Este artículo se publicó hace 14 años.
Acusado de retener a una joven ocho meses
La presunta víctima denuncia su secuestro y abusos sexuales
La Ertzaintza ha abierto una investigación por un presunto caso de violencia de género en Barakaldo (Vizcaya), a raíz de la denuncia de una mujer, de 21 años y origen marroquí, que supuestamente estuvo ocho meses retenida por un hombre en su piso en contra de su voluntad. Durante su cautiverio, presuntamente sufrió abusos sexuales. El acusado, de 47 años, quedó ayer en libertad con cargos con la obligación de personarse en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes. El juez dictó, además, una orden de alejamiento. En la causa hay otros dos imputados como colaboradores del presunto delito: el hijo del principal acusado, de 17 años, y un amigo, de 59.
Según consta en la denuncia, el origen de los hechos se remonta a ocho meses atrás, en Valencia. La mujer vivía entonces en la capital valenciana, donde el acusado tiene otra residencia. Allí la contrató a través de una empresa de servicios para trabajar como asistenta del hogar en su domicilio habitual, en Barakaldo, donde vive con su hijo menor.
Según relató la mujer a la Ertzaintza, durante todo este tiempo, además de realizar su trabajo doméstico sin recibir salario alguno, el acusado le obligaba a mantener relaciones sexuales, la insultaba y la agredía físicamente.
La joven también contó en su denuncia que, cuando se quedaba sola, permanecía encerrada bajo llave y que sólo podía salir de la casa acompañada por el presunto secuestrador, su hijo o su amigo. El pasado miércoles, aprovechó una de esas salidas para alertar a la Ertzaintza. Ahora está acogida en unpiso bajo la tutela del Área de Igualdad del Ayuntamiento de Barakaldo. Según un portavoz municipal, la joven ha adelgazado diez kilos estos meses, pero "el mayor daño es psicológico". El consistorio ha anunciado que se personará como acusación popular en el juicio.
Distintas versiones
El hijo del acusado ofreció ayer a Público una versión de los hechos totalmente diferente. Afirmó que la supuesta víctima era, en realidad, la "pareja" de su padre, y que de ningún modo había vivido con ellos en el piso en contra su voluntad.
La vivienda está en el centro de Barakaldo, a cien metros de los Juzgados y a 200 del ayuntamiento. Es un primer piso y dos de sus ventanas dan a la calle de Los Fueros, muy transitada todo el día. En el bloque hay dos bufetes de abogados.
Algunos de los vecinos reaccionaron con sorpresa al conocer los hechos, y otros se mostraron incrédulos. Una vecina afirmó que no era verdad que la presunta víctima saliera siempre acompañada a la calle y que la había visto sola varias veces. Otro residente, también escéptico, defendió al acusado: "Mira dónde vivo. Nunca he oído un grito".
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