Este artículo se publicó hace 15 años.
87 muertos por la represión policial de la protesta opositora en Conakry
El número de muertos tras la represión policial de la manifestación convocada ayer en Conakry por la oposición guineana ha ascendido a 87, informaron hoy las emisoras regionales, que destacan que el número de víctimas mortales podrían ser aún mayor.
Según fuentes policiales, los 87 cadáveres fueron recogidos en el estadio "28 de septiembre", donde ayer tenía lugar la protesta hasta que las fuerzas de seguridad comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y a disparar sobre los manifestantes.
Cientos de personas también resultaron heridas, entre los que se encuentran dos ex ministros y líderes de la oposición, Cellou Dalein Diallo y Sidya Touré, cuyas casas fueron saqueadas por los militares.
Ambos opositores fueron llevados al campo militar Alpha Yaya Diallo, sede de la junta militar que gobierna Guinea tras el golpe de estado del pasado 23 de diciembre, y posteriormente fueron trasladados a una clínica, donde recibieron tratamiento médico.
Touré denunció hoy la brutalidad de la intervención policial, especialmente la Guardia Presidencial, a la que acusó de comenzar a dispersar la protesta con una "clara voluntad de eliminar físicamente a los manifestantes".
Moukhtar Diallo, líder de las Nuevas Fuerzas Democráticas, un pequeño grupo opositor, denunció en declaraciones a los periodistas la violación de mujeres por los efectivos de las fuerzas de seguridad en el recinto del estadio.
Por su parte, en una entrevista a la radio privada senegalesa RFM difundida hoy, el líder de la junta militar, el capitán Moussa Dadis Camara insistió en que ha logrado hacerse con el poder sin derramamiento de sangre hasta ahora.
Camara culpó a los líderes opositores, principalmente al ex primer ministro Sidya Touré, por haber ignorado al Ministerio del Interior, que prohibió la manifestación. "Yo no elegí esto", afirmó Camara.
Varias organizaciones de defensa de los Derechos Humanos han condenado las acciones violentas de la Policía de Guinea y exigido una reacción urgente de la comunidad internacional.
Según el Encuentro Africano para la Defensa de los Derechos Humanos (RADDHO), con sede en Dakar, la crisis política de Guinea se ha originado por la voluntad de la junta militar de imponer la candidatura de Camara en las elecciones del próximo enero.
Una candidatura de Camara supondría el incumplimiento de su compromiso de devolver el poder a los civiles tras un año de transición, dijo a los medios de comunicación el vicepresidente de la RADDHO, Aboubacry Mbodj.
El líder golpista se comprometió públicamente a asegurar la transición y organizar elecciones para devolver el poder a los civiles y dijo que no propugnaría personalmente su candidatura en las elecciones presidenciales.
La oposición asegura que no aceptará "de ninguna manera" la candidatura de Camara y duda de la capacidad de la junta militar para organizar unos comicios limpios y transparentes.
Según denunció en agosto Human Rights Watch, el régimen de Camara se ha caracterizado por "detenciones arbitrarias, restricciones a las actividades políticas y actos criminales por parte de los militares".
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