Este artículo se publicó hace 16 años.
El acuerdo de Gobierno pone fin a más de nueve meses de crisis política en Bélgica
Más de nueve meses después de las elecciones, Bélgica tendrá un Gobierno estable liderado por el democristiano flamenco Yves Leterme, quien consiguió, la pasada madrugada, un acuerdo para cerrar la crisis política en que se había sumido el país.
Leterme, claro vencedor de los comicios de junio, ha conseguido al tercer intento formar una coalición de Gobierno, que será asimétrica, pues reúne a dos partidos flamencos -democristianos y liberales- y tres valones -democristianos, liberales y socialistas-.
En su primera comparecencia para dar detalles del acuerdo, el futuro primer ministro belga explicó que centrará su trabajo en mejorar el poder adquisitivo de sus conciudadanos y crear empleo.
Leterme, muy poco apreciado por la comunidad francófona, también prometió que gobernará "para todos los belgas".
La reforma del Estado federal, la cuestión que tanto ha dificultado la formación de Gobierno los últimos nueve meses y que ha agrandado la brecha entre las comunidades neerlandófona y francófona, quedará por el momento aparcada, en un proceso de negociación paralelo, para no dificultar la acción rutinaria del Ejecutivo.
El primer ministro interino, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, que en diciembre aceptó continuar en el cargo tres meses para dar algo más de tiempo al vencedor de las elecciones en su búsqueda de apoyos, presentará su dimisión al Rey Alberto II el próximo jueves.
Ese mismo día, el Monarca volverá a encargar a Leterme la composición de un gabinete y éste solicitará la confianza del Parlamento el sábado, día 22.
El pacto de Gobierno, de 43 páginas, incluye una reforma fiscal, dirigida a mejorar el poder adquisitivo de las rentas medias y bajas y dinamizar la economía.
Leterme, quien comunicará en los próximos días el reparto de carteras ministeriales, también ha prometido elevar las pensiones mínimas y los subsidios a las familias.
Se ha marcado como objetivo alcanzar un superávit público del 1% del PIB en 2011 y crear entre 50.000 y 60.000 puestos de trabajo anuales.
El político democristiano insistió en que el acuerdo entre las cinco formaciones es "un ejercicio muy cuidadoso y con mucho sentido de la realidad".
"No quiero hacer promesas que no puedo realizar", afirmó el futuro primer ministro en la presentación del pacto, junto a los presidentes de las cinco formaciones que lo rubrican.
En cuestiones migratorias, se va a endurecer el reagrupamiento familiar y el acceso a la nacionalidad belga, aunque se intentará acelerar el lento mecanismo que tramita las solicitudes de regularización.
Leterme aseguró que el nuevo Gobierno quiere "una sociedad abierta y tolerante", pero dejó claro que apuesta por una inmigración económica "reglamentada".
Otros objetivos del nuevo gabinete serán aumentar la seguridad, con el refuerzo de la Policía, y mejorar el funcionamiento de la Justicia.
El futuro primer ministro agradeció la contribución de su predecesor, Guy Verhofstadt, los últimos meses para volver a poner la política belga "en la buena dirección".
El político liberal, que lleva nueve años al frente del Gobierno, abandonará esta semana la política nacional.
Leterme, que ocupaba la presidencia de la región de Flandes desde 2004, deberá esforzarse ahora por convencer a los belgas de que, como Verhofstadt, también es capaz de gobernar para todo el país.
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