Este artículo se publicó hace 15 años.
Acotan con vallas la zona de Alfacar en la que se cree está la fosa de Lorca
La zona en la que supuestamente se halla la fosa que albergaría los restos de Federico García Lorca junto a los de otros fusilados de la Guerra Civil, en Alfacar, ha sido acotada hoy por vallas metálicas mientras profesionales del Instituto andaluz de Geofísica continúan explorando el terreno.
Se trata de una superficie de más de 300 metros cuadrados ubicado en el parque del municipio granadino dedicado al poeta y en el que se encuentra el monolito erigido en su memoria, en cuyas inmediaciones el historiador Ian Gibson sitúa la ubicación de la fosa.
Cuatro miembros del Instituto andaluz de Geofísica centraban hoy sus labores de exploración del terreno en las inmediaciones del monolito con el uso de un georradar -aparato que estudia el subsuelo a través de la emisión de impulsos electromagnéticos de corta duración-, según ha podido comprobar Efe.
Cuando concluyan de peinar esa zona, lo que podría alargarse varios días en función, entre otras cosas, de las condiciones meteorológicas, trasladarán la búsqueda al paraje del Caracolar, situado a unos 400 metros del anterior y donde otras investigaciones ubican la fosa.
Las labores, que previsiblemente continuarán la próxima semana, se iniciaron ayer y consisten en mediciones topográficas del terreno con GPS y el análisis del subsuelo con georradares.
Aunque esta tecnología no permite la localización de restos óseos, sí detecta las áreas en las que se ha producido lo que los técnicos denominan "intervención antrópica", es decir que ha habido movimientos de terreno, con diferentes perfiles de sustrato y relieves, no necesariamente relacionadas con fenómenos naturales, según explicó ayer el vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Granada, Rafael Gil Bracero.
El inicio ayer de estos trabajos previos a la próxima apertura de la fosa de Alfacar coincidió con la publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) de la resolución por la que se decretó la ampliación en diez días hábiles del plazo de alegaciones para la exhumación del enterramiento común.
La intervención de la Junta en el proceso se inició a raíz de la petición de apertura de la fosa cursada por los familiares de dos de las tres personas que fueron supuestamente fusiladas junto al poeta, cuyos descendientes, por contra, no son partidarios de la exhumación.
Se trata del maestro republicano Dióscoro Galindo -cuya exhumación no será finalmente atendida por la Junta al existir opiniones contrarias entre la misma familia- y del banderillero Francisco Galadí -los derechos del también banderillero Joaquín Arcollas, igualmente enterrado en la fosa, son defendidos por la CGT-.
Según se ha conocido en los últimas semanas, junto a ellos también yacerían los restos del inspector municipal de tributos Fermín Roldán y el restaurador granadino Miguel Cobo Vilches, cuyas familias se han sumado a la petición de apertura de la fosa.
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