Este artículo se publicó hace 17 años.
Se abre el concurso para la reconstrucción del Palacio de los Hohenzollern
El Gobierno alemán declaró hoy abierto el concurso internacional de proyectos arquitectónicos para la reconstrucción del Palacio Imperial de los Hohenzollern, en el centro de Berlín, sobre cuyas ruinas fue edificado el parlamento de la República Democrática Alemana (RDA).
La reconstrucción deberá costar un máximo de 552 millones de euros y tener en cuenta como condición indispensable una réplica de la fachada barroca original, de la cúpula y de uno de los patios interiores.
La parte oriental de la edificación, según el ministro de Construcción, Wolfgang Tiefensee, podrá reproducir la historia del solar y hasta "citar de manera adecuada" la Sala de la Volkskammer, el parlamento de la extinta RDA, que ocupó el lugar del palacio durante décadas.
Los trabajos de construcción deberán durar cerca de cuatro años, a partir de 2010, tras el fin de la demolición del Palacio de la República.
El Palacio de la República fue la construcción con que la RDA sustituyó el Palacio de Hohenzollern, y en el edificio estaba instalada la Volkskammersaal (sala del parlamento del pueblo).
El Palacio de la República también tenía salones en los que se celebraban diversos actos sociales, típicos de la RDA.
En el interior del nuevo palacio deberá haber diversos espacios para exposiciones en los que también estará representado el arte contemporáneo.
La decisión de demoler el Palacio de la República, un edificio contaminado de asbesto, para reconstruir el Palacio de los Hohenzollern fue objeto de un arduo debate en Alemania.
Mientras los enemigos del proyecto veían en él una tendencia a negar la herencia de la RDA, los partidarios del mismo lo veían como parte de la recuperación del Berlín histórico.
Al jurado del concurso pertenecen arquitectos de diversos países europeos como el británico David Chipperfield, el italiano Giorgio Grassi, el suizo Vittorio Magnano Lampugnani o el alemán Peter Kulka.
La primera piedra del Palacio Imperial se colocó en 1443 y en 1701 se convirtió en residencia real tras la coronación del príncipe electo de Brandeburgo, Federico III, como rey Federico I de Prusia.
Durante la II Guerra Mundial, el Palacio Imperial resultó muy dañado por los bombardeos aliados y ardió durante tres días consecutivos. Tras la caída del nazismo, el edificio quedó ubicado en zona comunista y sus autoridades ordenaron su voladura.
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