Este artículo se publicó hace 15 años.
Acuerdo en la UE sobre cambio climático, no sobre el presidente
La Unión Europea llegó el viernes a un acuerdo para ayudar a los países en vías de desarrollo a afrontar el cambio climático y pidió a otras potencias mundiales que sigan su camino para ganar la lucha contra el calentamiento mundial.
Los jefes de Estado y de Gobierno, reunidos en el Consejo Europeo de otoño en Bruselas, superaron las diferencias entre los estados más y menos prósperos, lo que les permitió alcanzar una posición común de cara a la cumbre que tendrá lugar en Copenhague en diciembre para acordar el plan que suceda al Protocolo de Kioto, el programa contra el cambio climático de Naciones Unidas, que expira en 2012.
El acuerdo fue un alivio en una reunión en la que también se hicieron progresos para que ratifique el Tratado de Lisboa el único país de los Veintisiete que falta por hacerlo, República Checa.
Con este tratado la UE espera reformar sus instituciones para agilizar su funcionamiento y aumentar su influencia en el mundo, con figuras como la del presidente y el representante de política exterior. En este asunto, se señaló que probablemente habrá que celebrar una nueva reunión en noviembre para elegir al primer presidente de la UE, aunque parece claro que no será el ex primer ministro británico Tony Blair.
"Ahora podemos mirar al resto del mundo a los ojos y decir que hemos hecho nuestro trabajo, que estamos preparados para Copenhague", declaró el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.
"Podemos llevar este mensaje a Washington, Nueva Delhi, Pekín y otros lugares (...). Estamos ahora en un momento muy crítico. Hay mucha gente que cree que la cumbre de Copenhague está en peligro. Creo, creemos, que podemos convertirlo en un éxito", agregó.
ACUERDO SOBRE EL CLIMA, EN PELIGRO
La peor crisis financiera desde la década de 1930 ha distraído la atención sobre el calentamiento mundial, y la ONU y muchos países creen que no será posible alcanzar un acuerdo legalmente vinculante en la cumbre en la capital danesa, que tendrá lugar del 7 al 18 de diciembre.
La financiación es fundamental para sus posibilidades de éxito, porque los países en vías de desarrollo han dicho que no firmarán si no reciben fondos suficientes de los países ricos.
Durao Barroso y otros dirigentes europeos no dieron muchos detalles de cómo se alcanzó el acuerdo con el que se acabó con las preocupaciones de los países del este de Europa sobre cuánto dinero tendrán que poner. Un comunicado de la UE explicó que los estados miembros acordaron que los países en vías de desarrollo necesitarían alrededor de 100.000 millones de euros al año de aquí a 2020 para combatir el cambio climático.
De esa cifra, unos 22.000-50.000 millones de euros tendrán que venir de fondos públicos, y la UE pondría un 25 por ciento de esa cantidad.
"No hay perdedores. Todos han cedido un poco, pero el acuerdo es bueno para todos", declaró el primer ministro polaco, Donald Tusk.
En cuanto al Tratado de Lisboa, los dirigentes europeos aceptaron la demanda del presidente checo, Vaclav Klaus, de que su país quede fuera de la Carta de Derechos Fundamentales que va en el texto, para proteger al país de posibles reclamaciones de los alemanes que fueron expulsados de la región checa de los Sudetes tras la Segunda Guerra Mundial.
La ratificación checa depende ahora de que su Tribunal Constitucional rechace una demanda en un dictamen que se espera para el martes.
Y respecto al puesto de presidente de la UE, se espera que vaya probablemente a un dirigente del centroderecha, que es mayoritario en el Parlamento Europeo y entre los jefes de Gobierno europeos.
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