Este artículo se publicó hace 17 años.
Acantilado recupera en castellano la edición de 1595 de "Los ensayos" de Montaigne
El traductor Jordi Bayod ha recuperado en castellano la edición de "Los ensayos" del pensador francés Michel de Montaigne, que su amiga Marie de Gournay publicó en 1595, sólo tres años después de su muerte, en una versión que hoy ha presentado junto con el editor de Acantilado, Jaume Vallcorba.
Esta edición se contrapone a la que se impuso durante el siglo XX de la mano de Fortunat Strowski, a partir del Ejemplar de Burdeos, un volumen de una edición de 1588, perteneciente a la Biblioteca Municipal de Burdeos y que contiene numerosos añadidos de la mano de Montaigne.
Sin embargo, Vallcorba está "absolutamente convencido" de que la edición válida es la de Gournay, de quien ha dicho fue la persona en quien el pensador francés delegó su edición, presentándolo "menos pedante, menos filosófico y menos científico" que en otras versiones.
Para Jordi Bayod, que ha dedicado más de cinco años a este exhaustivo trabajo, con numerosas notas a pie de página, la versión de Gournay "nos da más Montaigne" que otras y es "más acabada y redonda".
En este sentido, ha subrayado que aparecen aquí "pequeños añadidos, pequeñas frases, que no están en otras ediciones", que completan la figura de uno de los grandes humanistas de la Historia.
Precisamente, en el prólogo de este volumen el profesor francés Antoine Compagnon recuerda que "cuando yo era estudiante, todos leíamos a Montaigne en el Ejemplar de Burdeos y no podíamos imaginar otra cosa. Por lo demás, en las librerías no había otro texto disponible. Pues bien, desde hace una década, la balanza se inclina a favor de otro texto, el de la edición póstuma de 1595 procurada por Marie de Gournay, que hoy parece ser aceptado casi unánimemente por editores y traductores".
En España, hasta ahora la única obra basada en la edición de Marie de Gournay data del año 1898, a cargo de Constantino Román Salamero, que Jordi Bayod califica de "excesivamente libre".
Preguntado sobre el tipo de lengua que ha empleado para su traducción, Bayod ha señalado que la original de Montaigne es "bastante áspera y ruda, puesto que él mismo dice que no pretende ser un autor exquisito, con un estilo refinado y unas frases redondas".
El traductor, por tanto, ha tenido en cuenta estas referencias y agrega que también ha pensado en el lector de hoy "pero sin pecar de una modernización excesiva", apuntando Vallcorba, a continuación, que "la traducción debe ser duradera".
Además, ha enriquecido el texto con notas a pie de página en las que muestra el "diálogo constante" que el pensador de Burdeos mantenía con los autores clásicos, a la vez que lo pone en relación con su época y con sus contemporáneos, como Maquiavelo.
De esta manera, el lector que se enfrente a esta edición podrá comprobar que Montaigne, según Bayod, más que un filósofo escolástico o un académico "es, simplemente, un pensador independiente".
Con un tirada inicial de 6.000 ejemplares, Jaume Vallcorba ha remarcado que, aunque pueda ser una edición útil para el especialista, "no es una versión para académicos, pudiéndolo leer toda persona con una cierta base".
Por otra parte, en el volumen de Acantilado se pueden leer las famosas sentencias e inscripciones pintadas en el gabinete y en la biblioteca de Montaigne, así como una cronología de su vida, que empezó en el castillo de Montaigne, en el Perigord francés, en 1533, en el seno de una familia de comerciantes ennoblecidos.
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