Este artículo se publicó hace 15 años.
Abandonar el cigarrillo después de un infarto prolonga la vida
Nunca es tarde para dejar defumar: un estudio revela que quien sobrevive a un infarto yabandona la adicción vive más que quien conserva el hábito trasun ataque cardíaco.
El seguimiento de más de 1.500 sobrevivientes durante 13años demostró también una ventaja de supervivencia en losfumadores que disminuyeron la cantidad de cigarrillos.
Los autores del estudio, efectuado en Israel, hallaron quelas personas con un primer infarto que dejaban de fumar teníanun 37 por ciento menos riesgo de morir durante la investigaciónque las que seguían con el hábito.
Los sobrevivientes que nunca habían fumado tenían un 43 porciento menos riesgo de morir que los que seguían fumando.
En tanto, los pacientes que alguna vez habían dejado defumar antes del infarto tenían la mitad del riesgo de morir quelos que nunca habían suspendido la adicción.
Los resultados, publicados en Journal of the AmericanCollege of Cardiology, destacan la importancia de ofrecerles alos pacientes infartados asesoramiento para dejar de fumar.
"Los fumadores que tuvieron un infarto deberían recibirintervenciones para ayudarlos a dejar de fumar", escribió elequipo de Yariv Gerber, de la Universidad de Tel Aviv.
El estudio incluyó a 1.521 personas mayores de 65 añosatendidas por un primer infarto en uno de ocho hospitalesisraelíes en 1992 y 1993. El 27 por ciento nunca había fumado,el 20 por ciento era ex fumador y más de la mitad era fumador.Luego del alta hospitalaria, la mayoría de los fumadores tratóde abandonar el cigarrillo; el 35 por ciento logró laabstinencia en los siguientes 10 a 13 años.
Durante los 13 años que duró el estudio, murieron 427pacientes. El riesgo fue más alto en los que seguían fumando,aún tras considerar factores como la obesidad, la actividadfísica, la educación, el ingreso y la salud general.
Aunque lo mejor fue abandonar el cigarrillo, los quedisminuyeron la cantidad de cigarrillos consumidos tambiénmejoraron su perfil. En ellos, el riesgo de morir disminuyó un11 por ciento por cada cinco cigarrillos diarios menos.
El nivel de cesación tabáquica en el estudio, con más de untercio abstinente durante por lo menos una década, fue alto, sise lo compara con el nivel normal entre los fumadores, e igualque en estudios previos sobre sobrevivientes de infartos.
Los autores señalan también que los beneficios de lacesación tabáquica, ya sean antes o después de un infarto, sonpor lo menos tan grandes como los de otras terapias comunespara prevenir otros problemas cardíacos, como la reducción delcolesterol y el uso de aspirina y betabloqueantes paradisminuir entre un 15 y un 19 por ciento el riesgo de muerte.
FUENTE: Journal of the American College of Cardiology,15/22 de diciembre del 2009
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