Este artículo se publicó hace 12 años.
El abogado de Landaburu afirma que "gracias al trabajo de todos hemos derrotado a ETA"
El abogado de Gorka Landaburu, José María Fuster-Fabra, ha dicho hoy en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional por el atentado que sufrió su cliente que no sabe si será su última intervención en un caso de ETA, porque "parece que todo está cambiando" y que se puede "tener una paz definitiva".
"Quisiera dejar constancia del reconocimiento al Ministerio Público, a los jueces de la Audiencia Nacional y al resto de compañeros que hemos luchado durante todos años por la defensa y dignidad de las víctimas del terrorismo" ha destacado el abogado, que ejerce de acusación particular en el juicio a los etarras Oskarbi Jauregi y Patxi Xabier Makazaga por enviar un libro-bomba a Landaburu en 2001 que ha quedado visto para sentencia.
Fuster-Fabra se ha dirigido en sus conclusiones finales a los dos procesados: "Afortunadamente les hemos derrotado, porque os hemos derrotado, y ha sido gracias al trabajo de todos nosotros".
Además, el letrado ha afirmado que el periodista es un "demócrata convencido" y que a pesar de las amenazas siguió viviendo en el País Vasco, y que reclama "memoria, Justicia y reparación", como ayer aseguró el propio Landaburu durante su declaración.
Por su parte, el fiscal Luis Barroso ha elevado a definitivas la pena de 23 años de prisión para los etarras, acusados de dos delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y otro de tenencia y transporte de explosivos.
El fiscal ha señalado en sus conclusiones finales que la incautación de una carta manuscrita por Oskarbi Jauregui en la que hacía "autocrítica" de como se produjo el atentado y de quiénes intervinieron en él, "es por sí suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia y reportarles como autores del hecho".
En la carta, Oskarbi relata que fue Ainhoa García Montero, "Laia", la persona que les dio la dirección del periodista y les pidió que miraran su buzón de Landaburu dónde depositaron el libro-bomba.
Según el representante del Ministerio Público, ambos acusados, junto con Ainhoa García Montero, "Laia", formaban parte del comando "Buruntza" de ETA, desarticulado el 22 de agosto de 2001 en una operación de la Ertzaintza en Guipúzcoa. En el último día de la vista oral, varios ertzainas han reconocido que el sobre que el periodista recibió en su domicilio de Zarauz el 14 de mayo de 2001 tenía una trampa de apertura que al abrirlo, "dependiendo de si hubiera estado sentado o de pie, le hubiera alcanzado la cabeza y le hubiera matado".
Asimismo, los peritos, que se han ratificado en sus informes, han afirmado que el artefacto se encontraba en el interior de un cuadernillo de anillas de espiral, que previamente los etarras habían vaciado y llenado con una carga explosiva de entre 50 y 100 gramos de "Titadyn", y lo introdujeron en un sobre de papel blanco con franqueo de la empresa "Norte Mail, S.L".
A preguntas del Ministerio Público, otro de los peritos ha subrayado que la carga era "suficiente y de sobra para matar a una persona".
A consecuencia de la explosión, el periodista Gorka Landaburu sufrió la amputación total del dedo pulgar y parcial del índice de la mano derecha, además de daños en los dedos de la mano izquierda, heridas en la cara y el abdomen y traumatismo ocular, por los que necesitó hasta cinco intervenciones quirúrgicas.
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