Este artículo se publicó hace 14 años.
El ADN bimbache de El Hierro
La herencia de los indígenas de la más pequeña de las Islas Canarias sigue latiendo en su alma volcánica, convirtiéndose en un inmejorable hilo conductor tanto para descubrir la belleza natural herreña como su ese
Corría el año 1405 cuando la expedición militar comandada por el normando Jean de Bethencourt llegó a El Hierro. Su objetivo inicial era comercial a tenor del inmenso valor en materias primas que ofrecían las islas. Pero la abundancia de tesoros a un palmo de la mano desata con facilidad los más bajos instintos humanos. De eso se dieron fe el medio millar de aborígenes que habitaban entonces la isla, una comunidad pacífica que aceptó el vasallaje al normando. Ése fue el principio del fin de los bimbaches, los primeros pobladores de El Hierro. Algunos huyeron a la zona agreste de La Dehesa, pero la mayoría fueron hechos esclavos o perecieron ante las enfermedades transmitidas por los europeos.
Hoy, siglos después, aunque extintos como pueblo, el legado cultural bimbache sigue latiendo en El Hierro de forma sutil, gracias, entre otras cosas, a un creciente interés de los propios herreños por sus orígenes. "A una amplia toponimia y palabras de raíz bimbache hay que añadir juegos como el del palo (esgrima con bastones que servía de entrenamiento militar)", explica con pasión Cristina Ferro, del Cabildo de El Hierro, una asturiana afincada en la isla y apasionada del pueblo bimbache.
Es cierto, tanto el origen de los bimbaches como su forma de vida siguen siendo en buena medida un misterio sin resolver, pero no faltan retazos de su historia en forma de restos arqueológicos de los que extraer conclusiones. "Habitaban cuevas y tubos volcánicos, como los de la zona de El Golfo -explica Ferro-, aunque la principal fuente de información sobre su mundo son las sepulturas colectivas como la Cueva del Tablón, en el municipio de Guarazoca o la excavación arqueológica realizada recientemente en La Lajura, donde los arqueólogos encontraron los restos de un centenar de indígenas rodeados de semillas de vid y de cebada".
Tanto el origen de los bimbaches como su forma de vida siguen siendo en buena medida un misterio sin resolver.Tagoror de El Julán
Si hubo un aspectos relevante de la estructura social bimbache ése era el tagoror, el órgano de consejo y decisión, un tribunal constituido por una roca situada en una posición elevada -en la que se sentaba el rey- y varias piedras dispuestas en orden circular ocupadas por corte de consejeros. "El tagoror también funcionaba como altar sagrado donde se practicaban ceremonias para honrar a sus divinidades, ya que se han encontrado restos de huesos de animales mezclados con cenizas que serían el resultado de ritos sagrados", asegura Ferro. Así lo que han confirmado las investigaciones en la joya bimbache más importante en El Hierro, el Tagoror de El Julán. Emplazado en el municipio de Frontera, es una herencia aborigen única en el archipiélago que acoge unos espectaculares petroglifos sobre coladas volcánicas y picadas con piedras de basalto donde los bimbaches labraron sus dioses, sus miedos y sus sueños.
Aunque para tesoro de resonancias míticas el Garoé, el árbol sagrado de los bimbaches que hoy luce en el escudo de El Hierro. En una isla que carente de ríos y manantiales, el Garoé proporcionaba el agua de una manera prodigiosa a todos sus habitantes. En la crónica Le Canarien, el primer texto que recoge la vida y las costumbres de los aborígenes canarios, su autor detalla que "en las tierras más altas hay árboles que gotean continuamente agua buena y clara, que cae a unas fosas junto a ellos".
En 1610, un huracán arrancó de cuajo el árbol. Tuvieron que pasar más de tres siglos para que, en 1949, se plantara cerca del pueblo de Tiñor, en el Macizo de Ajonce, una réplica en el mismo lugar donde crecía el árbol divino. Ahí sigue, silencioso y garante de los secretos de los bimbaches bajo una constante fría neblina. Mientras, a sus pies, la espesa vegetación se desparrama entre los pozos y albercas que los indígenas construyeron para recoger su agua sagrada.
FICHA PRÁCTICADÓNDE COMER
Coordenadas ineludibles para los gourmets son el restaurante LA&S, del Hotel Villa el Mocanal (C/ Barlovento, 18, Tel. 922550373), donde saborear delicias como el gallo a la plancha con papas arrugás y mojo rojo, así como las propuestas culinarios que brinda el Parador Nacional de El Hierro (Las Playas, s/n, Tel.922558036), con maravillas en su carta como la dorada a la espalda con ajos tiernos o el caldo de queso.
DÓNDE DORMIR
Uno de los alojamientos más sugerentes de la isla es el Hotel Punta Grande (Las Puntas, 38911, Frontera/El Hierro, Tel. 922559081). Registrado desde 1989 en el Libro Guinness de los Récords como el hotel más pequeño del mundo -en sus apenas 600 m2 se distribuyen sus únicas cuatro habitaciones - , su silueta se yergue como un barco varado en la cresta de un acantilado. Otra opción no menos atractiva es, en la zona norte de la isla, el Hotel Villa el Mocanal (C/ Barlovento, 18, Tel. 922550373), cuya ubicación es idónea para recorrer los enclaves de la capital, Valverde.
MÁS INFORMACIÓN: www.elhierro.es
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