron un documento que acreditara lo que había pasado. "Quiero saber quién y por qué. No tengo afán de venganza. Pero he tenido un padre y le he visto sufrir día a día. Quedaron marcados", señaló.
"Ha habido 75 años de olvido de estas víctimas; todo el mundo ha mirado para otro lado", incluida la Justicia. Y esa actitud es la que siguen viendo en los jueces a los que han pedido que asistieran a las exhumaciones. "Cada vez que hemos abierto una fosa, hemos ido al juzgado, jamás han querido acudir", dijo. "Están tirados en campos y cunetas como perros, y tienen que tener nombres y apellidos", sentenció.
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