Este artículo se publicó hace 12 años.
Adultos jóvenes con autismo, rezagados en los estudios y el trabajo
Por Amy Norton
Los adultos jóvenes conautismo son menos propensos a ir a la universidad o a mantenerun trabajo que sus pares con otras discapacidades.
Un equipo de Estados Unidos halló que más de un tercio delos adultos jóvenes con un trastorno del espectro autista (TEA)no había tenido un trabajo o no había continuado sus estudiosdespués del secundario. Y esa cifra es mucho más alta que en losjóvenes con problemas del aprendizaje y otros trastornos.
Se estima que uno de cada 88 niños estadounidenses padece unTEA. Eso representa un 78 por ciento más personas que la endécada anterior. Las autoridades de salud lo atribuyen a unmejor diagnóstico y a una definición más amplia de los TEA, unconjunto de desórdenes cerebrales del desarrollo que alteran lacapacidad de comunicarse e interactuar socialmente.
Los autores del nuevo estudio reunieron información de 680adultos jóvenes de Estados Unidos con TEA y de casi 1.400jóvenes con alteraciones del aprendizaje, el habla o lacapacidad cognitiva. Todos tenían entre 19 y 23 años, y habíanparticipado de programas de educación especial.
El 35 por ciento de los adultos jóvenes con TEA no había idoa la escuela o no había tenido un trabajo desde el colegiosecundario, comparado con apenas el 7 por ciento de los adultosjóvenes con trastornos del habla o el lenguaje y el 3 por cientode aquellos con alteraciones del aprendizaje.
Aun los jóvenes con trastornos cognitivos estaban mejor queaquellos con TEA: un cuarto no había seguido estudiando o nohabía trabajado después del secundario, según publica la revistaPediatrics.
UNA BRECHA "ALARMANTE"
No sorprende que muchos adultos jóvenes con TEA traten deseguir adelante, según dijo Paul T. Shattuck, autor principaldel estudio. "Pero no estaba preparado para la magnitud de esteefecto", dijo Shattuck, profesor asistente de la WashingtonUniversity, en St. Louis.
"La brecha entre ellos y los jóvenes con otrasdiscapacidades fue alarmante", agregó.
Otro hallazgo clave para el autor fue que los adultos conTEA de bajos ingresos eran un grupo de alto riesgo.
El 55 por ciento de los participantes con un ingresofamiliar por debajo de los 25.000 dólares anuales no habíatrabajado ni había comenzado estudios superiores, comparado conel 18 por ciento de los participantes con ingresos familiaressuperiores a 75.000 dólares al año.
"Esa es una gran diferencia. El estudio no explica lascausas de esta brecha, pero es probable que esté asociada con elacceso a los servicios de las personas con TEA", dijo Shattuck.
El experto también opinó que podría ser que las familias másacomodadas tuvieran más contactos sociales, incluidas personasque podrían ayudar a sus hijos a conseguir un trabajo o ingresara la universidad.
El equipo estima que, en el 2009, unos 163.000 niños con TEAde Estados Unidos vivían bajo la línea de pobreza.
FUENTE: Pediatrics, online 14 de mayo del 2012
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